Migración intimida a Olga Wornat
GLORIA LETICIA DíAZ
En un nuevo “episodio extraño”, la periodista argentina Olga Wornat fue retenida por personal del Instituto Nacional de Migración (INM) en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a su llegada a este país el pasado 29 de marzo, por una supuesta “alerta nacional”.
Autora de La jefa. Vida pública y privada de Marta Sahagún de Fox, Wornat aún espera que la justicia federal resuelva la impugnación que interpuso la segunda esposa de Fox al fallo de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, que absolvió a la revista Proceso –también demandada por publicar el adelanto del libro de la argentina– y redujo a la periodista el resarcimiento por daño moral a medio millón de pesos, además de la publicación del extracto de la sentencia en El Sol de México (Proceso 1636).
Wornat, que enfrenta otra demanda de Manuel Bribiesca Sahagún por su libro Crónicas malditas desde un México desolado, llegó al aeropuerto de la Ciudad de México a las 12:30 horas del 29 de marzo, procedente de Caracas, Venezuela.
En entrevista, cuenta que en el mostrador de Migración una empleada le comunicó que “había un problema con el pasaporte”. Al parecer se trataba de un reporte de robo que no había denunciado Wornat.
La agente de Migración le pidió esperar hasta que su superior le diera autorización para permitirle el ingreso a México, pero después de 15 minutos la condujo a una habitación, “donde no había nada ni nadie”, sin ninguna explicación. “A los 20 minutos intenté salir”, dice, pero dos guardias del aeropuerto se lo impidieron. “Mi celular no funcionaba porque no había cobertura, no me informaban nada y lo peor es que se llevaron mi pasaporte, lo cual es ilegal”, cuenta.
Después de 45 minutos desde que llegó al mostrador del INM, otra empleada de la dependencia la llevó a una oficina donde un hombre joven, alto, vestido de civil, que “se conducía como jefe”, tenía su pasaporte, y le dijo que el problema no era un reporte de robo.
“Hay una alerta nacional sobre su persona”, aclaró el funcionario del que Wornat no supo su nombre. Además, le indicó que tenía información de que se le seguía “una causa en un juzgado civil” y que tendría que interrogarla.
“Yo le dije que ni en México ni en ninguna parte está autorizado para interrogarme, que no he cometido ningún delito, que no tengo una causa penal. Molesta, le dije que me colocara al teléfono con la embajada argentina y que iba a hablar con mis abogados.
“Le pedí que me devolviera mi pasaporte, pero él me decía que no podía irme cuando yo quisiera porque estaba en México. Yo le respondí que no podía detenerme, que ni que fuera la amante de El Chapo Guzmán para que hubiera una alerta nacional de mi persona.”
Extraño episodio
El funcionario la cuestionó por haber regresado a México después de su última visita al país, a finales de diciembre de 2008. Luego de otro intercambio de palabras, y después de consultar con un superior al que la periodista no vio, finalmente le devolvió su pasaporte.
“Me dijo que por esta ocasión me iban a dejar ir, sin mayores explicaciones de que era eso de ‘alerta nacional’ y que decía que era la información que estaba en su computadora, que no me permitió ver. Me pareció rarísimo que mencionara la causa en un juzgado civil, cuando es un asunto viejo y nunca había tenido problemas, ni siquiera en el sexenio pasado, con Vicente Fox”, narra.
Después de este episodio, con un “sentimiento de impotencia”, Wornat se comunicó con el procurador Eduardo Medina Mora, quien justificó la acción del personal del INM argumentando que probablemente el pasaporte de la escritora argentina había sido duplicado en Estados Unidos.
“Yo le dije que eso no era posible, porque hacía un mes había estado en Estados Unidos, y que además eran cosas distintas. Quedó en investigar qué había ocurrido y comunicarse conmigo, y hasta ahora (3 de abril) sigo esperando su llamada.”
Wornat asegura haber sido víctima de varios “episodios extraños” en México a partir de la publicación de La jefa, como intervenciones telefónicas, cartas con amenazas de muerte en sus libros y hasta el envío de un féretro con flores a su casa. Pero la situación por la que pasó el 29 de marzo la hizo sentir muy vulnerable.
Describe: “Fue horrible, porque uno siente violado su derecho como ciudadano de donde sea que viene a México, te sientes impotente, y yo no tengo nada que ocultar, como le dije al de Migración”.
Recuerda que la última ocasión que tuvo un altercado con personal de Migración fue en 2005, cuando intentaron bajarla de un avión con destino a Campeche, donde presentaría su libro Crónicas malditas. Wornat, que tenía una orden de arraigo para permanecer en el país, exigió a los funcionarios la orden judicial para que ella bajara de la aeronave. Por supuesto no existía, y continuó su trayecto.
En próximos días, anuncia, presentará una demanda contra el INM por el reciente “episodio extraño”, que rayó en lo “ilegal”: “no pueden tenerme encerrada 45 minutos con dos guardias de seguridad y llevarse mi pasaporte”.
Aunque asegura que después del trago amargo no se sintió perseguida, sí tiene mucha inquietud e incertidumbre porque sea ahora, en el gobierno de Felipe Calderón, que se le trata de impedir su ingreso al país. “Ni siquiera ocurrió cuando esa gente (Fox y Sahagún) estaban en el poder, y la situación estaba muy complicada con la demanda y las amenazas”.
Intrigada, Wornat no está segura de que el incidente esté directamente vinculado con las demandas presentadas por los Sahagún contra ella, o si habrá intervenido “alguna persona del gobierno de Fox que ahora esté en Migración, por ejemplo esta señora Teresa Aranda”.
Ana Teresa Aranda Orozco, secretaria de Desarrollo Social en la administración foxista, presentó su renuncia como subsecretaria de Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación el pasado 30 de marzo, según informó a medios de comunicación de Puebla el jueves 2 de abril, cuando acudió en representación de Calderón a la toma de posesión de Víctor Sánchez Espinosa como nuevo arzobispo en ese estado.
“Yo no sé si es parte del acoso, de una serie de situaciones bastante extrañas, por darle un término, pero esto fue ilegal. He pasado por una serie de episodios extraños, algunos más amenazantes, pero este fue horrible”, reitera Wornat.
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