viernes, 6 de noviembre de 2009

El affaire Calderón-Sarkozy: La carta desconocida









Por Anabel Hernández
06 Nov 2009


Una carta enviada por el presidente Felipe Calderón a su homólogo francés Nicolás Sarkozy podría ser el detonador de un conflicto internacional en la Corte de La Haya.

En la misiva, desconocida hasta hoy, pero de la que Reporte Índigo tiene una copia, el mandatario mexicano promete al presidente de Francia que una vez sentenciada Florence Cassez por las leyes mexicanas, se explorará la posibilidad de su repatriación para que cumpla su sentencia en su país natal, en apego a los tratados internacionales.

La sentencia se dio, y apoyado en la misiva enviada por Felipe Calderón fechada el 6 de febrero de este año la cual llegó pocos días antes de que el presidente francés visitara México, Sarkozy incluyó el tema de Cassez como prioritario dentro de su gira, la primera a un país latinoamericano.

Cuando los galos daban por hecho que volverían acompañados de su compatriota, las gestiones se frenaron. Y en junio pasado, el presidente Calderón anunció que Florence Cassez no sería repatriada.

En dicha carta, el mandatario mexicano promete que si queda firme la sentencia condenatoria contra Cassez, ella podría purgar la condena en su país aplicando el convenio de Estrasburgo.

No fue una promesa verbal o una declaración a la prensa. Fue un compromiso hecho a través de una misiva entregada con la formalidad y el rigor diplomático.

Luego de que la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP) presentara presuntas nuevas denuncias contra Cassez, el presidente Calderón declaró el 22 de junio pasado, en cadena nacional, que la ciudadana francesa no saldría de México para purgar su condena en Francia.

Además de obligarla permanecer en México, Cassez es acosada por las autoridades federales cada vez que intenta aparecer en los medios de comunicación para explicar las razones de su presunta inocencia y la pesadilla que vivió durante el montaje de su detención, operativo realizado por la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI), cuando su titular era Genaro García Luna, hoy secretario de Seguridad Pública.
Fuentes del gobierno del Distrito Federal, que es responsable de administrar el penal femenil de Tepepan, donde Cassez cumple su condena, confirmaron a Reporte Índigo que la Presidencia de la República y la SSP federal han exigido que no sean autorizadas las entrevistas en persona, particularmente con la prensa mexicana, y menos frente a cámara.



Hoy, México y Francia viven un conflicto diplomático que podría convertirse en un escándalo internacional porque el gobierno galo ya analiza la posibilidad de interponer una demanda contra su contraparte mexicana ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que es la instancia judicial más alta del mundo.

En entrevista exclusiva, Frank Berton, abogado defensor de Florence Cassez y brazo derecho de Sarkozy para defender la causa de la francesa, afirma contundente:

"(...) el presidente quería venir aquí a México, viene teniendo en mente esta carta de vuestro presidente que decía que si era condenada, y entre tanto sí fue condenada, se aplicaría la convención de Estrasburgo.

"Cuando él viene aquí, no era un dossier (expediente) diferente a un dossier clásico donde se aplicaría una convención internacional para la ejecución de una pena y finalmente se dará cuenta de que México no respetaría el escrito, la palabra firmada de vuestro presidente.

"Esto es algo increíble. Pero cuando usted lea esta carta, se preguntará por qué este hombre, que es vuestro presidente, le escribe a su homólogo, diciendo que esté de acuerdo en aplicar una convención internacional y que después establecerá una comisión y poco tiempo después declarará en la televisión: 'me niego a aplicar esta convención internacional'.

"¿Qué vale la palabra y qué vale el escrito para mí, como abogado encargado de la defensa de los intereses de una mujer prisionera? ¿Qué vale la palabra y el escrito de vuestro presidente? ¿Cómo comprender que lo que escribe un día, no se aplique al día siguiente?

"(...), ¿cómo puede justificar que no se aplique una convención internacional cuando su presidente nos escribió diciendo 'aplicaré la convención internacional'? ¿Cuál es el valor de este escrito, de esta palabra? ¿Qué lo hizo cambiar o, más bien, quién lo hizo cambiar de parecer? Ésa es la verdadera pregunta.

"No paramos de denunciar el trabajo reconstruido y hasta construido desde la base, usted lo sabe muy bien, por esta detención mediática, organizada, de un falso arresto en un rancho donde nosotros, la defensa, tenemos la convicción de que los supuestos rehenes no fueron liberados ese día en ese rancho. Y es más, quizá nunca fueron detenidos ahí. Sabemos que en esta investigación hubo errores muy graves. Le recuerdo que quien estuvo encargado de la investigación es hoy su secretario de Seguridad Pública. Esto no es una casualidad. No es inocente decirlo.

"¿Por qué todo esto? ¿Dónde está la verdad en este expediente? ¡Deme la verdad, porque la estoy esperando! Me dieron una verdad judicial que no es la verdad. Jamás bajaremos los brazos, ni yo, ni sus abogados mexicanos, ni el presidente de la República".

