martes, 14 de julio de 2009

Felipe el fallido I







Alejandro Encinas Nájera
Felipe el fallido I

Dime cómo llegaste y te diré cómo gobiernas. Como candidato, Felipe Calderón tuvo miedo a una decisión democrática, por lo que infundió miedo entre la población para ahogar sus esperanzas de cambio e inhibir que tomaran una decisión desde su libertad de conciencia. De las trampas y mentiras de las que se sirvió para ganar, se deduce la impronta de su sexenio.

Una vez que tomó protesta, el panista trató de compensar su debilidad política con la apariencia de fuerza que dan las armas. En el combate al narcotráfico fincó su proyecto sexenal. Fue la excusa idonea para unificar a los mexicanos en torno a su “liderazgo“. En su búsqueda desesperada de legitimidad, no le importó conducir al país a una espiral de violencia y descomposición del tejido social sin precedentes.

Instalado en el poder, olvidó por completo sus promesas: Durante su campaña dijo que iba a bajar el precio de la luz, del gas y de la gasolina, y en lo que va de su administración, por ejemplo, la gasolina ha incrementado más de 25 veces (por cierto, ¿y la refinería?); Dijo que iba a ser el “presidente del empleo” y en lo que va de su sexenio se ha registrado la mayor tasa de desempleo de la última década; Dijo que iba a luchar por la seguridad pública, pero desde que asumió funciones han sido ejecutadas más de10 mil personas y México ocupa el primer lugar en secuestros; Prometió mano dura en contra de la delincuencia, pero otorga contratos para que sus allegados lucren ilegalmente con las guarderías públicas; Dijo que iba a manejar con responsabilidad la economía, pero el FMI augura que el PIB acumulará para diciembre una caída de 7.5 por ciento. En lo que va de este sexenio, el valor de la moneda mexicana ha caído en 40 por ciento. La crisis mundial afectará más a México que a Haití, el país más pobre de América y el Caribe.

Por todos estos enganos, el pasado 5 de julio muchos mexicanos que en 2006 votaron por él, le retiraron su apoyo. Pero de eso hablaremos manana.

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