Alcaldesa en aprietos
Luis Velázquez Rivera
28 de febrero de 2011
Mientras las promesas de campaña de Elizabeth Morales como candidata a la alcaldía de Xalapa se están diluyendo, aumenta el escándalo alrededor de la presidenta municipal, y por tanto, el descrédito político y priista.
1. La población electoral sigue esperando la rendición de cuentas del viaje turístico de Elizabeth Morales a España, lo que implica la comprobación con facturas de los gastos erogados, cargados todos al presupuesto.
De igual manera, los ciudadanos esperan una relación de los nombres de hombres, mujeres y fantasmas, cargos y funciones, de la comitiva acompañante de la alcaldesa a España.
Y aun cuando por ahora es difícil evaluar el resultado, cuando menos un informe específico de las gestiones con un análisis de sus posibilidades.
El viajecito de Morales estaría permitiendo configurar un delito penal por el presunto desvío de recursos del Ayuntamiento, por una sencillita razón: no hubo acuerdo de Cabildo ni para el periplo ni tampoco para el uso del erario.
Más, mucho más, cuando desde el principio del sexenio se habló de un programa de austeridad... en todos los niveles, pues ni modo que unos sean coludos y otros rabones.
De ser así, la alcaldesa tendría serios aprietos para seguir en el cargo, si es que, claro, en el Organo de Fiscalización Superior (Orfis) y la Comisión Permanente de Vigilancia y de Hacienda del Congreso aplican la ley.
2. La nómina del Ayuntamiento filtrada documenta la incongruencia de las políticas públicas, pues el gobernador, por ejemplo, percibe un salario inferior a la alcaldesa.
Resulta insólito que, por ejemplo, Morales se haya autorizado un sueldo de 35 mil pesos mensuales, pero una compensación de 260 mil pesos.
La síndica, en cambio, percibiría (o percibe) 200 mil pesos mensuales, pues la alcaldesa necesita una tapadera y la única manera es maicearla.
Los regidores se quedaron con 170 mil pesos, en tanto los directores con 120 mil pesos para abajo.
Ciertamente, la presidenta ha revirado los datos de la nómina filtrada, pero en el imaginario colectivo de los xalapeños ha quedado sembrada la duda.
Y más, por lo siguiente:
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, ha dicho que una familia puede vivir con seis mil pesos y, caray, si Morales está ganando 295 pesos mensuales como presidenta municipal, no se vale.
Y más no se vale, porque hay magistrados del Tribunal Superior de Justicia, diputados y alcaldes que de igual forma perciben sueldos jugosos en un Veracruz donde un millón de veracruzanos vive en Estados Unidos como indocumentado, un millón de indígenas habitan las zonas marginadas entre el hambre y la miseria y medio millón de paisanos subsisten del changarro.
MANIFIESTO DISPENDIO EN XALAPA
3. En menos de dos meses de gobierno municipal, la alcaldesa estrena una camioneta pick up, doble cabina, color negro, cristales polarizados, marca Lincoln 2011 y placas XP 76 444 de Veracruz, a su nombre y con domicilio en la calle Isauro Acosta número diez, en la colonia Rafael Hernández Ochoa.
Una camioneta que daría envidia al mismo Joaquín ‘‘El chapo’’ Guzmán.
Y eso que estamos en medio de un programa de austeridad.
Así, habría dos escenarios:
Uno. Si la compra de la camioneta fue con los ahorros de la alcaldesa como, por ejemplo, diputada federal, constará en la declaración patrimonial.
Dos. De lo contrario sería saludable que debido a la rendición de cuentas y la honestidad de que se habla en Veracruz (con todo y autonomía municipal), las arcas del Ayuntamiento de Xalapa fueran intervenidas para checar si el pago de la camioneta fluyó de la tesorería.
Y más, porque apenas transcurren dos meses del trienio y existe un manifiesto dispendio.
4. Según datos preliminares del Registro Público de la Propiedad, la alcaldesa de Xalapa y su secretaria particular han adquirido de contado dos residencias en el fraccionamiento Las Animas, y de ser cierto, Morales ha ahorrado para darse tales lujos y/o en todo caso, se hablaría de un posible desvío de recursos oficiales.
Morales ha vivido en la cabecera municipal de Emiliano Zapata, donde tiene una casita con alberca y juegos chuscos para los invitados.
Y si la codicia sobre la colección de residencias es incontrolable, es demasiado pronto para sacar las uñas.
5. La alcaldesa de Xalapa está haciendo y deshaciendo porque se siente protegida por su madrino, Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez, procurador de Justicia, y sabe que como es un buen litigante su padrino librará cualquier ilícito.
Y, bueno, Escobar Pérez estaría maniatada debido a que Elizabeth Morales le concesionó dos posiciones inmejorables, una, con Jaime Cisneros Gonzàlez como regidor, y la otra, con Mateo Isidro Francisco Javier, el ex alcalde de Tenochtitlán y ex director de Participación Ciudadana con Reynaldo, nombrada ahora director de Patronatos de Obra Pública del Ayuntamiento de Xalapa.
Por eso es que la alcaldesa pretende imponer a su incondicional, Diana Santiago Huesca, como presidenta del PRI municipal, quien le prepararía la graciosa huida para la diputación federal antes de terminar el trienio y evadir la responsabilidad penal. Incluso, Ranulfo Márquez está de acuerdo.
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