ÁLVARO DELGADO
martes, 24 de febrero de 2009
¿Rumbo? ¿Austeridad? ¡Qué tonterías!
MÉXICO, D.F. Para nadie era un secreto, antes del 2006, que Felipe Calderón era un tipo habitualmente dominado por la iracundia --"mecha corta", se le moteaba--, pero había quienes veían ese talante como sinónimo de ímpetu para vencer problemas, sobre todo ante la dejadez y la pachorra de Vicente Fox en el ejercicio de gobierno.
Calderón ha cumplido, apenas, un tercio de la gestión de la que se hizo a la mala y ya ha dado claras muestras de no sólo no tener carácter para enfrentar problemas, sino de agotamiento ante la responsabilidad que formalmente tiene de encabezar el aparato administrativo del Poder Ejecutivo y, como lo establece la Constitución, de todas las instituciones del Estado.
No se trata de un agotamiento desde el punto de vista corporal ni de su paciencia –que parece haber cambiado a la vista del desgarriate en el gabinete, una reedición del foxiato en ineptitud y frivolidad--, sino de no tener más capacidad para enfrentar, al menos para paliar, la recesión económica que ya se instaló en México, y la operación impune de criminales que a diario amplían el reguero de cadáveres por todo el territorio nacional.
Y no sólo eso: Como parte de la involución que padece México --y gracias a la cual Calderón usufructuó el cargo--, se multiplican las violaciones a los derechos humanos mediante hostigamientos y asesinatos, alguno de ellos con el aparato policial detrás; el doble homicidio de Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, presidente y secretario de la Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco (OFPM), en Guerrero, y la persecución contra los periodistas de la revista Contralínea.
Es previsible que esas conductas, con un claro ingrediente político, se multipliquen después de que casos de represión tan claramente documentados, como el de Lydia Cacho y Atenco, han sido convalidados por la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, que pronto resolverá en el mismo sentido de impunidad en el de Oaxaca.
Otro retroceso más, que sólo ratifica la simulación democrática en México, es el desprecio de Calderón a la Ley Federal de Transparencia, a la que ha neutralizado con numerosas maniobras legaloides y francas chicanadas, entre ellas la recurrencia de que proveer a los ciudadanos de información pública pone en riesgo la "seguridad nacional", en un comportamiento semejante al de George Bush y al que Barak Obama ya puso fin.
Pero hay una perla informativa que describe la verdadera estatura del ciudadano Calderón: La gigantesca transferencia de recursos públicos a los medios de comunicación, sobre todo a Televisa y a Televisión Azteca, para compensarles que los partidos políticos ya no puedan contratar publicidad en radio y televisión.
La información, que hoy lunes destaca el diario Reforma, establece que el gobierno de Calderón gastará en 2009 el doble de lo que presupuestó al año pasado en publicidad de televisión, radio y medios impresos.
Así, justo en el año en que se celebrarán elecciones para renovar la Cámara de Diputados y habrá comicios concurrentes en diez estados –seis para gobernador--, Calderón presupuestó mil 791 millones de pesos, más del doble de los 803 millones presupuestados para todo el 2008.
Otro dato es que Calderón no sólo se gastó la cantidad autorizada, sino que la amplió hasta llegar a mil 118 millones, lo que hace prever un comportamiento semejante este año, aun con la crisis económica encima.
Llama la atención que el monto presupuestado en publicidad gubernamental es semejante a los mil 912 millones de pesos que ya no se transfirieron a los partidos políticos como consecuencia de la reforma electoral, que disminuyó en 70% sus prerrogativas, y que en realidad han sido vistas como "pérdidas" de las dos principales televisoras.
Con toda razón, el senador panista Ricardo García Cervantes condena este despilfarro del gobierno de Calderón, no sólo por canalizarse estos recursos públicos a las dos principales televisoras, sino por no emplearse en actividades productivas en un contexto de recesión.
"Me preguntan: '¿Es una compensación por los ingresos que dejarán de recibir los concesionarios, vía las campañas electorales?'. Pues la respuesta, en principio, pareciera que es sí. Es lo que parece."
"En las crisis de seguridad, de empleo, de necesidad de reactivar la economía a partir del gasto público de inversión, que genera empleo, transferir más recursos vía comunicación social a los medios electrónicos va a tener, si se hace, muy poco sustento lógico, ético y político."
Pues sí, pero esta es una prueba contundente de la suprema debilidad de Calderón que nomás no puede y que compra vitalidad con aparecer en las pantallas, pero además –y esto es el inicio de un nuevo escándalo-- pronto se verá que es una estrategia para favorecer al PAN en las elecciones y evitar una mayor catástrofe electoral.
Apuntes
La devaluación del peso frente al dólar --y no hay que olvidar el euro--, es imparable. Costará muchos miles de millones de dólares de las reservas internacionales mantener el dólar a menos de los 15 pesos, como es el empeño del gobierno… Un semana después de que el IFE perdonó a Televisa y a Televisión Azteca por violar la ley con la "manipulación y el manoseo" de las pautas de transmisión de los promocionales que la ley ordena –y un día después de darles un rasguño con una multa de 2 millones de pesos--, Ricardo Salinas Pliego confesó, en Monterrey, que las dos empresas se pusieron de acuerdo para protestar por la medida que, según él, es expropiatoria. "Es como si llegas a Wall Mart y dices: 'qué caro, qué bruto está el gasto'. Y sales con la bolsa llena y sin pagar. Eso fue lo que hicieron estos políticos", exclamó el sicario de Emilio Azcárraga.
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