Ésta es la historia de un conflicto que no ha terminado. Apenas comienza.

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A principios de marzo de este año, días antes de su visita oficial a México, el presidente francés Nicolas Sarkozy envió como emisario de buena voluntad a un hombre de toda su confianza, Jean Claude Marin, procurador de París, para sondear el estatus del caso de Florence Cassez y que éste no significara un motivo de tensión entre los dos gobiernos.

La ciudadana francesa detenida por la AFI el 8 de diciembre de 2005 fue exhibida al día siguiente en un montaje televisivo como una peligrosa secuestradora, "esposa" del líder de una banda de plagiarios. Había sido condenada ante la opinión pública sin un juicio de por medio.

El mensaje que Marin recibió del gobierno de México fue que no se emitiría una sentencia contra Cassez antes de la visita oficial del mandatario francés programada para marzo. La idea era no enrarecer el clima del encuentro diplomático.

Cuando Marin abordó el avión que lo llevaría de regreso a Francia, llamó a Sarkozy para dar el reporte: "Misión cumplida".

Horas después, cuando el procurador llegó a París, se encontró con la sorpresa de que mientras él volaba, Cassez había sido sentenciada a 60 años de prisión. Era el 2 de marzo de 2009, faltaban cuatro días para que Sarkozy viajara a México.

Marin sintió que el gobierno mexicano se había burlado de él.

Las autoridades de Francia comprendieron que, más allá del tema jurídico, el tema Cassez tocaba fibras muy sensibles del gobierno mexicano o de algunos funcionarios públicos.

Para Sarkozy, es un tema de justicia. Luego de revisar exhaustivamente el expediente y de ordenar una investigación de la joven mujer francesa y su familia, el mandatario está convencido de la inocencia de Florence Cassez.

En los últimos 18 meses, Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, han hablado varias veces con Cassez vía telefónica para darle muestras de su apoyo.



La petite Florence

Durante dos años, Cassez no contó con un abogado francés, ni el gobierno de su país se interesó por su caso.

Después de la sentencia de 96 años de prisión dictada en abril de 2008 por el Juzgado 5 de Distrito de Procesos Penales en el Distrito Federal, el caso fue tomado por uno de los más célebres abogados penalistas de Lille: Frank Berton.

Berton es conocido en Francia como un férreo defensor de las libertades individuales y los derechos humanos, pero, sobre todo, por destapar las incongruencias jurídicas de casos controvertidos.

Quizá el caso más conocido de su trayectoria fue la defensa de Odile Marécaux y Frank Lavier, acusados de integrar una supuesta banda de pedofilia. Berton tomó su defensa y logró echar por tierra las falsas acusaciones mezcladas con la impericia o mala fe del juez francés que los condenó.

El llamado caso Outreau fue considerado uno de los mayores fiascos judiciales de la historia de Francia, ya que finalmente se comprobó que los únicos que habían participado en el abuso sexual a menores eran un matrimonio y dos vecinos.

Esta semana, Berton estuvo en México para dar seguimiento al caso de Cassez.

El abogado sabe que va de por medio el prestigio del actual secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.

Durante los días que estuvo en la Ciudad de México, siempre se transportó en una camioneta blindada.



"Cuando me involucré en este dossier (expediente) y vine aquí a México para reunirme con Florence, reunirme con su nuevo abogado, Agustín Acosta, trabajamos y repercutimos estos elementos al presidente de la República. Y, obviamente, el gobierno también hizo sus investigaciones sobre su personalidad, sobre su vida, sobre su familia.

"Era una vida normal de una francesa que venía a trabajar aquí a México en la empresa de su hermano, que tenía un puesto de trabajo en Francia importante y que decidió probar la aventura aquí en México, y rápidamente se dieron cuenta de que era una joven normal que se vio involucrada en una historia increíble con unas acusaciones inmensas que pesaban sobre ella que fueron, quisiera decir, lanzadas sobre ella por la policía federal de los AFI y después por la justicia mexicana", afirma Berton en entrevista.

"Cuando conocí a Florence la primera vez aquí en la prisión de Tepepan, en México, hacía casi 18 meses, estuve atento a las piezas del dossier. No es porque ella me decía que era inocente que inmediatamente asumí esta inocencia. Tengo una mirada objetiva sobre este dossier, y a medida que trabajaba, que la escuchaba y que oía las incongruencias en este procedimiento, me convencí de la inocencia de Florence. Y es lo mismo para el presidente Sarkozy. Le digo muy sinceramente que el presidente francés está determinado a apoyar la inocencia de Florence Cassez, no sólo porque es una ciudadana francesa que se encuentra del otro lado del mundo, sino porque un simple examen del dossier, de las acusaciones que pesan sobre ella, prueban su inocencia. No hay otra cosa".



La carta

Días antes de su visita oficial a México, Sarkozy recibió, a través de su cancillería, una carta de Felipe Calderón fechada el 6 de febrero de 2009. Estaba firmada de su puño y letra.

