lunes, 5 de julio de 2010

Las 4 lecciones de las elecciones



Las 4 lecciones de las elecciones


(1) Elba Esther Gordillo se vuelve a convertir en el fiel de la balanza. (2) La cuestionada estrategia de crear alianzas para derrotar al PRI fue la correcta. (3) La victoria del PRI no es tan aplastante como para decir que tiene el camino pavimentado para las elecciones presidenciales y (4) El triunfo de Gabino Cué lo ubica como un nuevo jugador rumbo al 2012.
Por Ramón Alberto Garza


De nuevo La Maestra. Otra vez Elba Esther Gordillo se convirtió en esa mano invisible que fue decisiva en unas muy competidas elecciones 2010. Tan estratégica como lo fue en el 2006 y en el 2009.

Sus operadores del magisterio fueron clave para concretar ayer los triunfos de la alianza opositora en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, tres enclaves históricamente vírgenes del cacicazgo priista.

Y el PRI, que ya echaba las campanas al vuelo anunciando que barrerían con casi todas las gubernaturas, se cimbró.

Perdieron 11.5 millones de mexicanos en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, que ya sentían en la bolsa electoral y financiera del 2012 y que no serán gobernador por los tricolores.

La tan criticada estrategia del PAN, PRD, Nueva Alianza -y en el caso de Oaxaca también del PT- confirmó, con votos, ser la correcta.

La aplanadora tricolor rumbo a la elección presidencial amanece hoy lunes 5 de julio desacelerada. Punteando todavía, sí, pero obligada a replantear estrategias.

César Nava, Jesús Ortega, Elba Esther Gordillo y sobre todo Manuel Camacho, se alzan victoriosos y se enfilan con renovadas energías para repetir el exitoso experimento en el Estado de México en el 2011. Más aún cuando en esa sucesión estatal se juega el futuro de Enrique Peña Nieto, el delfín priista.

Pero no hay que perder de vista que también se amanece con la figura fresca y casi heroica del oaxaqueño Gabino Cué.

Y es que al derrotar al invencible Ulises Ruiz, se instala como un nuevo precandidato presidencial que ya le hace compañía en las listas a Marcelo Ebrard o a Juan Ramón De La Fuente.

De facto ellos son la trilogía posible en las aspiraciones de instalar a una izquierda sensata en el camino de la sucesión presidencial.

Aunque Gabino Cué sería, de los tres, el que es mejor visto lo mismo por Felipe Calderón, que por Andrés Manuel López Obrador, Elba Esther Gordillo, Los Chuchos, Manuel Camacho e incluso un amplio espectro del sector empresarial mexicano.

Analicemos.



LA MAESTRA, OTRA VEZ



Se le puede cuestionar, censurar, villanizar, pero al final del día Elba Esther Gordillo termina convertida, con su sindicato de maestros, en un factor decisivo para ganar elecciones.

Sobrarán los que digan que las victorias en Oaxaca, Puebla y Sinaloa son el resultado puro de las alianzas entre todos los partidos que no van con el PRI.

Pero ese resultado no sería el mismo si La Maestra no movilizara a sus ejércitos de profesores que son los que concretan “el último kilómetro” en el proceso de convencimiento ciudadano, así como en la operación, vigilancia y escrutinio en las casillas.

En el análisis electoral publicado el viernes 2 de julio por Reporte Indigo, advertíamos que el factor Elba Esther Gordillo sería crucial. Más aún, fuimos precisos al advertir que la líder magisterial había dejado a un lado sus compromisos con el veracruzano Miguel Ángel Yunes y con el sinaloense Jesús Vizcarra.

“Hoy las preferencias de La Maestra están en el aire y podrían convertirse en toda una sorpresa, sobre todo en Veracruz y Sinaloa”, publicamos el viernes anterior a la elección.

Y advertíamos que “en Veracruz, su candidato siempre fue Miguel Ángel Yunes, uno de los suyos, por quien abogó ante el PAN para consumar una alianza con su partido, el Panal.

“Pero algo sucedió entre La Maestra y el ex director del ISSSTE”, dijimos, “Porque ya se habla de un abandono del pacto para que el magisterio opere a favor del priista Javier Duarte.

