martes, 19 de noviembre de 2013

La miopía de los que toman decisiones


Arturo Huerta González

El coordinador parlamentario del PRI en el Senado de la República Emilio Gamboa Patrón, afirmó que los legisladores de su partido buscan que la reforma financiera convierta a “este sector en un verdadero motor de desarrollo para las familias y las empresas mexicanas, haciendo accesible el crédito que como personas y país necesitamos para crecer”. Dijo que es necesario modernizar el marco regulatorio del sistema financiero para “establecer reglas claras que faciliten y hagan más barata la obtención de créditos, al tiempo de brindar mayor certeza jurídica a las instituciones crediticias”.

El gobierno, su partido, y los que están a favor de la reforma financiera, creen que ésta incrementará el crédito, lo abaratará y será por lo tanto el motor del desarrollo económico del país. Dicha reforma no analiza el por qué no se otorga crédito a favor del sector productivo del país. Parten del diagnóstico de que ello es debido a que la banca no tiene la certeza jurídica para cobrarse rápidamente con los colaterales (garantías) de los deudores que caen en cartera vencida, por lo que dicha reforma prioriza cambios jurídicos encaminados a facilitarle a la banca el cobro de dichas garantías cuando una empresa o individuo cae en cartera vencida. Los créditos se otorgarán si las empresas ofrecen a la banca garantías por arriba del valor del crédito solicitado, o si no, no serán sujetas de crédito. La reforma cree que a través de la competencia entre los bancos se reducirá la tasa de interés. No se dan cuenta que predomina una estructura altamente oligopolizada en el sector bancario que lleva a que los bancos se pongan de acuerdo en relación a la tasa de interés que cobran a sus créditos, como de las comisiones de los servicios que prestan, por lo que no se dará reducción alguna de la tasa de interés. La tendencia es que la tasa de interés aumente, ya que la reserva federal de Estados Unidos ha anunciado que dejará de aplicar la inyección de liquidez que ha venido instrumentando de compra de bonos del tesoro, por lo que ya aumentó la tasa de interés de largo plazo, e impactará a la de corto plazo, lo que llevará al banco central del país a hacer lo mismo para frenar salida de capitales.

No se dan cuenta de que para que la banca preste, se requiere que las empresas e individuos tengan ingresos suficientes que aseguren el reembolso del crédito. Si eso no se da, no otorgarán créditos, por más reforma financiera que asegure el cobro expedito de las garantías al caer en insolvencia el deudor. Éste, a su vez, no demandará crédito si no tiene asegurado un flujo de ingresos que le permita el reembolso del crédito, pues no asumirá el riesgo de perder sus pocos activos al colocarlos como garantías para ser sujeto de crédito.

El contexto de desaceleración de la actividad económica, derivada de la caída del mercado interno, como de la baja competitividad de la producción nacional, a que nos ha llevado la política macroeconómica de estabilidad predominante, reduce el ingreso de empresas e individuos, por lo que ni demandarán créditos, ni serán sujetos de éstos, ya que no tienen capacidad de asegurar el reembolso de los mismos. La restricción crediticia seguirá aplicándose a las empresas, por lo que continuará el bajo crecimiento de la inversión y de la economía. El crédito que ha crecido en los últimos años, ha sido a favor del consumo. La cartera vencida se ha incrementado, evidenciando que el ingreso de los individuos no está creciendo en igual proporción que el costo del crédito. La reforma financiera, al no encaminarse a flexibilizar la política económica para mejorar el ingreso de empresas e individuos para que sean sujetos de crédito, no representa motor de crecimiento alguno. Dicha reforma sólo viene a dar más poder al sistema bancario y financiero, a diferencia de que lo está pasando en otros países, donde los gobiernos y los congresos intentan regular a dicho sector, a fin de quitarle poder para evitar que siga especulando y lucrando a costa del sector productivo y de los individuos. Con esta reforma se seguirá agudizando las diferencias de ingreso y de riqueza existentes en el país. A ello nos conducen las reformas estructurales que el gobierno, su partido y los partidos del Pacto por México impulsan.

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