Pide Zelaya la intervención de la Cruz Roja para atender a las 60 personas hospedadas
Atacan los golpistas hondureños la embajada de Brasil con gases tóxicos
Impiden las tropas que cercan la legación el acceso a varios representantes de Naciones Unidas
No les interesa el diálogo, sólo atemorizarnos, dice el presidente constitucional a periodistas
Hondureños contrarios al gobierno de facto se manifiestan en las cercanías de la misión brasileñaFoto Reuters
Afp, Dpa y Reuters
Tegucigalpa, 25 de septiembre. El gobierno golpista de Honduras atacó hoy la embajada de Brasil en esta capital con gases tóxicos de uso militar, denunció el presidente constitucional Manuel Zelaya, quien pidió la intervención de la Cruz Roja Internacional para atender a las 60 personas que desde el lunes pasado se encuentran alojadas en la legación diplomática, sitiada por militares y policías.
Las tropas que rodean el inmueble ubicado en una zona residencial de esta capital impidieron el acceso a varios representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el argumento de que no tenían autorización del régimen de facto para entrar.
Los funcionarios del organismo debieron esperar horas hasta que les fue permitido el acceso para verificar la situación del mandatario, quien está en la embajada en calidad de huésped.
Tras la denuncia del ataque, dos médicos hondureños –Carlos Aguilar, ministro de Salud de Zelaya, y Marcos Rodas, médico de cabecera del mandatario– fueron autorizados a ingresar a la embajada de Brasil para examinar al gobernante y a las demás personas afectadas por el gas tóxico.
Zelaya explicó en conferencia de prensa que la sustancia que habia en el ambiente le causó dolor de cabeza, malestar estomacal, irritación en los ojos y garganta, y que incluso uno de sus acompanantes vomitó sangre.
Citó que salió este viernes de la oficina que utiliza como dormitorio en la embajada brasileña en Tegucigalpa con un fuerte dolor de garganta, cuando comprobó que otros huéspedes también estaban con problemas para respirar y algunos vomitaban, entre los que se encuentran familiares del mandatario, partidarios, periodistas y diplomáticos de Brasil.
Alguna gente empezó a ponerse muy alarmada y cundió cierto descontrol porque no se sabía qué estaba pasando, ni cuáles podían ser las consecuencias físicas del contacto con aquella sustancia, relató Zelaya, quien dijo que el gas fue lanzado por militares desde casas aledañas.
El mandatario mostró fotos de militares instalando aparentemente tubos en las cercanías de la legación, que supuestamente estaban usando para diseminar el gas.
Este aparato es un instrumento de guerra, produce dolor de oídos y afecta el sistema nervioso central, dijo el dirigente Rafael Alegría. El mandatario constitucional afirmó que estos aparatos fueron proporcionados a los militares hondureños por los israelitas.
El canal 36 de televisión, que no es afín al gobierno de facto, difundió fotografías tomadas desde la embajada que muestran a militares en uniforme de combate y con máscaras antigases que colocaban unos aparatos en el jardín de una casa colindante.
Zelaya pidió la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja el mismo día en que el Consejo de Seguridad de la ONU exigió al golpista Roberto Micheletti que termine el asedio contra la embajada brasileña. Añadió que con esto buscan amedrentarlo, pero que se mantendrá en la lucha en forma pacífica.
Interpretamos claramente que no les interesa el diálogo, quieren seguir usando la fuerza, quieren amedrentarnos, aterrorizarnos para consumar su crimen en contra del pueblo hondureño, dijo.
El martes anterior, un día después de que el presidente constitucional retornara subrepticiamente al país centroamericano y se refugiara en la legación, los militares colocaron altavoces frente a la sede diplomática y estuvieron tocando en forma estridente el himno nacional de Honduras.
Esta acción la copiaron de las tropas estadunidenses, que colocaron música estridente en Panamá para hostigar al ex dictador Manuel Antonio Noriega, después de que éste se refugiara en la Nunciatura Apostólica tras la invasión de 1989.
El gobierno de facto también cortó la electricidad y el agua potable a la embajada, pero restableció ambos servicios luego de las protestas de la comunidad internacional, pero han persistido las dificultades para conseguir alimentos y útiles de aseo.
Además, numerosos acompañantes de Zelaya han denunciado que recibieron llamadas anónimas en sus teléfonos celulares con amenazas de un inminente asalto militar, aunque el régimen de Micheletti ha prometido que respetará la Convención de Viena y sus tropas no incursionarán en la legación.
Un portavoz de la Policía Nacional negó que su institución estuviera detrás del asunto del gas, mientras activistas zelayistas denunciaron que el régimen de facto también colocó aparatos de ultrasonido que provocan malestar a los huéspedes de la embajada.
En tanto, Zelaya volvió a llamar a sus seguidores a resistir y continuar las movilizaciones, como ocurrió este día cuando miles de hondureños marcharon en Tegucigalpa y al pasar frente a la embajada de Brasil, se dirigieron al presidente gritando que resista el asedio del régimen de facto.
Un dirigente pidió por altavoces a la multitud, estimada en unas 6 mil personas, que no se manifestara cerca de la sede brasileña para no poner en peligro la vida del presidente, en este día que amaneció sin toque de queda.
Ondeando banderas de Honduras y de organizaciones que forman el Frente de Resistencia contra el Golpe del 28 de junio, los manifestantes marcharon desde la Universidad Pedagógica hacia el centro de la ciudad, gritando consignas contra Micheletti. La ruta es sacar a ese hijo de puta, ni perdón ni olvido, muerte a los golpistas, coreaban insistentemente los manifestantes.
Zelaya insistió en que “se han establecido enlaces informales para que se inicien las pláticas que conlleven al diálogo, pero eso no podrá avanzar hasta que se vea un cambio de actitud en el régimen de facto”.
El presidente constitucional reconoció que en la reunión que sostuvo la noche del jueves en la sede de Brasil con los cuatro candidatos presidenciales éstos no se manifestaron por su restitución, por lo que dijo que confiaba más en el pueblo hondureño y sus principios democráticos.
Los cuatro candidatos, que en su momento apoyaron el golpe del 28 de junio: Elvin Santos (de su mismo Partido Liberal), Porfirio Lobo (Partido Nacional), Felicito Ávila (Democracia Cristiana) y Bernardo Martínez (Partido Integración y Unidad), previamente se habían entrevistado con Micheletti.
En mensaje difundido en cadena de radio y televisión, un portavoz del régimen de facto anunció el restablecimiento del toque de queda en la mayor parte del país a partir de las 20 horas de este viernes hasta el sábado a las 5 horas.
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