Compañeras y compañeros:
Ira, y dolor: han matado ayer al compañero periodista Luis Arturo Mondragón Morazán, de dos balazos en la espalda, en la puerta de su centro de trabajo.
Otro crimen perpetrado contra el pueblo. Créen poder acallar la verdad matando periodistas. Ya son ocho los hermanos de ese gremio asesinados; vano intento por silenciar las múltiples denuncias que las corruptas acciones del genocida régimen espurio de Lobo Sosa (cobardemente echado bajo las pantuflas de Llorens y las botas de sus amigos golpistas) vine ejecutando en todo orden de cosas; robo del erario público -esquilmado por la camarilla enquistada-, alianza pública y desvergonzada con el narcotráfico; protección y vista gorda con las bandas de ladrones internacionales de vehículos (lucrativa costumbre, como recordamos, de algunos unidormados que ya son conocidos); regalo de los bienes naturales y estratégicos de la nación a las trasnacionales, entrega del territorio patrio al imperio para que instale bases militares y aeropuertos desde donde atacar impunemente a los pueblos hermanos de Nuestra América.
Donde se pone el dedo salta la pus. El cuerpo social de Honduras sufre la terrible corrupción de quienes utilizan la Patria para sus fines nefandos. ¿Alguien puede presumir de haber muerto y podido llevarse "al otro lado" tan siquiera una aguja; artefacto por donde es más fácil hacer pasar un camello antes que alguno de estos abusivos especímenes lo haga al reino de la paz?
Ayer apagaron otra voz, que honesta se levantaba contra este insoportable estado de cosas. La víctima, Luis Arturo Mondragón Morazán, desciende de una estirpe inmortal; supo siempre hacer honor al apellido Morazán, que hace revivir en la memoria de niños y viejos la gran epopeya por la dignidad, la libertad, la independencia y la equidad entre los hombres.
Son ya ocho los hombres de prensa asesinados, ocho las conciencias que no pudieron acallar con amenazas; ocho Resistentes, con firme y segura convicción de lo que significa cumplir con el deber de decir la verdad, de no transigir; de no haber ido jamás -junto a la hez- a atragantarse y embriagarse con el enemigo en fastuosas celebraciones y bailes sobre los cadáveres de los hermanos asesinados. Allí, en esas fiestas entre difuntos morales ciertas ratas entregan su sucia almilla por un plato de lentejas.
Con este crimen, como con en los anteriores, primará la connivencia, el silencio, la hipocresía, la mentira y la complicidad con los homicidas que ejercen la política de Estado del homicidio selectivo para pretender amedrentar al Frente Nacional de Resistencia
Popular. Pero se equivocan taridores asesinos, aquí estará, siempre, la voz del pueblo, elevándose al nivel más alto, para dejarse escuchar en el mundo entero, para pedir justicia, para protestar, para reclamar, para exigir que no se deje impune este crimen; ningún crimen de los casi 200 cometidos por los golpistas de Micheletti y Lobo.
¡Nos matarán, y no podrán matarnos! ¡Estamos vivos, miren, estamos vivos!, ¡Y hemos reunido ya más de 500 mil firmas para tener una Constituyente del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.
¡Viva Honduras!, ¡Viva el FNRP!, ¡Vivan las mujeres y hombres de la Patria de Morazán!
COORDINADORA MEXICANA DE SOLIDARIDD CON HONDURAS
Fuente: Notas Rebeldes
Difusión: Soberanía Popular
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