Fuente: La Jornada de Veracruz
El narcotráfico es un problema de gobernabilidad democrática que no podrá ser combatido a corto plazo, porque se necesita de un nuevo cuerpo policiaco que requiere décadas para su profesionalización y, por otro lado, mantener al Ejército de manera permanente en el combate al crimen organizado es riesgoso y es una fórmula al fracaso, porque es blanco de todo tipo de ataques de derechos humanos o políticos, dijo John Bailey, investigador de la universidad de Georgetown.
Al dictar la conferencia magistral Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, dentro del Coloquio Internacional ¿La colombianización de México o la mexicanización de Colombia?, el investigador comentó que el Ejército es una herramienta necesaria que hay que usar si no hay otras posibilidades, pero no va a resultar a largo plazo y, si no hay una construcción de una policía adecuada, es una fórmula para el fracaso.
El Ejército está en una encrucijada y no puede quedarse en esa guerra a largo plazo, sin embargo –sostuvo–, la idea de profesionalizar a las policías es enorme y va a costar décadas para tener policías capacitados, entonces es un dilema en México.
La situación de México es difícil, expuso, aunque el nivel de homicidios ha bajado de 19 a 10 en la estadística, “la violencia se ha concentrado en seis estados del país, hay grupos violentos y saben manejar a los medios de comunicación, son grupos hiperviolentos, bien inteligentes en corrupción de los cuerpos policiacos, tienen un perfil distinto a los de otros países”.
El problema del narcotráfico es un problema de la gobernabilidad democrática, es un problema de gobernanza, o sea de la decencia, de la eficiencia y la eficacia del gobierno en los espacios en donde tienen influencia los grupos delictivos, por lo que consideró como grave que el gobierno pueda atender el llamado que hizo un miembro de un cártel a mantener un diálogo.
Es grave que el gobierno mexicano vaya a ceder a un diálogo, porque si el gobierno representa un sistema de justicia y está intentando integrarla, la justicia no se negocia en la calle, sino que se implementa en las cortes y el gobierno va por buen camino en el combate.
Al discernir sobre el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, expuso que los contenidos son diferentes, mientras que el primero surgió “ante el problema político de un grupo de insurgencia, las FARC, que quiere tumbar al gobierno, aquí en México sólo hay un grupo zapatista, pero su interés es otro”.
El Plan Colombia es más amplio, ha recibido un aportación de los Estados Unidos de 4 mil millones de dólares, mientras que la Iniciativa Mérida solo recibirá 1.5 millones en una lista de mercancías y servicios de entrenamiento, además, los Estados Unidos han sido respetuosos de las acciones mexicanas.
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