miércoles, 28 de julio de 2010

La Patria está en gravísimo peligro



Punto crítico

La Patria está en gravísimo peligro

Jorge Santa Cruz

(Exclusivo para Voces del Periodista)



Estamos de regreso en estas queridas, gracias a la gentileza de Mouris Sallum, Celeste Sáenz de Miera, don Abraham García Ibarra y de todo el talentoso equipo que participa en la publicación de Voces del Periodista.

El espacio a nuestro cargo se denominará, de hoy en adelante, Punto crítico, porque la nación mexicana ha sido colocada al borde de la disolución por una clase política apátrida, una delincuencia organizada que controla casi todos los hilos del poder y un intervencionismo totalmente descarado por parte de los Estados Unidos.

Hoy, la Patria enfrenta el más grave peligro desde que le fuera arrebatada más de la mitad de su territorio en 1848, por parte del gobierno y el ejército de la Unión Americana. Vamos a las pruebas:



DELINCUENCIAORGANIZADA





La delincuencia organizada influye ya de manera descarada en el ejercicio del poder político y económico. Los candidatos y funcionarios sólo tienen de dos sopas: venderse a los capos y brindarles protección, o morir asesinados.
Los políticos, por su parte, se protegen unos a otros. Utilizan a los medios de comunicación para atacarse a fin de desorientar al público, pero, en el fondo, constituyen un núcleo muy cerrado al que muy pocos pueden entrar. Ellos saben que tienen poder y, por lo tanto, impiden que nuevos líderes ingresen a él.
Esta mafia política cuenta con el apoyo incondicional de los grandes medios de comunicación que ocultan a la ciudadanía los verdaderos significados de los acontecimientos cruciales y, en cambio, adormecen su capacidad crítica mediante contenidos tan vacuos como los chismes del espectáculo, las telenovelas, la pornografía, el cine, el teatro, la música, los contenidos disolventes de Internet, los deportes (controlados por las propias cadenas de televisión) y, por supuesto, la nota roja. La mafia de la comunicación ha encontrado en el manejo de la sensiblería la mejor herramienta para la manipulación de la opinión pública. Lemas como “ponte la verde” no buscan fomentar la conciencia de nacionalidad en los mexicanos. Los llevan a ser consumidores acríticos, nada más.
La innegable injerencia de los Estados Unidos en la crisis mexicana. Es bien sabido que las agencias de seguridad nacional e inteligencia de la Unión Americana, con la CIA, la DEA y el FBI. a la cabeza, dictaron la estrategia de combate a la delincuencia organizada al actual secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, y al entonces Procurador General de la República –hoy flamante embajador de México ante el Reino Unido-, Eduardo Medina-Mora Icaza. La llamada guerra contra el narcotráfico fue trazada en Washington y tiene como finalidad evitar que las fuerzas armadas nacionales (Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México) puedan dar golpes secos y paralizantes a los grupos de la delincuencia organizada. A Estados Unidos le conviene el caos en México porque le podría permitir –en un momento dado- intervenir militarmente en nuestro país evocando razones de seguridad nacional, como en 1846-1848. Por eso Washington impulsó la Iniciativa Mérida. El botín es suculento: petróleo, gas, agua, uranio e infraestructura para las telecomunicaciones. El jefe en México de la Agencia Central de Inteligencia, la Oficina Federal de Investigaciones y la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos es, por supuesto, el embajador Carlos Pascual.
A la crisis económica permanente hay que agregar la crisis educativa. Los contenidos que se imparten en primarias, secundarias y preparatorias son mediocres y no fomentan el nacionalismo, entendido éste, como el vínculo invisible –basado en nuestros principios y valores- que nos hace ser singulares ante los otros pueblos de la tierra. El nacionalismo es el eslabón que mantiene vigentes los legados y las aspiraciones de nuestros antepasados y es el motor que impulsa a la generación actual a entregar una Patria mejor a las generaciones futuras. El nacionalismo mantiene intactos los anhelos originales y los proyecta al futuro. Hoy, sin embargo, vemos que a gran parte de nuestra juventud le da lo mismo ser mexicana que no serlo. Los ideales se están perdiendo. Hoy los deberes estorban, sólo se reclaman derechos. Hoy el bien ser no importa, lo único que agrada es el bienestar. Los siete millones y medio de ni nis, es decir, de jóvenes que no tienen oportunidad de estudiar y de trabajar, no son una casualidad, son una consecuencia lógica de las malas políticas educativas y económicas aplicadas en México. La mala educación, responsabilidad en gran parte de la cacique del magisterio, Elba Esther Gordillo, ha hecho creer a nuestra juventud que no hay mañana, que no hay fines trascendentes, que no hay un proyecto de Nación.
La gran pregunta es ¿qué hacer? Lo primero es mantener vivo el amor a

nuestra tierra, a nuestra gente, a nuestra alma nacional y, lo segundo, es tratar de cambiar el sistema político, económico y educativo.


elbaesthergordillo


Es hora re reconocer que ni la derecha ni la izquierda representan la mejor solución. La derecha se basa en el capitalismo neoliberal. En la usura. En la explotación del hombre por el hombre, que sólo beneficia a unos cuantos supracapitalistas. En el “dejar hacer, dejar pasar”, que evita cualquier intervención de la ética en la economía. La derecha está sustentada, pues, en una ideología internacionalista ajena a nuestra idiosincracia.

La izquierda propone el socialismo (antecedente del comunismo), que es otra ideología internacionalista. La izquierda se basa en la explotación del hombre por el Estado, que sólo beneficia a la cúpula dominante. El socialismo rechaza, también, las más elementales nociones de ética económica. La dictadura del proletariado no conoce de matices.



AGENTESDELADEA





Lo que necesitamos es una ideología propia, basada en el nacionalismo prudente, respetuoso de las otras naciones, pero decidido a defender los valores y tradiciones de nuestra patria. La derecha se basa en la explotación del hombre por el hombre. La izquierda se fundamenta en la lucha de clases, a favor de la cúpula gobernante. El nacionalismo promueve la colaboración justa entre los dos factores de la producción: patrones y obreros. El bien de la nación se debe sustentar en la justa rectoría económica del Estado y en el verdadero crecimiento de la micro, pequeña y mediana empresa. El bien de la nación radica en fortalecer su mercado interno y en proteger y hacer progresar su sector agrícola. Todo lo anterior apuntalado –por supuesto- por un sistema educativo nacional que responda a nuestras características y no se contente con aplicar consignas y programas que vienen de fuera.

En conclusión: la Patria está en gravísimo peligro. Le toca a la actual generación tomar las medidas pertinentes para evitar el colapso. No hacerlo significará empujar al precipicio a nuestra Nación que tanto ha luchado y tanto ha sufrido a lo largo de estos 200 años para lograr, por la buena, un lugar destacado en la historia. (Correo electrónico: jsc.58otmail.com)



Fuente: Voces del Periodista
Difusión AMLOTV

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