Orizaba, Ver.- Organizaciones sociales del centro del estado iniciaron una campaña para exigir que se ejecute una “auditoría exhaustiva” al funcionamiento de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde. Acusan que en 2010 la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el senador Juan Bueno Torio reconocieron que la central trabaja con equipo anticuado y en malas condiciones.
De acuerdo con un documento firmado por David Estévez Gamboa, diversas organizaciones sociales advierten de una serie de problemas, sobre todo climáticos, que pueden afectar el funcionamiento de la central. Entre ellos, la misiva destaca los “megahuracanes” que se pronostican para este año.
“El peligro de una catástrofe por contaminación nuclear en México es real”, apunta el escrito del cual La Jornada Veracruz tiene una copia. Una breve comparación con la situación de Japón dispara la alarma, pues confirma las previsiones que han hecho desde hace años organizaciones ambientalistas, sociales y especialistas sobre el tema:
1.- Nuestro país está expuesto a efectos sísmicos.
2.- La tecnología usada en la Planta de Laguna Verde es obsoleta.
3.- Los niveles de corrupción y la indiferencia de muchos gobernantes aumentan los riesgos de una catástrofe.
“¿Y los megahuracanes no pueden dejar sin corriente eléctrica a la planta y afectar el sistema de enfriamiento de los reactores, como está pasando en la Central Nuclear de Fukushima en Japón?”. Se plantea y alerta de otros fenómenos naturales que en determinado momento pueden afectar los sistemas de enfriamiento con los que cuenta la planta:
“Es impredecible la magnitud y la fecha de un sismo. Sobre sus efectos es necesario recordar que el 3 de junio de 1932 se llegó a una intensidad de 8.4 grados Richter. Los sismos del 19 de septiembre de 1985 alcanzaron una intensidad de 8.1, si bien los efectos mayores se han dado en zonas del Pacífico y el centro del país, no podemos descartar que esto pueda pasar también en los estados que se encuentran en el Golfo”.
Además, señala el uso de equipo desfasado en la planta nucleoeléctrica: “El 8 de marzo de 2006, sin terremoto, sin tsunami y sin megahuracán, debido a problemas de mantenimiento el reactor número 2 de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde estuvo a la deriva, sin poder ser apagado”.
Lo peor, advierte, es que “en junio de 2010 la CFE aceptó que la planta “operaba con equipo radiológico dañado u obsoleto”. A propósito, cita entrevistas que en su momento se realizaron a funcionarios relacionados con el tema: “en su momento, 14 de junio de 2010, el senador Juan Bueno admitió que Laguna Verde opera con tecnología obsoleta después de 14 años de uso y que es necesario el cambio para su mejor operación”. Él no fue el único, continúa el documento, la entonces titular de la extinta Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), Silvia Domínguez, con la cita de declaraciones de la misma empresa “dijo que no hay riesgo para la población en general”.
No obstante estas condiciones, se considera que no hay la certeza en la operatividad de la planta: “¿Qué confianza nos da la corrupción e indiferencia de autoridades? Si por ejemplo, en el doloroso caso de la dispersión de insecticidas, plaguicidas y sustancias cancerígenas provocadas por la explosión de la fábrica de Anaversa, en Córdoba, la catástrofe pudo evitarse y la justicia aún no llega. Las más de 5 mil víctimas son una herida abierta ante la que no se puede ser insensible”. Al respecto, el documento afirma que “el gobierno y sus beneficiados, por el buen funcionamiento de la nucleoeléctrica de Laguna Verde, pretenden para el 2028 tener funcionando otras nueve centrales más. Y ahora ¿Qué sigue? ¿Qué vamos a hacer? ¿Es esta la herencia para los niños de hoy y mañana? ¿Vamos a esperar a que la catástrofe llegue y después indignarnos, lamentarnos? Es necesario tener un plan alternativo y movilizarse. La sociedad civil tiene la palabra”, concluye.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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