Ambientalismo climático
La conferencia multitudinaria reunida en Copenhague parece terminar en el fracaso, por demás anunciado en su pretención de contener el cambio climático del planeta, a partir del mercado del CO2 con cuotas de emisión de gases de invernadero y un modo irresponsable de financiamiento que evade los costos de investigación y modernización tecnológica en la fabricación y el transporte de mercancías.
Contener el cambio climático es palabrería vacía, sin precisar la parte correspondiente al proceso geológico y al antropogénico, es palabrería vacía sin precisar el como enfrentarlo y sin precisar las inversiones requeridas por un fondo mundial para el ambiente que sea capaz de contenerlo - que no es el que administrará el Banco Mundial-ONU o el fondo verde que anuncia el reparto de costos sin limitar en serio, a las empresas contaminadoras.
En un salto hacia atrás, pasamos de “el que contamina paga“(Río de Janeiro, 1992) al fondo verde de cooperación igualitaria (Copenhage, 2009), pues todos somos responsables… Si todos somos responsables, nadie lo es, nos lo recuerda Eduardo Galeano). Esa propuesta que encabeza Calderón es una de las máscaras que esconden la irresponsabilidad de las 100 enormes empresas trasnacionales dueñas del planeta y contaminadoras históricas, que se niegan a invertir en el cierre de las emisiones de CO2 con la renovación de tecnologías contaminantes. Los combustibles fósiles, utilizados dispendiosamente con criterios de negocio, contaminan la Tierra desde hace 200 años, pero en el neoliberalismo, la contaminación está destruyendo la sustentabilidad del planeta. La casa matríz representante del capitalismo, EEUU, se ha negado a poner límite a los procesos altamente contaminantes que se desarrollan en su territorio y bajo su bandera en aguas de la piratería del mercado mundial.
Harlem Bruntland de Noruega, famosa autora de Nuestro Futuro Común, estima que sí los casi 7 mil millones de pobladores del planeta consumieran lo mismo que los ricos del mundo desarrollado al modo eurocentrista, “ harían falta 10 planetas como el nuestro para satisfacer todas su necesidades”, de donde queda claro que prometer la limpieza ambiental del consumismo del primer mundo capitalista y su extensión a las gentes tercermundistas, es una de las grandes mentiras repetidas por el coro mediático.
Por ejemplo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que las empresas trasnacionales diseminadas en los territorios empobrecidos de países no miembros de la OCDE, requieren de cerca de 200 mil millones de dólares para reducir- no para clausurar- las emisiones de carbono para el año 2020. Las inversiones de los paises de la OCDE serán manejadas por el Banco Mundial de Washington, como negocios neoliberales pintados de verde.
Y como bién sabemos, quién paga manda en la selva capitalista o, en palabras de Fidel Herrera, el priista que gobierna Veracruz y estuvo en Copenhague, hay que servir obedeciendo a los que mandan, completando así la famosa frase del subcomandante Marcos.
Usted me dirá querido lector, ¿qué esperaba?
Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV
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