La misiva está escrita en papel membretado con el escudo nacional mexicano. En ella, el jefe del Ejecutivo, a nombre del gobierno de México, afirma que se ha mantenido informado sobre el caso de Cassez Crepin.

Señala que el proceso, que se encuentra en ese momento en el Tribunal Unitrario porque existe una apelación a la condena de 96 años de prisión, será resuelto conforme a derecho.

Calderón señala en la carta que si queda firme la sentencia condenatoria, Florence podría ser repatriada a su país aplicando el convenio de Estrasburgo, "del cual México y Francia son Estados partes".

El mandatario mexicano afirma en la misiva diplomática que esto podría darse "siempre y cuando la señora Cassez Crepin así lo solicite expresamente".

La carta fue enviada con todo el protocolo diplomático que conlleva el compromiso formal de un gobierno con otro. Francia así lo entendió.

El propio presidente Sarkozy se comunicó con Cassez para pedirle que solicitara la repatriación para purgar su condena en Francia. Ella no quería regresar esposada a su país. Lo que quería, precisa Berton, era demostrar su inocencia en México. Pero la convencieron de que solicitara acogerse al convenio de Estrasburgo.

La visita del mandatario francés transcurrió a principios de marzo pasado sin incidentes pese al sobrecalentamiento del tema en los medios de comunicación.

"Cuando el presidente francés viene aquí a vuestro país, visita planeada dese hace mucho tiempo, porque, como sabe, fue cancelada dos veces y el presidente quería venir aquí a México, viene teniendo en mente esta carta de vuestro presidente, que decía que si era condenada, y entre tanto sí fue condenada, se aplicaría la convención de Estrasburgo", afirma Berton.

Antes de la llegada de Sarkozy a México, las víctimas de secuestro Cristina Ríos y Ezequiel Elizalde, quienes estaban fuera de México, comenzaron a hacer dramáticas declaraciones para exigir que la ciudadana francesa no fuera repatriada. Algunos de los nuevos testimonios que ofrecieron ni siquiera aparecían en sus declaraciones ministeriales.



En diversos medios de comunicación comenzaron a circular versiones que satanizaban aún más la deteriorada imagen de Cassez. Uno de los orquestadores del sobrecalentamiento del tema fue Eduardo Cuauhtémoc Margolis, ex socio de Sebastian Cassez y amigo personal -según presume él mismo- de Luis Cárdenas Palomino, quien el 9 de diciembre de 2005 fue el elemento de la AFI que apareció en el montaje mediático del supuesto rescate de unas víctimas de secuestro.


En los videos de las transmisiones hechas por Televisa y TV Azteca, se aprecia a Cárdenas Palomino dictando a los reporteros de ambas televisoras lo que debían preguntar a los presuntos plagiarios y a las supuestas víctimas "recién rescatadas".

En 2005, Margolis terminó su sociedad comercial con Sebastian Cassez en un pleito legal que, según afirma el hermano de Florence, él ganó.

Al término de su visita diplomática, Sarkozy aceptó la instalación de una comisión binacional para discutir la repatriación de Cassez.

Durante los trabajos de dicha comisión, Cárdenas Palomino, actual coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito de la Policía Federal, presentó el 12 de mayo de 2009, en conferencia de prensa, el testimonio grabado en video de David Orozco, presunto miembro de la banda El Zodiaco recién aprehendido.

En dicho testimonio, Orozco afirma ser integrante de la banda de Israel Vallarta y que Cassez era la que planeaba los secuestros y cobraba los rescates. Orozco no dio datos precisos que avalaran sus acusaciones, y se desconoce si declaró lo mismo ante el Ministerio Público.

Lo cierto es que los nuevos señalamientos contra Cassez tuvieron impacto en Organizaciones No Gubernamentales mexicanas vinculadas con el tema del secuestro, como las de Isabel Miranda y Alejandro Martí, quienes se pronunciaron contra la repatriación de la ciudadana francesa.

El 22 de junio pasado, en cadena nacional, como si se tratara de un tema de extrema urgencia, Felipe Calderón anunció que su gobierno no aceptaba la repatriación de Florence Cassez.

"El gobierno de la República ha llegado a la determinación de que no existen las condiciones que permitan otorgar su consentimiento para el traslado de la ciudadana Florence Cassez a Francia, su país de origen, al cual hace referencia el convenio de Estrasburgo. En consecuencia, Florence Cassez pagará su condena de 60 años de prisión en México por los crímenes cometidos en agravio de diversas personas en nuestro país", afirmó el presidente.

El gobierno francés se enteró de tal decisión a través del anuncio de Calderón. No hubo un comunicado previo. Todo fue una farsa, afirma Berton.

"Pero cuando usted lea esta carta, se preguntará por qué este hombre que es vuestro presidente, le escribe a su homólogo, diciendo que está de acuerdo en aplicar una convención internacional y que después establecerá una comisión, y poco tiempo después declarará en la televisión: 'me niego a aplicar esta convención internacional'. ¿Qué vale la palabra y qué vale el escrito para mí como abogado encargado de la defensa de los intereses de una mujer prisionera? ¿Qué vale la palabra y el escrito de vuestro presidente? ¿Cómo comprender que lo que escribe un día no se aplique al día siguiente? (...) Esto no se dijo aquí, pero yo estoy aquí para decírselo. ¿Cuál es el sentido del valor de este escrito hoy en día?", cuestiona el abogado defensor de Florence Cassez.