“Después de todo, si Elba Esther Gordillo quiere jugar del lado del PRI en el 2012, tiene que ir fortaleciendo las alianzas con jugadores clave como Fidel Herrera”.

Y con precisión advertimos: “En contraparte, y para no quedar mal con el PAN, La Maestra estaría dispuesta a retirar su apoyo al panista Jesús Vizcarra en Sinaloa, a cambio de dar su respaldo al panista Mario López Valdez, ‘Malova’.

“El que sí parece muy seguro con el apoyo de su mentora política, es Rafael Moreno Valle, quien como candidato de la alianza PAN-Panal en Puebla, podría terminar por recoger los mejores frutos del magisterio”.

Sobre Oaxaca advertimos el viernes 25 de junio en el texto “¡Qué suerte, Maestra!”: “Y ni qué decir de Ulises Ruiz el gobernador de Oaxaca. Cuestión de recordar las confrontaciones magisteriales en ese territorio dominado no por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sino por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). La Maestra reclama territorio”.

Los hechos confirman el pronóstico. Yunes no pudo remontar a Duarte. Y en cambio Gabino Cué, Rafael Moreno Valle y Mario López Valdéz aventajaban anoche con holgura a sus rivales.

La Maestra repitió con éxito su estrategia de fiel de la balanza en el 2006 y en el 2009. Le funcionó en el 2010 y será crucial su apoyo o no a Enrique Peña Nieto con la elección del Estado de México en 2011. Y eso la instala, otra vez, como fiel para el 2012.



EL PRI SE FRENA



Para el priismo que sentía suya la jornada electoral del domingo 4 de julio, en la que esperaba una aplastante victoria en 11 de las 12 gubernaturas en disputa, las cuentas no salieron tan claras.

Es cierto que la estrategia de Beatriz Paredes logró recuperar para el tricolor los estados de Aguascalientes y Tlaxcala, en poder del PAN, así como Zacatecas en manos del PRD.

Pero perdió tres estados que no los consideraba en su lista de perdidos: Oaxaca, Puebla y Sinaloa.

Pero peor aún, los estados que perdió tienen 2.5 veces más habitantes que los tres que recuperó. Oaxaca, Puebla y Sinaloa tienen 11.4 millones contra 3.5 millones de Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas.

Por eso el PRI no puede cantar como quisiera su victoria en estas elecciones.



Porque aunque matemáticamente gane 8 ó 9 de 12 gubernaturas, las tres o cuatro que dejó en la mesa eran –junto con Veracruz- las más estratégicas por ser históricamente sus enclaves nunca perdidos, los populosamente más densos.

Y esa pérdida de población se traduce en no contar con tres tesorerías estatales de las que tienen más presupuesto, desde donde pueden operarse muchos apoyos para las elecciones presidenciales que ya se avecinan.

Pero quizás la lección más dolorosa para los priistas es la de saber que a pesar de que sus gobernadores ejerzan elecciones de Estado, como Ulises Ruiz en Oaxaca o Mario Marín en Puebla, sus rivales tienen con qué movilizar al electorado para repudiar a los caciques.

Jamás la justicia llamó a cuentas al corrupto y abusivo gobernador oaxaqueño, como tampoco le pasó la factura de sus nexos con los pederastas a “El Gober Precioso”. Pero el electorado se las cobró.

Como lo terminó haciendo en Sinaloa, en donde el compadre de “El Mayo” Zambada, el priista Jesús Vizcarra, no pudo imponerse a Mario López Valdez, quien a pesar de su popularidad terminó despreciado por los priistas y siendo rescatado por la alianza opositora.

Por eso el priismo debe amanecer ya no lamentando lo que le sucedió ayer, sino evaluando lo que tiene qué hacer para que esas alianzas entre el PAN, PRD, Panal, Convergencia y PT no repitan su victoria en el Estado de México.

De esa estrategia dependerá que se confirme o no si tiene pavimentado el camino para recuperar el picaporte de Los Pinos.



