SE APARECIÓ "EL DIABLO"

SE APARECIÓ "EL DIABLO"

09/11/09

Por: Francisco Rodríguez

HACE YA UNA semana que en los campos de golf, a la vera de las canchas de tenis, en cenas y comidas, pero sobre todo en reuniones empresariales se comenta el valor, la audacia y hasta la astucia de Valentín Diez Morodo, quien en Juriquilla, y fuera de cámaras y micrófonos, se enfrentó a Felipe Calderón: “Usted nada más se la pasa regañe y regañe, ¡pero de plano no hace nada!”, habría dicho palabras más o menos el presidente de los “Diablos Rojos” del Toluca, al ocupante de Los Pinos.

La anécdota corre de boca en boca. Y por supuesto, son muchísimo más quienes aplauden a Diez Morodo, que quienes critican o hasta quienes temen por la seguridad del también presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior y ex presidente del influyente Consejo Mexicano de Hombres de Negocios. Diez Morodo figura asimismo como consejero propietario del Grupo Modelo, el séptimo corporativo del mercado bursátil, donde hace equipo con Carlos Fernández González, presidente del grupo cervecero.

Nada de lo dicho por Diez Morodo es falso. Inusitado, eso sí, que se lo haya dicho de frente, sin titubeos, a quien invariablemente recibe sólo elogios y aquiescencias, sobre todo por el intimidante aparato militar que siempre le rodea y, peor aún, por las consecuencias que sobre su seguridad física o patrimonial pudiese acarrear al “atrevido”.

Un destacado político priísta, de otra parte, también platica que hace apenas cinco días el dirigente de una de las cúpulas empresariales se quejaba con él de que en México no hubiese mecanismos similares a los de otros parlamentos, como el voto de censura, “pues ya no aguantamos a ese loquito en la Presidencia”.

Calderón abrió la caja de Pandora. A punto de llegar a la mitad --¡apenas!-- del mandato que, “haiga sido como haiga sido” un Tribunal falló en su favor, se ve abandonado por quienes en todos sentidos, incluidos los de las malas artes, contribuyeron a llevarlo a Los Pinos, ingresándolo prácticamente por la puerta de atrás.

Las admoniciones sobre la situación fiscal de las grandes empresas –“inadmisible que sólo paguen el 1.7 por ciento de sus ingresos”… “está bien que tengan actividades filantrópicas y que patrocinen eventos deportivos y culturales y que nos regalen equipos médicos pero que también paguen aunque sea una parte de los impuestos que necesitan los mexicanos"--, que durante los dos últimos días de septiembre lanzó el panista no son un capítulo cerrado. Por el contrario…

En otro tono, el que debe adoptarse en público y que es políticamente correcto, los ricos del país –que en su momento, apenas en febrero, dejaron solo a Carlos Slim, cuando Calderón lanzó en su contra toda su batería pesada--, continúan acotando al ocupante de Los Pinos.

En el mismo country club, el Juriquilla queretano, Diez Morodo dijo al ser entrevistado momentos después de su reclamo cuasi-privado al ocupante de Los Pinos --quien luego de tal dio reversa a sus palabras de acuerdo a las versiones estenográficas--: “Es un cambio de tono” el discurso de Calderón, porque “no es el momento de provocar confrontaciones…”.

Otro tono, asimismo, el de Miguel Alemán Velasco –empresario prototípico de la corrupción política heredada de su padre--, pero en el subtexto o trasfondo idéntico estado anímico al mostrado por el cervecero Díez Morodo. Apenas este fin de semana, en conferencia de prensa, mostró varias veces su “preocupación” por lo que pudiese depararle al país no sólo en lo económico y financiero, sobre todo en lo social, campo seco sobre el que no pocos preconizan un incendio, al que la fallida Administración federal sólo echa más gasolina.

En fin. Tanto invocaron los empresarios al “peligro para México”, que acabaron entronizándolo en Los Pinos.

No le aunque que a Calderón, ya se la haya aparecido “El Diablo Rojo” de Toluca.

¿De dónde más, si no?

Índice Flamígero: El termómetro político también registra alzas febriles entre los tricolores. A través de sus alfiles periodísticos, arrecia la lucha entre Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña. Y aunque en las fotos aparecen ambos codo a codo, también ahí hay un infierno consumiéndolos.

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