"Desapareció la comisión, que solo existió durante algunas semanas, sin tener la posibilidad de entregar un informe, un estudio, comentarios, un análisis. Esta comisión desapareció tan rápido como fue creada. Simplemente por la razón unilateral, perdón, por la voluntad unilateral de su presidente, que decidió no aplicar esta convención contrariamente a lo que había escrito. Se lo vuelvo a decir: ¡escrito!", denuncia Berton.



¿Quién hizo a Calderón incumplir su palabra?

"¿Cómo puede justificar que no se aplique una convención internacional cuando su presidente nos escribió diciendo 'aplicaré la convención internacional'? ¿Cuál es el valor de este escrito, de esta palabra? ¿Qué lo hizo cambiar o, más bien, quién lo hizo cambiar de parecer? Ésa es la verdadera pregunta. Ésta es la pregunta que deben responder, y nosotros buscamos responderla también. Pero, mientras tanto, Florence Cassez que es, se lo repito, inocente, se está pudriendo en una de sus prisiones", señala Berton.

Ante la pregunta de si pudo haber sido Genaro García Luna quien incidió en el ánimo del presidente Calderón, el abogado duda.

"No sé, pero usted sabe que la sombra del señor García Luna siempre estuvo allí, sobre el expediente de Florence Cassez. Sea el día de su arresto, mediatizado, reconstruido, falso, hasta el día frente a las cámaras de televisión, cuando tuvo que presentar sus disculpas y reconocer que hizo una manipulación.



"... el señor García Luna fue puesto en dificultad por la que llamó 'la pequeña francesa'. Esta pequeña francesa que un día vino a decir 'este hombre les miente porque dice que fui arrestada el 9 diciembre y no es verdad, fui arrestada el 8 de diciembre'. Porque esta pequeña francesa un día tomó su teléfono desde una prisión en México, habló en directo a una cadena de televisión para acusar al que es su secretario de Seguridad Pública. Ella nunca debió hacer eso, estoy convencido. Su desgracia viene de esto, no viene de su expediente, no viene de los supuestos cargos contra ella. Viene de esto.

"Entonces, no sé si su justicia está corrompida, no sé si hubo interferencia por parte del señor García Luna en este proceso. En la investigación sí la hubo, eso lo sabemos. En su proceso, no lo sé. En la decisión del presidente Calderón, no lo sé. Pero no podrán impedirme, en el lugar que tengo, en la defensa de esta mujer, de pensar que hubo algo que hace que su presidente retiró su escrito para tener una palabra diferente".



¿Quién le teme a Florence Cassez?

El 24 de abril de 2009, cuando se discutía la repatriación de Florence Cassez en la comisión binacional, Reporte Índigo solicitó formalmente, y con todos los requisitos exigidos por el gobierno del Distrito Federal, una entrevista a cámara con la ciudadana francesa en el reclusorio de Tepepan.

La solicitud fue dirigida a Celina Oceguera Parra, subsecretaria del Sistema Penitenciario, tal como se nos indicó.

Cassez estaba de acuerdo con la entrevista, así que cuando las autoridades penitenciarias le hicieron saber de nuestra solicitud, ella aceptó. Días después, la oficina de Fernando Arroyo Gómez, subdirector de Difusión de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, informó que teníamos autorización para hacer la entrevista.

Pero se presentó la crisis de la influenza, por lo que fueron restringidas las visitas a los penales del Distrito Federal. Cuando pasó la contingencia, vino una peor.

Reporte Índigo insistió en tema de la entrevista, pero las autoridades capitalinas empezaron a dar largas.

Otros medios de comunicación, como Paris Match, también solicitaron acceso al penal de Tepepan para entrevistar a Cassez. En este caso, el gobierno capitalino argumentó que como se trataba de una reo del fuero federal, era necesario solicitar el permiso en ese nivel de gobierno. Esta excusa no es válida, ya que las autoridades del Distrito Federal son las responsables de administrar el penal de Tepepan.

Finalmente, tuvimos la versión extraoficial de que no se permitiría una entrevista en persona con Cassez porque así lo habían exigido la Presidencia de la República y la SSP federal.



El conflicto entre México y Francia por el caso Cassez no ha terminado. De hecho, parece que apenas comienza.

En el Liceo francés donde despacha Sarkozy se estudia interponer una demanda contra México ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya por no cumplir con los tratados internacionales.

"Será desastroso para las relaciones entre ambos países, hay que decirlo. También sería desastroso para México si llegara a ser condenado por la Corte Internacional de Justicia de la Haya porque tengo en mi poder la lista de los países que han sido condenados por la Corte Internacional de Justicia de la Haya y que no son parte de los países más democráticos de nuestro planeta. No es deseable que lleguemos hasta esto, pero lo esperamos porque el litigio y la solución del litigio de Florence hoy en día sólo puede pasar por el involucramiento de las cortes internacionales de justicia", sentencia Berton.

