martes, 29 de septiembre de 2009

Cuba: Los reclamos de Juanes





Cuba: Los reclamos de Juanes
JUAN BALBOA

LA HABANA, 25 de septiembre (apro).- El concierto masivo e histórico del pasado domingo 20 de septiembre en la Plaza de la Revolución estuvo a punto de abortar veinticuatro horas antes: el despliegue de la seguridad y la presencia en primera fila de integrantes de organizaciones del Partido Comunista de Cuba (PCC) hizo estallar a Juanes.

Todo se inició al mediodía del sábado 19 en el hotel Nacional, el bunker de los organizadores y cantantes extranjeros, donde los ánimos subieron de tono y temperatura, al grado que el afamado cantante colombiano amenazo con suspender el concierto.

Juanes y su equipo tenían información "fidedigna" de que el gobierno de Cuba había invitado a miles de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) para ocupar la primera y segunda fila del magno concierto.

Las organizaciones del PCC habían repartido días antes invitaciones especiales a "compañeros", según confirmó un alto dirigente de la UJC, para que asistieran temprano al concierto y formaran las primeras filas de la muchedumbre congregada en la Plaza de la Revolución.

"Tenía dos objetivos, queríamos darle oportunidad a jóvenes que trabajan desinteresadamente por la organización y el partido de tener un día de diversión y, al mismo tiempo, de asegurarnos que ellos velarían por la seguridad de los artistas", según la misma fuente de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Así fue. En la capital cubana, así como en las provincias de La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, entre otras, se repartieron invitaciones especiales a miembros (o sus familiares) de las dos organizaciones. Una práctica común en Cuba cuando de actos masivos (políticos o culturales) se trata.

Pero Juanes no lo entendió así.

Los telefonazos no se hicieron esperar.

En el ministerio de Cultura la movilidad creció pero también las preocupaciones.

El ministro y viceministro de Cultura, Abel Prieto y Abel Acosta, respectivamente, empezaron a tejer fino con los encargados de la seguridad del concierto "Paz sin Fronteras".

Juanes solicitaba que ningún espacio estuviera predestinado para nadie. "Ni para turistas ni para nadie de ninguna organización", expresaba por teléfono su publicista.

La solicitud hecha directamente al viceministro Abel Acosta era que el concierto sería libre y los espacios fueran ocupados conforme los espectadores fueran llegando.

Las cosas subieron de temperatura también cuando la parte cubana conoció de un texto que intentaban leer algunos de los artistas. Las autoridades de la isla consideraban que algunas expresiones estaban fuera de lugar, "tenían un tono político", expresó un funcionario del Ministerio de Cultura a Apro.

La boricua Olga Tañón evitó una catástrofe.

Se estrenó como mediadora entre el equipo de Juanes y el Ministerio de Cultura. Como por arte de magia logró que los primeros lugares apartados por invitación previa a militantes de la UJC y CDR fueran ocupadas por cualquier espectador de acuerdo al tiempo de llegada.

Convenció a Juanes, en algún momento también a Miguel Bosé, de que cada uno de ellos expresara públicamente y de forma improvisada –no en un texto redactado con anterioridad-- algunos de los mensajes hacia la comunidad cubana en Miami, Florida.

Los encargados de la seguridad --a cargo del Ministerio del Interior y la Policía Nacional Revolucionaria-- del concierto que congrego a más de un millón de personas aceptaron dejar libre las primeras filas, hacer menos férrea el control de las cuatro entradas a la Plaza de la Revolución y tener un papel discreto.

El equipo de Juanes se comprometió que las expresiones directas a la comunidad cubano americana de Miami serían improvisadas, que todas las referencias sobre los cubanos, de aquí y allá, sería en un tono de reconciliación y se respetaría el espíritu inicial del concierto: "blanco" y por "la paz".



