lunes, 20 de diciembre de 2010

Promueve Ludovic Bonleux documental sobre la guerra sucia en Guerrero

FÉLIX SALGADO MACEDONIO

Ludovic Bonleux Sirven nació en Arcachón, Francia, de la provincia de Gironde. Estudia Historia Contemporánea, elabora documentales de los movimientos políticos y sociales en México y en su tierra natal.

Desde hace ocho años, está haciendo trabajo en Guerrero. Hace un reportaje fotográfico sobre la violencia política en el estado, que tiene que ver con Aguas Blancas, El Charco, y la violencia de los setenta. Toca temas de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.

–En Atoyac hice la presentación del video El crimen de Zacarías Barrientos, en la casa de cultura popular con la fundación Lucio Vive.

–¿Qué tema tocas ahí?

–Bueno, es un documental sobre el asesinato de Zacarías Barrientos, testigo clave en las investigaciones sobre los desaparecidos en la Costa Grande, y las investigaciones locales por la fiscalía especial.

–¿Qué otros temas toca el video?

–Sobre la guerra sucia, desapariciones forzadas, sobre la extinción de la fiscalía que no fiscalizó nada. También hago un documental sobre la trayectoria humana de una persona que fue metida en esos conflictos (que los vivió).

–¿Qué ves en ese documental?

–Veo justamente que alguien intentando salvar su vida se vuelve delator de muchas personas y 25 años después decidió colaborar con la discalía para reparar el daño que había hecho.

–¿Es Zacarías Barrientos?

–Sí, él vivió como ermitaño. Alejado de la gente. Fue secuestrado por el Ejército en los setenta y durante tres años fue delator. Entregaba a supuestos guerrilleros, en la época de Lucio Cabañas. Después de esto, regresó a su pueblo, Rincón de Las Parotas, afuera de Atoyac, donde fue asesinado por varios hombres con cuernos de chivo (AK-47), en noviembre de 2003. Ese mismo día la Femospp había girado una orden de aprehensión en contra de El Chiro Galeana, ex policía del estado, acusado de desaparición forzada. Nunca lo agarraron y un mes después murió de diabetes. Y en enero, días después agarraron a cinco vecinos de Atoya, por el crimen de Zacarías Barrientos. Tres vecinos, su propia esposa e Isaías Martínez, defensor de derechos humanos. Ya salieron algunos de la cárcel y otros purgan penas por 20 años de prisión, pero a los cinco años salieron también.

–¿Qué experiencia te deja este documental?

–Pues, pude encontrar mucha gente que vivió momentos oscuros de la guerra sucia, fue muy valioso para mí; vi en que metida el sistema judicial mexicano, condena a inocentes más que a culpables.

–Y, ¿cómo ves que 40 años después no aparezcan ni los cuerpos de los desaparecidos?

–Es una lástima que sus familias no puedan encontrarlos. Ejemplo Isaías Martínez, quien murió sin saber dónde estaba enterrado su hijo Misael, desaparecido en el 78. Lo que sí me alegra, es que aunque la fiscalía tronó; aunque no hay voluntad del gobierno para resolver, hay gente como Tita Radilla, que cuando menos un caso pudieron llevar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que obliga al gobierno mexicano a reconocer que hubo desapariciones forzadas en el país.

–¿Cómo ves al país?

–Lo veo militarizado, otra vez los soldados están fuera de los cuarteles y hay que tener mucho cuidado cómo opera el Ejército, en un momento de conflicto interno.

–¿Aún ves la guerra sucia en México?

–Sí, líderes sociales están desaparecidos. En Oaxaca, Guerrero y muchas partes del país.

–Después de esa presentación, ¿qué sigue?

–Hago un llamado a las universidades, o a la gente que quiera para hacer la presentación pública, lo haré con mucho gusto.

–¿Dónde lo has exhibido?

–En la televisión francesa, en la cadena Images Plus, en el FICCO, en el FICA, en el Festival de la memoria en Tepoztlán.

–¿Tiene algún costo?

–No, es gratuito.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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