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Tres corresponsales de medios franceses en México analizaron exhaustivamente el expediente que incrimina a Florence en un caso de secuestro. Además de no encontrar evidencias tangibles contra la presunta plagiaria, señalan que la investigación judicial dejó de lado numerosas pistas que deberían haber sido exploradas.

Por Anne Vigna, Léonore Mahieux y Emmanuelle Steels



Contradicciones insostenibles en las declaraciones de las víctimas y omisiones graves en la investigación judicial son la constante en el expediente de Florence Cassez, condenada a 60 años de cárcel, de los cuales ya cumplió casi cuatro.



Se le acusa del secuestro de tres personas y crimen organizado. Y aunque su nombre está muy presente en los medios de comunicación franceses y hasta en el ámbito diplomático, la ciudadana francesa apenas aparece en una veintena de páginas de las aproximadamente 10 mil que forman su expediente.

Florence Cassez es retratada por la prensa y las autoridades como una terrible secuestradora, pero el documento judicial que supuestamente reúne las pruebas en su contra se centra en otros sospechosos.

Como corresponsales de medios franceses en México, quisimos conocer las pruebas reales contra Florence Cassez y encontrar a los principales actores de esta historia.

La lectura del largo expediente fue más que sorprendente. No sólo no hay evidencias incriminatorias tangibles contra ella, sino que, además, la investigación deja de lado muchas pistas que deberían haber sido exploradas.

Aunado a esto, cuando las autoridades tuvieron que reconocer que la detención de la francesa y de su ex novio había sido "una recreación" para las cámaras de televisión, aceptaron lo evidente, pero no sin antes amenazar a la periodista que lo descubrió: Yuli García.

"Cuando vi las imágenes el 9 de diciembre por la mañana, ya tuve dudas", cuenta en entrevista la entonces reportera de Punto de Partida, el programa de Televisa dirigido por Denise Maerker.

"El periodista Pablo Reinah, que dirigía la supuesta transmisión en vivo de la detención, ya sabía dónde ir para encontrar el lugar de detención, las víctimas parecían muy tranquilas".

En el video, las caras de los secuestrados aparecen borrosas, una técnica imposible de aplicar en vivo. Al revisar los archivos de Televisa en febrero de 2006, Yuli García obtuvo la confirmación del montaje.

Además, pudo filmar un parte policial que relata la detención de Florence Cassez con fecha del 8 de diciembre, un día antes del rescate filmado. Ese reporte está firmado por los agentes Carlos Servín Castorena y Ovidio Abad Zavaleta. Es la única prueba oficial que confirma la versión que da la propia implicada, quien siempre ha dicho que fue detenida el 8 de diciembre 2005 cerca del rancho de su ex pareja, Israel Vallarta, en la carretera libre Cuernavaca-México.

Varios policías armados retuvieron a Florence en una camioneta durante 18 horas. Mientras tanto, Vallarta presuntamente fue torturado en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), como lo acredita un peritaje de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Una mujer policía que interrogó a Florence le dijo que no se preocupara, que iba a regresar a su trabajo muy pronto.

"Estaba durmiendo en la camioneta cuando esos policías reciben una llamada", cuenta Florence Cassez. "De pronto, todo cambia: me agarran del pelo y manejan con toda furia hacia el rancho de Israel, en media hora llegamos".

Ahí, sentada al lado de Israel y frente a una pared, ella es obligada a contestar a las preguntas incriminatorias de los reporteros Pablo Reinah, de Televisa, y Ana María Gámez, de TV Azteca.

El viernes 3 de febrero de 2006, durante una entrevista con el entonces procurador general Daniel Cabeza de Vaca, Yuli García le presentó las evidencias del montaje. El funcionario parecía atrapado. No sabía qué decir, cuenta la reportera.

Repetía: "No es un montaje, no es un montaje (...). No hay uso político de este tipo de liberación".

Horas después de la entrevista, el procurador pidió a Yuli García que volviera a su oficina. Ahí le esperaban una decena de hombres. Entre ellos, el entonces director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Genaro García Luna.

"La reacción era una mezcla de miedo y rabia. Genaro García Luna estaba muy nervioso. Me acusó de ser la abogada de Florence. Uno me dijo: 'Sacar todo esto no es bueno ni para México ni para tu país'", recuerda la reportera.

Yuli García es colombiana y vive en México desde hace varios años.

"Fue la peor intimidación que hemos conocido en Punto de Partida", comenta con nosotras en entrevista Denise Maerker.




El 5 de febrero, Florence Cassez habló en vivo, vía telefónica, en el programa Punto de Partida. Desde el Centro Nacional de Arraigos de la Procuraduría General de la República (PGR) reafirmó que había sido detenida el 8 de diciembre de 2005. Invitado en el estudio, Genaro García Luna reconoció entonces que se había recreado la detención especialmente para la televisión.

