miércoles, 12 de enero de 2011

La violencia está generando nuevas formas de relaciones sociales, señala investigador


Indica que la pobreza y la mala educación son factores para ingresar al crimen organizado

ANÍBAL VIVAR GALVÁN

La violencia que se vive en el país motiva, como una de sus consecuencias, a la generación de nuevas formas de relaciones entre las personas, éstas pueden llegar a tal punto en que los sujetos repitan hechos violentos, como las personas que son asesinadas y descuartizadas, consideró el jefe del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara (UdeG), David Coronado.

“Los sujetos nos vamos acoplando al trato cotidiano con base en la violencia, esto es muy importante porque se está creando una nueva forma de socialidad”, y agregó que estos nuevos modelos de interacción generarán relaciones más violentas.

El especialista acotó cinco aspectos sociales importantes en los que se basan estos hechos violentos. La pobreza extrema en la que viven muchos mexicanos sumada a los bajos niveles de escolaridad además del exceso de población corresponden a los tres primeros factores; otro más, que puede ser interpretado como un detonador de los anteriores, es el uso del alcohol y de drogas ya que éstos “aflojan los controles culturales”.

El quinto y último elemento corresponde a las ganancias que se pueden obtener a partir de realizar actos ilícitos, “me parece que el mundo del mercado negro es un espacio propicio para la ganancia pero que trae consigo mucha violencia”, dijo el académico.

Añadió que cuando existe la conjunción de los elementos anteriores pueden llegarse a presentar situaciones como los robos con violencia y homicidios, además de que también existen casos de maltrato infantil y de violencia contra las mujeres, entre algunos otros.

“Si antes se veía un descuartizado hace diez años, que era una noticia impresionante, ahora un descuartizado deja de ser impresionante porque suceden en cadena y, por ejemplo, si antes pasaba en Ciudad Juárez o en Tijuana ahora pasa en Guadalajara o en Morelia o en otros lados, entonces esta asimilación cotidiana de un hecho tan violento implica que los sujetos se hacen cada vez menos sensibles a ellos”, dijo el académico.

David Coronado refirió que estas transformaciones en las relaciones sociales que se presentan ante la presencia de hechos violentos frecuentes puede llegar a generar indiferencia entre los ciudadanos por la violencia, lo que evitaría en cierta medida que la gente brinde apoyos a las demás personas que han sido víctimas de estos hechos.

Como ejemplo citó un caso sucedido en la década de los ochentas en la ciudad de Nueva York en donde una mujer fue herida en un callejón al ser asaltada, luego de dos horas de permanecer en el sitio y de pedir ayuda, el asaltante cruzó por el sitio de nueva cuenta rematando a su víctima. Algunos de los vecinos que escucharon los gritos de ayuda de la mujer sólo mostraron indiferencia ante el hecho.

“Tú cuando ves que están balaceando a una persona, claro que difícilmente te vas a parar de tu carro para ver qué se le ofrece, sólo si es un conocido o un pariente, pero esta ruptura de solidaridades o de apoyos me parece que es un proceso que obedece a la violencia y lo único que va a hacer es profundizarse”, dijo Coronado.

El especialista agregó que el acomodo económico-social que se tiene en el país, según datos del Consejo Nacional de Población publicados el año pasado, indica que cerca del 60 por ciento de la población vive en pobreza o en miseria, este porcentaje aumenta constantemente debido a que cerca del 5 cinco por ciento de quienes ocupan la clase media –que tiene el 30 por ciento de la población– pasan de su nivel al de la pobreza.

Del 10 por ciento restante considerado de clase alta, se estima que sólo el uno por ciento cuenta con grandes ingresos financieros para ubicarlos como “verdaderos ricos”.

“El 60 o 65 por ciento históricamente ha estado metido en ese nivel y si sobresale ha sido con la droga o con delitos” dijo Coronado quien agregó que las generaciones acostumbradas a vivir en pobreza y en un ambiente de violencia no aspirarán a ocupar el lugar de los verdaderos ricos sino que buscarán quitarles sus recursos.

“Pero no estamos hablando de comunismo ni de socialismo, estamos hablando de crimen organizado donde el único recurso con el que cuentan es la violencia para poder extraer algo de lo que existe en los niveles económicos más altos”, mencionó el académico quien consideró que una forma de revertir esto es transformando el modelo económico debido a que éste sólo ve a los individuos como herramientas que son desechadas por lo que se generan cada día más personas que ingresan a la pobreza ante la falta de oportunidades, alimentando con esto los factores que desencadenan la violencia.

Fuente: La Jornada de Morelos

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