México D.F., 1 de junio de 2010 (Cencos / Papel de Aguas).-En vista de que la Patagonia chilena es una de las regiones más vírgenes del planeta y que cuenta con abundancia de agua, empresas multinacionales pretenden hacer cinco grandes presas hidroeléctricas en la región de Aysén, esto para beneficiar a la industria minera ubicada al norte de Chile (a 2.300 kilómetros de distancia). La Patagonia también enfrenta por lo menos 25 importantes conflictos relacionados con el agua; entre agua y minería, agua e industria del papel, agua y producción de electricidad, agua y privatización.
HidroAysen es el proyecto hidroeléctrico impulsado por la empresa del estado italiano Endel, misma que coptó a la española Endesa. Del proyecto se ha derivado una lucha de cuatro años, entre los intereses transnacionales y la población amenazada que habita Aysén, quienes se han organizado en el Consejo de Defensa de la Patagonia, pues creen que la riqueza natural de la región misma que es patrimonio de la humanidad, no merece ser destruida.
Luis Infanti, obispo de Aysén, ha emprendido una lucha enérgica contra los megaproyectos y explicó en su visita a México cuál es el fundamento de la defensa de la naturaleza y de los pueblos desde una mirada ética.
¿Contra qué se enfrentan los pueblos en defensa del agua en Chile?
Principalmente contra la permisividad del Estado chileno ante la explotación de sus recursos naturales por empresas transnacionales. Esta tiene base en la constitución política del Estado emanada de la dictadura militar del general Agusto Pinochet, que abrió las puertas del comercio transnacional sin ningún tipo de restricción. La lucha por las aguas en Chile lleva a implicaciones importantes a nivel político e incluso a una nueva constituyente; la actual tiene en su estructura misma la concepción de un país en dictadura. Desde el tema del agua creemos que es necesario cambiar el concepto fundamental para lograr el país que queremos y en armonía con la naturaleza.
Es una lucha íntimamente unida al presente y futuro de las personas, el gran conflicto es que el 96% de las aguas son propiedad de la empresa italiana, lo cual es un problema también de soberanía en el que las aguas de un país son disfrutadas por otro. Esto significa una nueva manera de colonización de los países del sur del mundo por empresas del hemisferio norte que para sustentar un alto nivel de vida explotan los alimentos, la energía, el agua de los países del sur del mundo.
En la Patagonia se ha creado un movimiento de por lo menos unas 60 organizaciones que luchamos para echar atrás las cinco megapresas. Tenemos muchas actividades de concientización, marchas y protestas, con una gran adhesión de artistas y cantantes que a través de festivales de música apoyan a la organización.
La semana pasada tomamos la iniciativa de asistir a la asamblea de socios de Enel y ahí pudimos hacer un planteamiento cuestionador sobre la postura ética de la empresa y expusimos alternativas de proyectos hídricos acordes con el querer de la gente; nos metimos al corazón mismo de la empresa.
¿Qué papel juegan la ética y la fe ante la crisis ambiental?
Con una ética bien planteada se puede cuestionar fuertemente qué mundo estamos construyendo, cuál es el papel del poder económico, del poder político y sobre todo cuál es el papel del poder del pueblo para exigir sus derechos, el respeto a su vida, a su historia y a su cultura. La ética es capaz de romper el monopolio del discurso economicista que la visión empresarial impone, esto es, priorizar el lucro a costa de quién sea y de lo que sea.
Anteriormente dijimos basta a la violación de los derechos humanos, hoy decimos basta al ecocidio, a la masacre de la naturaleza. Los pueblos indígenas que sienten la tierra y su entorno como parte esencial de su vida han logrado vivir en esta armonía, valores a los que en la ética y la fe sentimos muy cercanos, hay una enorme sintonía y por eso es importante romper el discurso mercantilista y hacer ver que hay otras maneras de vivir y otro mundo que es posible.
¿De qué trata la Carta Pastoral del Agua?
Hoy no estamos en un cambio de época, ante una nueva etapa de la humanidad en la que tenemos que variar nuestra mentalidad respecto a la crisis ambiental. La Carta Pastoral del Agua “Danos hoy el agua de cada día” es un documento que lleva mi nombre pero que se construyó en colectivo, después de un largo proceso de reflexión nos dimos cuenta de cuatro aspectos fundamentales que enmarcan este cambio de época: la inestabilidad de las sociedades actuales, la globalización y las estructuras de poder que orientan al mundo y cómo el poder político y económico define el futuro de las personas. Hablamos de la crisis ecológica que proviene de esta misma estructura de poder, desde la ética y la fe el cuestionamiento es fundamental: ¿hacia dónde estamos llevando el camino de la humanidad?
¿Qué expectativas tiene de esta visita a México?
La iglesia y la jerarquía como siempre llegamos tarde, pero últimamente hay mayor sensibilidad de la iglesia para comprender las crisis del calentamiento global, la de la energía, de la alimentación y del agua, entre otras. Ahora las sentimos como un problema espiritual y no sólo como un tema social y económico. El encuentro con Samuel Ruíz quiere ser un signo más de que estamos tratando este tema a nivel latinoamericano como iglesia, junto a las organizaciones sociales de la iglesia con un empeño decidido para apoyar la lucha de tantos pueblos.
Vivo al extremo sur del mundo, donde no es fácil tener acceso a todo lo que ocurre, sin embargo hemos sabido de la valentía de las luchas del los pueblos mexicanos que exigen ser respetados en su derechos y su cultura porque aman su tierra. Estas luchas no son fáciles porque siempre se comparan al ejemplo de Goliat y David, sin embargo creemos que la valentía de nuestros pueblos siempre será más grande que los que tienen el poder económico y el poder político.
Fuente: CENCOS
Difusión: soberanía popular
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