En aquel momento, salvo la declaración de una de las tres víctimas, Ezequiel Elizalde Flores, no había ninguna prueba contra Florence en el expediente.

Pero días después, los otros dos plagiados, Cristina Ríos Valladares y su hijo Christian, cambiaron sus declaraciones. El 10 de febrero de 2006, Cristina y su pareja, Raúl Ramírez Chávez, fueron convocados para declarar en la SIEDO. Entraron y salieron del edificio en múltiples ocasiones durante el día, como lo acredita el registro de ingresos y egresos del edificio, del cual se encuentra una copia en el expediente.

Christian también estuvo ahí. Se quedó varias horas, solo, sin sus padres, y siempre con el mismo funcionario. También fueron convocados casi todos los policías que participaron en la detención de miembros de la banda El Zodiaco. Fue un día de crisis para las autoridades.

Cristina y Raúl entraron por última vez a las 12:00 de la noche y se quedaron media hora. No existe registro de lo que pasó en este último encuentro, pero cuatro días después, y desde Estados Unidos, volvieron a declarar, contradiciendo los testimonios que habían hecho en diciembre de 2005.

El vaivén de Cristina

El 14 de febrero de 2006, Christian hizo una nueva declaración judicial: "comenté a mi mamá que la persona que me sacó sangre había sido una mujer, ya que le vi las manos, suaves y de piel blanca. Esta persona pronunció las palabras como extranjera, con un acento raro, y no con el tono de mexicana". En diciembre había declarado: "Hilario (supuesto apodo de Israel) me saca sangre de la vena de mi brazo izquierdo, me dijo que era para hacerme unos análisis".

Por su parte, Cristina dijo en su declaración del 15 de febrero de 2006: "Desde la primera casa de seguridad, mi hijo y yo escuchamos la voz de una persona extranjera con acento muy peculiar". Anteriormente, ni el hijo ni su madre habían hablado de una mujer, y el 9 de diciembre de 2005, cuando tuvieron a la vista en la cámara de Hessel a Florence sola, no la reconocieron, ni siquiera por la voz o su acento.

En una declaración de junio de 2006, Cristina fue más allá: "La mujer que está detenida, la recuerdo en la segunda casa. Un día, pude descubrirme la cara y vi a una persona de espalda que llevaba un pasamontañas y al término del pasamontañas, salía el pelo rubio".

Después de la primera sentencia condenatoria contra Florence en 2008, Cristina publicó en La Jornada una carta que fue reproducida después por otros medios nacionales: "Hasta nuestro refugio, nos llega la noticia de la sentencia de 96 años de la que ha sido merecedora Florence Cassez, la misma mujer cuya voz escuché innumerables ocasiones durante mi cautiverio (...). La misma voz de origen francés que me taladra hasta hoy los oídos".

Resulta sorprendente no hubiera reconocido esa voz en diciembre, inmediatamente después de su liberación, pero sí varios meses después. Sobre todo, si "es la voz de la mujer que, celosa e iracunda, gritó a Israel Vallarta, su novio y líder de la banda, al entrar sorpresivamente al cuarto y ver cuando me vejaba, que si volvía a meterse conmigo se desquitaría en mi persona".

Esta declaración de Cristina es puramente mediática. No aparece en el expediente, lo que significa que jamás mencionó esos hechos ante el Ministerio Público.

Pero hay otros testimonios de Cristina y Christian que llaman más la atención. Los que rindieron en su primera declaración del 9 de diciembre de 2005 y que nunca fueron tomadas en cuenta, ni por los medios ni por la justicia.

El primo Edgar

En esas declaraciones, el hijo y la madre acusan de su secuestro a otras personas, con quienes tienen vínculos familiares. En su primera declaración, el 9 de diciembre, el niño Christian se refirió a un secuestrador "que tiene la misma voz que mi primo Edgar".

En su segunda declaración es más preciso todavía: "Este sujeto dijo una vez a otro sujeto que le trajera unas aspirinas para su tía. Al percatarse de lo que habíamos escuchado, dijo 'chin'".

El 8 de febrero de 2006, Cristina declaró: "Después de eso, comienzo a sospechar que se trataba de Edgar Rueda Parra, sobrino político de mi esposo, sobrino de su primera esposa".

Relató que siempre tuvieron contacto con él: "Llevábamos a mi hijo Christian a la casa de la familia de Edgar para jugar". Christian lo describió como "muy prepotente y peleón" y explicó que su primo le hacía preguntas sobre su rutina diaria. El niño y su madre afirmaron que Edgar "tenía relaciones de amistad o nexos con Israel". A pesar de eso, nunca fue investigado. Ni siquiera fue llamado a declarar.

Edgar tenía otros nexos sospechosos: sus primos, los hermanos Rueda Cacho.

El 8 de febrero, Cristina declaró: "En una ocasión mi hijo me comentó que lo habían llevado a jugar a casa de unos primos de Edgar, José Fernando y Marco Antonio Rueda Cacho".