El video



Por la mañana del domingo 20 –unas horas antes del concierto-- ocurrió un incidente en uno de los pasillos del hotel Nacional, donde se hospedaban Juanes y los demás artistas extranjeros que lo acompañaron en la presentación de la Plaza de la Revolución: Juanes se quejó, al parecer con funcionarios cubanos, de persecución por parte del gobierno de la isla y amenazó con suspender el concierto.

Este incidente fue grabado en un video que cadenas de televisión de Miami, Colombia y España difundieron el pasado jueves 24. Un día después se encontraba en el portal de You Tube.

"¿A ver qué hacemos? ¿Nos vamos ya de Cuba? Estamos molestos, muy molestos, muy molestos", dice Juanes en el video.

"Acabo de darme cuenta de que un tío lleva vigilándome hace rato, desde ayer. El tipo que me pone el desayuno, que se viene conmigo y ahora lo acabo de ver en el concierto y ahora lo veo escondido allí mandando mensajes", gritó el cantante colombiano.

Juanes se quejó, en compañía del cantante español Miguel Bosé y de la portorriqueña Olga Tañón, que la misma persona que le servía el desayuno, también tomaba notas y lo seguía, por lo que se negaba a regresar a la misma habitación que le había asignado el hotel.

Bosé, por su parte, dice, llorando y abrazando a Juanes: "¿Cómo no pueden entender? ¿Cómo nos pueden ejercer esta puta presión si esto es lo más grande que les puede suceder? (…) ¿Por qué nos castigan así? ¿Por qué nos maltratan así? ¿Por qué nos humillan así y nos están acusando de cosas terribles que nosotros somos los primeros en denunciar?".

En un momento del incidente, Juanes reclama que no se le permite la entrada a personas debido a que no llevan puesta una camisa blanca: "Es que no podemos permitir que la gente que ha venido al concierto no pueda entrar a este show (…) ¿Que una persona que no trajo una camisa blanca no puede entrar al concierto? ¡No me jodas!".

A su lado, Bosé advierte: "No se hace el concierto, no podemos más, ya cumplimos con todas las buenas voluntades. Que desbloqueen esta situación o no hay concierto".

La cantante puertorriqueña Olga Tañón y Yotuel Guerrero, miembro del grupo cubano Orishas, intervinieron para apaciguar a Juanes y a Bosé:

"Si paramos ahora (suspender el concierto), habrán ganado ellos", dijo Guerrero.

"Si ellos adoptan una posición agresiva, nosotros no la podemos... No podemos comunicar de la misma manera", dijo por su parte Tañón.

El viernes 25 el diario Granma –órgano oficial del Partido Comunista de Cuba-- reaccionó ante la difusión del video.

Dijo que se trata de un "vídeo doméstico manipulado" a partir del cual se "lanzó el bulo de la supuesta irritación de Juanes por 'el control del régimen castrista'''.

Apuntó: "Ni quien tomó y vendió las imágenes ni el apresurado redactor se ocuparon por saber qué sucedió en verdad. Simple y llanamente el cantautor, a todas luces nervioso ante el reto que se había impuesto, tuvo un exabrupto en las primeras horas del domingo frente a los elevadores del hotel Nacional al confundir la identidad de una persona".

Según Granma: "De inmediato se le aclaró que se trataba del sommelier (responsable del servicio de vinos) del Salón Aguiar, un joven pero experto trabajador de la instalación que únicamente se disponía a ofrecer su servicio. Juanes se disculpó no sólo con el joven sino con todos los trabajadores testigos del breve y puntual desaguisado''.



Más música que política



En la mañana del domingo 20 un mar de gente esperaba impaciente la apertura de las cuatro entradas.

"¡Coño no empujen, no empujen, todos vamos a entrar!", gritaba Jorge Rodríguez, "nacido y vivido" en Pinar del Río, a una multitud que lo empujaba contra las vallas que evitaban el paso a las nueve de la mañana.

