EDITORIAL
Hacia la dictadura.
Si bien es cierto que las manifestaciones que son llevadas a cabo en la vía pública generan gran inconformidad entre los ciudadanos; además de una enorme pérdida económica social.
Es igualmente cierto que tales manifestaciones (la libertad de manifestarse) están permitidas por la Constitución.
Por lo que el hecho de que las Autoridades vayan a detener y encarcelar a quienes las dirigen; cuando las manifestaciones son por reclamos, inconformidad e injusticias del Gobierno, no por gusto, es un paso que no se debe dar.
Sin soslayar que lleva a recordar las palabras del ilustre Polibio cuando ya hace XX Siglos dijo que “Las democracias degeneran en violencia y anarquía”.
Pero en el caso de que el Gobierno de “talibanes” del DF decida llevar a cabo semejante inicio de tiranía, no se debe pasar por alto, sobre todo en estos álgidos momentos que vivimos, que también la iglesia católica se ha dedicado a manifestarse públicamente.
No solo con lo que ellos llaman procesiones, sino con la celebración de misas públicas; cuando ambas cosas están específicamente prohibidas por la Constitución.
Por lo que es de esperarse que si las Autoridades capitalinas van a reprimir a la sociedad, haciendo honor al calificativo de “talibanes” que les impuso don Norberto Rivera, esperamos que lo hagan con todos. Especialmente con ellos.
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