José Fernando y Marco Antonio han sido vinculados a numerosos secuestros. Son primos de Edgar y conocen a Christian. También tienen vínculos con el secuestro y el asesinato de Ignacio Abel Figueroa Torres, quien fue encontrado muerto en un auto en julio de 2005.

Los intocables Rueda Cacho

En una entrevista hecha para esta investigación a Andrés Miguel Figueroa Torres, hermano de Ignacio Abel, afirmó: "Conozco a los hermanos Rueda Cacho. José Fernando me invitaba a peleas de gallos, a cantinas (...). Tenía un primo que hablaba mucho de él diciendo que era muy chingón, muy verga, hasta para el secuestro. José Fernando como su hermano andaban armados, eran prepotentes y gustaban de gastar mucho dinero en una noche, como 10 ó 15 mil pesos".

Andrés Miguel sospecha que José Fernando tuvo algo que ver con el secuestro y muerte de su hermano. Afirma que presumía de tener amigos en la AFI.

Los Rueda Cacho también están vinculados con el plagio de la joven Valeria Cheja Tinajero. Ella fue secuestrada entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre de 2005.

El 4 de diciembre, elementos de la policía mostraron a Valeria fotos de los Rueda Cacho con Israel Vallarta. Ella no sólo identificó a Israel Vallarta como uno de sus secuestradores, sino que también reconoció a los Rueda Cacho. Fueron a su fiesta de cumpleaños poco antes de su secuestro.

Ellos sí han sido investigados. Fue ordenado un cateo el 26 de diciembre de 2005. En la casa de José Fernando, los agentes encontraron un Volvo color plata que fue utilizado en el secuestro de Valeria.

Se emitió una orden de aprehensión contra José Fernando. Pero un año después, esta orden fue cancelada sin explicación. En su declaración del 6 de enero de 2006, el padre de José Fernando justificó la posesión de este coche.

"Mi hijo presta dinero a crédito. Prestó 108 mil pesos a un tal Alejandro Mejía Guevara que le dejó su vehículo en prenda". Esto sucedió en noviembre de 2005.

Alejandro Mejía Guevara es cuñado de Israel Vallarta porque es pareja de Guadalupe Vallarta, hermana del presunto líder de la banda El Zodiaco. Es mencionado varias veces en el expediente de Cassez. Es el dueño del Volvo y arrendatario de la casa de Xochimilco que todas las víctimas, tanto Valeria como Cristina, Christian y Ezequiel, reconocen formalmente como el lugar de su cautiverio. Ni él ni su novia Lupita, de tez blanca y pelo largo con mechas rubias, fueron investigados.

Las mentiras de Ezequiel

Ezequiel Elizalde Flores es el único, de las tres víctimas, que acusó a Florence Cassez desde su primera declaración, rendida ante el Ministerio Público el 9 de diciembre de 2005: " Escuché la voz de una mujer de aproximadamente treinta años de edad, hablaba con acento extranjero, al parecer de origen francés, ya que arrastraba la letra "R" al hablar, esa mujer me dijo que me dejaba comida, que eran unos sándwich, me dijo que no intentara hacerme el héroe, que no hiciera pendejadas, que si no, íbamos a acabar mal".

Más adelante añadió: "hace aproximadamente tres días, volví a escuchar la voz de la mujer con acento extranjero (...) y que vi con pasamontañas y de cabello teñido color güero (...). Me dijo que le iba a mandar un regalito a mi papá, sentí un piquete en mi dedo meñique de mi mano izquierda, le pedí por favor que no me dañara, que respetara mi integridad física y ella me dijo que ni modo, que eran gajes del oficio".


Esa declaración es la más contundente en contra de Florence Cassez. Pero lo sorprendente es que Ezequiel Elizalde narró hechos muy distintos unas horas antes. En la madrugada del 9 de diciembre, explicó a Pablo Reinah, periodista de Televisa, que "le iban a cortar hoy el dedo y que momentos antes lo habían anestesiado".

Pero, si Florence Cassez, detenida el 8 de diciembre, estaba en una camioneta con policías armados, ¿cómo iba a hacer eso? Además, "la prueba" que sigue mostrando a los medios es una mancha que tiene en su dedo, producto, según él, del piquete. Sin embargo, un peritaje médico hecho por el doctor Juan Carlos Rueda García en junio de 2006, dictaminó que esta mancha "corresponde a una petequia y no a una cicatriz por punción previa". Es decir, es un lunar.

Hoy Ezequiel cuenta a los medios que no se puede acordar de los detalles del momento de su liberación porque estaba durmiendo cuando elementos de la AFI lo liberaron. Sin embargo, en septiembre pasado declaró a la cadena de televisión France 2: "el primer y el último día de mi detención, pude ver la cara de Florence Cassez sin pasamontañas".

Esa declaración mediática es inédita. Nunca antes había dicho que había visto la cara de su secuestradora. Ni siquiera en su declaración ministerial.

Pero todo indica que ante los medios de comunicación, Ezequiel tiene mucha imaginación.

