¿Fin de la Recesión?

¿Fin de la Recesión?

El presidente Felipe Calderón decretó ya el fin de la recesión económica de México. A través del discurso político y el manejo mediático se intenta manipular a los agentes económicos, mercados financieros y medios de comunicación. Es evidente la urgencia por tratar de dar buenas noticias a la población en un ambiente de creciente descomposición social. Sin embargo, es arriesgado sesgar las cifras oficiales y las expectativas porque se puede perder mayor credibilidad.

En realidad, el fin de la recesión no implica el inicio del crecimiento económico y mucho menos de la recuperación social perdida durante los últimos tres años. Si bien es cierto que la economía mexicana creció 2.7 por ciento en el tercer trimestre de este año, comparado contra el segundo trimestre de este mismo año, todavía no se puede hablar de recuperación, sobre todo cuando se tienen los niveles de desempleo, pérdida del poder de compra, baja en las ventas y el consumo, aumento en la cartera vencida y caída del índice de confianza del consumidor a 77 puntos en octubre, una baja de 6.1 respecto al mismo periodo del año pasado.

Es evidente también el malestar de Calderón con su secretario de Hacienda, Agustín Carstens, por la necesidad de buenas noticias que la realidad simplemente se resiste a dar. La tradicional cautela de Carstens es nuevamente presionada por el estilo personal de gobernar del jefe del Ejecutivo. La recesión simplemente no se ha acabado porque en el tercer trimestre de este año tuvimos una caída de 4.4 por ciento respecto a igual periodo del año pasado. Además, el desplome registrado en el segundo trimestre fue tan espectacular (10.4 por ciento) que un crecimiento de 2.7 por ciento apenas repone una cuarta parte de esa caída pero se sigue en el fondo. Eso sí, probablemente ya se tocó fondo pero revertir las consecuencias económicas y sociales tomará tiempo.

Así pues, es claro que en este momento no se puede hablar de recuperación y si no se cuida el discurso presidencial, el resultado puede ser mayor pérdida de credibilidad.

Fuente: El Periódico

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