Ramón Alfonso Sallard
Estado criminal
Ayer comentaba aquí la corrupción del panismo en el poder, a partir de una visión empresarial contaminada por años de obtener contratos de obras y servicios con los gobiernos priistas mediante el pago de sobornos. Esta forma de hacer negocios se acentuó cuando los panistas se ubicaron del otro lado del escritorio.
Sin una concepción básica del Estado y para qué sirve, y sin una idea clara del concepto de nación, el panismo cerril creyó que estaba legitimado para hacer negocios al amparo del poder y actuó en consecuencia. Si había lucro, adelante. No le importó con quién ni cuándo ni dónde.
De haber estado ausente la codicia, por ejemplo, quizá Juan Camilo Mouriño estuviera vivo. Pero al priorizar la privatización de los servicios para maximizar la utilidad personal y grupal, la nueva casta de empresarios-políticos descuidó la seguridad y rompió con todo tipo de reglas y protocolos que un secretario de Gobernación debió haber seguido. El resultado fue el avionazo de Las Lomas, en el que fallecieron Mouriño y acompañantes.
Lo mismo ocurrió en la guardería subrogada del IMSS en Hermosillo. La tragedia en la que fallecieron 48 niños tuvo su origen en la voracidad. El gobierno federal había asignado ese contrato a familiares y cómplices de funcionarios, y no le importó que el establecimiento violara una y otra vez, durante años, todas las normas de seguridad. El incendio atrapó también en sus llamas a la administración estatal priista, en simbiosis perfecta con el panismo. La estulticia de Eduardo Bours fue un elemento adicional, no el origen del problema.
Del pleito entre gobernantes panistas y priistas para intentar evadir responsabilidades por la tragedia de Hermosillo, surgió la petición puntual para que el IMSS revelara el listado completo de los beneficiarios de contratos de guarderías. El titular de la dependencia evadió durante semanas su obligación, y cuando por fin entregó la información a legisladores, ésta carecía de orden e índices, y mezclaba material actual con obsoleto. La intención era confundir.
Hace dos días, en este mismo espacio, se planteó ¿Qué nombres quiere ocultar el director del IMSS, y con quiénes están relacionados? Lo dicho: son tan torpes los panistas que aún después de depurar la lista durante tres semanas, hay desde un hermano de Vicente Fox hasta familiares de prófugos de la justicia acusados de narcotráfico. De ello damos cuenta en esta misma edición.
Si Felipe Calderón quiere saber por qué no puede ganar su “guerra” contra el crimen organizado, la respuesta es clara. Y no es precisamente porque su estrategia o tácticas estén equivocadas, sino porque él preside un auténtico estado criminal.
Antes, el narco era como una central más del PRI y estaba bajo control. Manlio Fabio Beltrones sabe mucho de eso. Pero hoy, con los ambiciosos panistas, ávidos por hacer negocios con quien se deje, cualquier delincuente de quinta controla gobernadores o secretarios. Ni se diga alcaldes o legisladores. Esa es nuestra triste realidad.
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