Desde hace aproximadamente tres años cuenta a medios mexicanos y extranjeros que estudia criminología en la universidad Texas A&M International University (TAMIU) de Laredo, Texas. Algunos reportajes lo presentan sentado en las bancas de esa universidad declarando: "mi sueño es ser un policía como García Luna, por eso estudio duro".

Es muy convincente. Pero la verdad es que nunca estudió en esa universidad, nunca ha estado inscrito, como pudimos comprobarlo al preguntar en la administración de la TAMIU.

¿Por qué está mintiendo? ¿Por qué se inventa una vida estudiantil? ¿De qué vive Ezequiel en Estados Unidos? Ésas son las preguntas que el joven no quiere contestar de manera clara.

Tampoco le interesa comentar sus primeras declaraciones, en las cuales acusa a miembros de su familia política.

En su testimonio del 2 de marzo de 2006, expresó: "Sospecho que en mi secuestro participaron mi suegra Leticia Gómez López y mi cuñado Arturo Castillo". Cuenta que tuvo problemas con este último: "Me amenazó porque lo había corrido de mi casa. Él se junta con personas de aspecto de delincuentes, traen carros de modelo reciente y ninguno de ellos trabaja, me siguieron en varias ocasiones antes de mi secuestro". Sospecha de su suegra porque sus secuestradores tenían información que "sólo mi madre y mi suegra tenían".

Relató también que en una fiesta familiar organizada en su casa, "un baby shower para mi esposa embarazada", había dos hombres invitados por su suegra: Jaime y "El Norteño". "Me sacaban plática preguntándome en qué trabajaba, a qué hora salía (...). Reconozco al 'Norteño' como uno de mis secuestradores".

Esas personas nunca fueron identificadas ni investigadas. Los policías encargados del caso simplemente no las buscaron.

Las autoridades callan

Otras inconsistencias generan más dudas, como la posibilidad de un montaje más amplio. Persiste una pregunta: ¿hubo alguna vez rehenes detenidos en el rancho Las Chinitas, la casa de Israel Vallarta?

El relato oficial cuenta que las víctimas estuvieron secuestradas en una cabaña del rancho durante algunas semanas. Los medios reproducen esta versión de los hechos, sin cuestionarla. Pero varios elementos la ponen en tela de juicio.

Para empezar, la policía no detuvo a ningún cómplice de los secuestradores en el rancho en el momento de la liberación de los rehenes. ¿Habrían dejado a los secuestrados solos, sin vigilancia? Por otro lado, las descripciones que hacen las víctimas de este segundo lugar de detención son confusas y contradictorias. Declaran que la televisión siempre estaba encendida, pero un peritaje del lugar demuestra que en la cabaña nunca se instaló energía eléctrica.

Además, el jardinero del rancho, Ángel Olmos Morán, tenía las llaves de la propiedad y también de la cabaña. "Iba al rancho dos o tres veces por semana". Afirma que la última vez que ingresó al rancho fue el 5 de diciembre, cuatro días antes del show mediático. "La cabaña se encontraba vacía". Sin que esto le sorprendiera: "Ese lugar se ocupaba para guardar las cervezas o el vino cuando se hacía una fiesta".

A mediados de noviembre de 2005, tres semanas antes de la supuesta liberación, los secuestradores dejaron de llamar a las familias de las víctimas. Llamaban hasta tres o cuatro veces al día para exigir el dinero del rescate, pero, de pronto, dejaron de hacerlo. Ni la familia de Ezequiel ni Raúl Ramírez, esposo de Cristina y padre de Christian, tuvieron más noticias. Hasta el 9 de diciembre de 2005.

¿Qué pasó en esas tres últimas semanas? ¿Dónde estaban las víctimas? Si la liberación del 9 de diciembre fue un montaje, ¿cuándo y dónde fueron liberadas?

¿Es posible que los plagiados hayan sido manipulados por las autoridades?

Especialistas y personas que han vivido un secuestro en carne propia creen que no sólo es factible, sino que además es fácil manipular a una víctima.

"Una víctima tiene un agradecimiento total hacia sus salvadores. Haría cualquier cosa para ellos. Está sujeta a un miedo terrible, y si un policía le dice: 'tienes que denunciar a esta persona porque es parte de la banda', lo hace, sin más explicación", considera José Antonio Ortega Sánchez, abogado y autor del libro "El Secuestro en México".

Pedro Fletes Rentería, presidente de la Fundación Pro Rescate, y quien permaneció secuestrado 59 días, coincide con el legista. "Estás tan confundido, que obedeces a tus liberadores".

Además, los especialistas en plagios dicen que existe una regla infalible: "Casi siempre hay que buscar a los secuestradores en el entorno de la familia o en la misma familia".

A pesar de repetidas solicitudes, las autoridades mexicanas nunca contestaron nuestras preguntas sobre las omisiones y contradicciones en la investigación del caso de Florence Cassez.

(Anne Vigna es corresponsal del semanario francés Marianne y colaboradora de Le Monde Diplomatique. Léonore Mahieux es colaboradora de la radio francesaEurope. Emmanuelle Steels es corresponsal del periódico francés Libération)




Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV

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