MAGISTRADOS, ¿AGOBIADOS?
Por: Claudia Rodríguez
Hace algún tiempo un compañero propio de empleo, quien después lo fue de un familiar, ganó un sorteo por una suma de alrededor de dos y medio millones de pesos, luego de haber sido elegida como afortunada su suscripción a un diario para asignarle el premio ganador. Lo que impacto en mi vida de ese suceso, no fue la suerte de esta persona, sino su discreción ante el hecho.
Por aquel tiempo, Francisco Rodríguez y quien esto escribe, conducíamos el Índice Político radiofónico en ABC Radio y el premio citado correspondía a la misma organización periodística, por lo que le sugerimos al afortunado ganador del sorteo, nos concediera una entrevista. Su respuesta fue negativa y la acompañó con el argumento de que prefería mantener el evento fortuito en la mayor discreción para alejar a los envidiosos y a los que intentan adueñarse de lo ajeno, alejados de su vida.
Nunca supe en realidad qué hizo con su dinero el triunfador de la rifa, porque mientras conviví con él, nunca cambió su volkswagen por un vehículo distinto y seguía alternando su función de traslado con el uso del transporte público. Tampoco cambió de vivienda y lo más importante, nunca justificó nada sobre su forma de vivir y de trabajar, antes y después de que la diosa fortuna tocara a su vida.´
Lo importante de todo esto es que nunca tuvo que justificar nada porque sabía que el dinero que obtuvo por ese premio era legítimo y porque sentía que la remuneración económica por su labor en el trabajo era a veces hasta más de lo que merecía –esto último es muy en serio.
Todo esto que arriba les relaté, vino a mi mente ahora que los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) defendieron el salario que perciben anualmente, pues ellos consideran que el nivel de su "independencia, imparcialidad, objetividad y excelencia" en su desempeño, es proporcional a la cantidad de dinero que reciben como pago. Algo así como a mayor cantidad de dinero, mejor servicio.
Es de todos conocido, que los magistrados y ministros en nuestro país, detentan salarios ofensivos entre la generalidad de los que recibimos los mexicanos. Imaginemos que un profesor, un policía o muchos otros de nosotros, de manera independiente a que dependamos del sector público o del privado, justifiquemos nuestro desempeño laboral con referencia al salario que recibimos.
Si se me permite, yo señalaría a los magistrados que si nada deben, nada habrán de temer, como el caso de mi afortunado conocido citado en este texto. O es que acaso los ministros ¿tienen de que agobiarse o sentirse culpables por sus altísimas percepciones económicas, mientras millones de mexicanos ni siquiera saben que existen estos servidores de lujo?
Acta Divina…El Manual de percepciones y prestaciones de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, señala que el salario neto que los magistrados percibirán este año será de 4.1 millones de pesos, más el monto por concepto de prestaciones. Al respecto, María del Carmen Alanís, titular del TEPJF comentó que su salario no fue impuesto por ellos, pues simplemente obedece a que "los juzgadores debemos estar bien remunerados". En tanto que el magistrado Manuel González advierte que no se trata de "salarios exorbitantes", sino de una diferenciada remuneración en el país, pues "los salarios en otras partes están realmente deprimidos".
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Fuente: Indice Político
Difusión: AMLOTV
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