martes, 19 de octubre de 2010

Palabras del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,




Palabras del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Genaro David Góngora Pimentel, durante el acto de presentación de la
asociación civil Encuentro


Buenos días.

Me da mucho gusto compartir con ustedes este evento. Dar ahora una idea
exacta del mérito que nos ha convocado, es empresa superior a mis
alcances, sólo el México de nuestros días puede explicarlo, pues es un mar
de turbulencia, un mar inquieto, impulsado por las fuerzas del presente y
por el vigor de la resaca que lo llevan hacia su verdadero destino.

Ésta es una época de prueba para los mexicanos, día a día se van abriendo
paso a la impetuosa democracia que exige el federalismo, para llegar al
verdadero Estado de Derecho, y espontáneamente aumentan, como un solo
grito, las exigencias sociales por un justo régimen de legalidad, orden y
seguridad.

Debemos ofrecer a México una nueva esperanza sobre el futuro incierto que
se avizora en el presente, con la seguridad de que el potencial para el
mañana será ciertamente mejor.

Es momento de fortalecer el cambio en nuestro país, lo cual, será
favorable porque nuestro esfuerzo tiene rumbo. En estos encuentros y
compromisos que habremos de buscar, estamos seguros que no podremos
adelantar nuestra tarea, si no vamos todos juntos, no habrá forma de
hacerlo. No podemos quedarnos quietos o hacernos un lado.

La verdad debe ser la que nos una y esa cohesión, esa unión, no debe
perderse. La honestidad, el valor y la decisión es, al final, la mejor
política.

Hay un proyecto, una tarea y, una vocación de justicia y libertad,
necesitamos crecer con equidad, hacer más efectivo al Estado; desatar la
energía de la comunidad, enraizar la participación popular a través de las
instituciones que el pueblo ha sabido darse.

Sólo así se podrá afirmar la transformación de un nuevo México, una nueva
ciudadanía con una nueva cultura política.

Por ello, confío en la organización política que nos convoca, pues tiene
la visión, el talento y el coraje para entender los tiempos que enfrenta
el país y actuar en consecuencia; sin duda, logrará encabezar esta nueva
cultura y este nuevo quehacer político.

Existe un poder más alto, cualquiera que sea el nombre que le demos, que
nos ordena no solamente proceder con rectitud, sino también con amor, no
únicamente aplicar el derecho, sino impartir justicia con misericordia.

Ahora que estamos tratando de sanar, en lo posible, las heridas que nos
han dejado las luchas políticas, hagamos un esfuerzo por la restauración
de la regla de oro de un proceso político justo: hermanablemente quitemos
de nuestros corazones la sospecha y el odio.

Será el reto garantizar el pleno apego a la Constitución y al Derecho, en
las decisiones públicas que las circunstancias exigen, abrir cauces
eficaces de reconciliación para rescatar el principio político
constitucional de que la soberanía reside en el pueblo, quien no puede
seguir siendo presa de intereses ajenos a su bienestar.

Estas razones son el impulso para que se logre la transformación de la
vida de México al establecer una nueva economía, una nueva forma de hacer
política y una nueva convivencia social, más humana, más justa y más
igualitaria, por ello, se debe hacer todo lo que esté en nuestras manos
para apoyar esa transformación pues en ella se sustenta el futuro de los
mexicanos.

No olvidemos que nuestro país tiene, como las piedras preciosas, mil
facetas distintas, no perdamos tiempo, es ahora el momento del cambio y de
una nueva esperanza.

Queremos a México entrañablemente y no necesitamos engañarnos sobre la
existencia de los males y las flaquezas que nos agobian. Deseamos ser
dignos de comprender esos males y esas flaquezas, no para exagerarlos con
la ironía o el pesimismo, sino para corregirlos con el trabajo.

Gracias.


Fuente: Gobierno Legítimo
Difusión AMLOTV

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