LA PODEROSA ALIANZA



Es cierto que ideológicamente son opuestos, pero lo cierto es que las muy cuestionadas alianzas electorales entre el PAN, PRD, el Panal, Convergencia y el PT, sí funcionaron. Tenían razón.

Dentro del PAN, su líder César Nava amanece con buenas cuentas para los albiazules. Aunque los ganadores sean ex priistas, aunque sea de la mano de quienes no legitimaron el gobierno de Felipe Calderón.

El dirigente nacional de Acción Nacional se mantuvo contra viento y marea apostándole al “todos contra el PRI”. Aun por encima de Fernando Gómez Mont. Y a diferencia del año pasado con Germán Martínez, el PAN amanece respirando más tranquilo y calificando para el 2012.



Dentro del PRD, Los Chuchos encabezados por Jesús Ortega se afianzan, porque los triunfos en Oaxaca, Puebla y Sinaloa opacan incluso la derrota perredista en Zacatecas. Tienen margen de maniobra sobre Andrés Manuel López Obrador.

Dentro del Panal, Elba Esther Gordillo se refrenda como el factor bisagra que con su partido y con sus operadores, saben sacar adelante la tarea en el día más crucial: el de ir a votar y el de contar los votos.

Dentro de Convergencia, y aunque Dante Delgado se quedara en medio del camino rumbo a Veracruz, la festejada victoria de Gabino Cué tiene un sello naranja, naranja. Cuando el oaxaqueño dejó el PRI, Convergencia fue su refugio.

Y ni qué decir de Manuel Camacho, quien con interminables horas de diálogo y de sentarse a la mesa con unos y con otros, terminó trazando la estrategia que venía dibujando desde el 2006 y que todos creían ilusoria, imposible. Pero al final del día fue la que frenó a la locomotora tricolor.

Con las victorias de ayer, sin contar Durango que parece en el aire, 58.6 millones de mexicanos son gobernados por el PRI y 43 millones por los partidos de las alianzas.

Pero si esas alianzas se mantienen para postular a un candidato en el Estado de México, el PRI se enfilaría rumbo al 2012 con 44.6 millones de mexicanos contra 57 millones bajo dominio de los otros partidos. Un vuelco.

Eso sin contar con que una derrota del PRI en el estado de su delfín Enrique Peña Nieto sería un descalabro político difícil de remontar.



EL ‘PEÑA NIETO’ DE LA ALIANZA



Pocos dimensionan hoy los alcances del triunfo de Gabino Cué en Oaxaca.

Para abrir boca, se enfrentó de lleno a lo más cercano que existe a una elección de Estado y derrotó a Ulises Ruiz y a su candidato en una entidad siempre gobernada por el PRI. Es heroico.

Pero con ese triunfo sobre los tricolores, la figura de Gabino Cué se instala como una nueva opción, fresca, honesta, transparente que es capaz de enfrentar y de vencer. Es convincente.

Esa figura se crece, cuando se ratifica que está en las simpatías lo mismo de Felipe Calderón que de Andrés Manuel López Obrador. De la maestra Elba Esther Gordillo que de Jesús Ortega. Es ecuménico.

Y en lo que falta para decidir las candidaturas presidenciales, bien podría construirse una posibilidad –sobre todo de las alianzas- en torno a lo que será el nuevo rostro de la victoria. Un equivalente a un “Peña Nieto” desde las alianzas.



Sobre todo si Gabino Cué hace su tarea y no le decreta impunidad a lo que será un rosario de corruptelas y abusos de un gobernador como Ulises Ruiz, que tipifica lo peor de la política mexicana. Lo más negro de la historia de los cacicazgos priistas.

Someter a cuentas al antecesor, en los tiempos en que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón pueden presumir a un “pez grande” en su tan prometida lucha contra la corrupción, sería una moneda muy canjeable electoralmente hablando en dos años.

Es un hecho que el que será el nuevo gobernador oaxaqueño estaría instalado ya al lado de Marcelo Ebrard y de Juan Ramón de la Fuente, por citar dos casos viables, como una opción de una izquierda social y sensata que los mexicanos están reclamando. Lo veremos.

Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV

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