"¡Corre, corre tomemos las primeras filas! ¡Ahí es donde está lo bueno!", exhortaba Omar Sifontes a su esposa y sus dos hijos que caminaban con lentitud entre un río de gente que los rebasaba a pasos acelerados buscando las mejores espacios.

Todos los pronósticos fueron rebasados. De principio, la asistencia de por lo menos un millón 150 mil personas. Los cubanos empezaron a invadir los alrededores de la Plaza de la Revolución a las nueve de la mañana.

A las diez en la mañana, en la Plaza de la Revolución se concentraban una multitud cuyo único objetivo era lograr uno de los mejores lugares para disfrutar el concierto.

"¡Déjenos entrar, déjenos entrar, déjenos entrar…!" "¡Juanes, Juanes, Juanes…! "¡Paz sin fronteras, paz sin fronteras, paz sin fronteras…! "¡ A Dios le pido que me dejen entrar¡"

Los gritos de los jóvenes se multiplicaban. La presión por lograr romper la barrera policiaca era incontenible.

De repente, la Policía Nacional Revolucionaria retiró –lo hizo dos horas antes de los previsto-- las barreras metálicas que tenía apostadas en las cuatro entradas.

Una estampida de miles de personas corrió hacia el escenario principal para ocupar los mejores lugares. Fue tan sorpresivo el retiro de las barreras que el propio ministro del Interior, Abelardo Colomé, no logró penetrar con su auto a sus oficinas ubicadas a un costado de donde se desarrollaría el magno concierto.

La mayoría eran jóvenes que venían principalmente de la ciudad y la provincia de La Habana. Miles se embarcaron de lejanas provincias como Holguín, con un viaje de diez horas sólo para disfrutar un concierto de quince cantantes de seis países.

Olga Tañón, del brazo de Bosé y de Juanes, leyó una pequeña presentación: "It's time to change", dijo. Luego hizo una breve mención del exilio cubano en Estados Unidos.

Unos minutos antes la boricua pidió "un aplauso al mundo entero de parte de Cuba". Una sola voz estruendosa se escuchó. La Plaza de la Revolución se encontraba llena, pletórica y radiante.

Casi todos los espacios –increíblemente la seguridad había permitido sentarse en los jardines del monumento a José Martí-- habían sido copados por una multitud eufórica.

"Juntos estamos haciendo historia aquí en la Plaza de la Revolución de La Habana, en el mismo lugar donde el papa Juan Pablo II hizo su misa. Hoy en esta misma plaza celebramos el día de la paz", gritó la cantante puertorriqueña al abrir el evento.

Luego Juanes dedicó una de sus canciones a todas aquellas personas que "están privadas de su libertad, donde quiera que estén".

Gritó que quiere ver una sola familia cubana. "Es el sueño más hermoso de paz y amor que he podido experimentar después de mis hijos", dijo Juanes, quien guitarra en mano, abrió su participación con "A Dios le pido", para luego "prender" a la multitud con "La camisa negra" y "Sueños".

Más tarde Juanes y Bosé cantaron a dúo "Nada particular", cuya letra pareciera que fuera hecha para Cuba: "Dame una isla en medio del mar. Llámala libertad".

Una estela de estrellas de la música en español desfiló según el programa anunciado: Danny Rivera, los españoles Víctor Manuel y Luis Eduardo Aute, el italiano Jovanotti y el ecuatoriano Juan Fernando Velasco.

Siguieron los cubanos Amaury Pérez, Los Van Van, Silvio Rodríguez, Orishas, Carlos Varela, X Alfonso y el conjunto cubano-venezolano Cucú Diamante y Yerbabuena.

La velada finalizó al ritmo del famoso "Chan Chan", una de las canciones más conocidas del fallecido cantautor cubano Compay Segundo.

Entre notas musicales y descargas visuales en pantalla de poemas de José Martí, se escuchó la voz de Juanes por las 220 bocinas instaladas en la plaza: "¡Viva Cuba libre!".

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