Los mulatos o indígenas que consiguieron su independencia entre 1810 y 1825, pudieron vencer la idea de que a la libertad sólo tenían derecho los blancos, según el historiador Manuel Lucena Giraldo.
Este investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España acaba de publicar el libro "Naciones de rebeldes. Las revoluciones de independencia latinoamericanas", en el que propone una visión nueva y "optimista" de esos procesos revolucionarios.
El nacimiento de estas "repúblicas libres", dice, "está unido al ciclo de cambio del mundo atlántico que empieza con la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa y sigue luego en América con la independencia de Haití".
"Lo que ocurría en Cartagena de Indias, en Santa fe de Bogotá o en Santiago de Chile repercutía en San Francisco de California, que era parte del imperio español, en Florida y en Barcelona, "pues había un marco atlántico de relaciones y lo que pasaba en unos y otros lugares estaba interconectado.
Además, el historiador asegura que en ese ciclo cambiante que dio origen al mundo moderno "lo sustancial, lo que prima en el centro del escenario" es entender que la independencia de las repúblicas americanas "fue, ante todo, un hecho político y cultural".
Manuel Lucena Giraldo niega las teorías del evolucionismo y del difusionismo y añade que no es que la libertad la inventaran los franceses y que un día ésta llegase a Latinoamérica para volver libres a sus gentes.
El historiador insiste en que los latinoamericanos hicieron unas "revoluciones originales, no copias de las europeas" y crearon un esquema según el cual la libertad estaría "por encima del color de la piel", incluyendo a indígenas, mulatos o negros.
Una libertad que en Europa "tenía límites enormes", asegura Lucena Giraldo y recuerda que en la Francia de la Declaración de Los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 1789, había "muchos hombres" y tan sólo unos pocos ciudadanos privilegiados, y que en 1801 la Europa ilustrada revolucionaria reintrodujo la esclavitud.
Al cumplirse dos siglos de aquellos hechos históricos, Lucena Giraldo aboga por huir de "la fracasología y el caudillismo", de la idea de que todo está mal irá a peor, porque, en su opinión, se trata de "una etiqueta cultural que hay que romper".
El historiador cree que muchos intelectuales americanos tienen la tarea pendiente de cambiar el prisma en el que ven un pasado y un presente "en el que sólo vale el fracaso, lo lamentable, la imagen del caudillo, sin tener en cuenta lo que los ciudadanos hicieron y siguen haciendo bien".
ESPAÑA
Fuente: El Tiempo/Efe
Difusión: AMLO TV
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