sábado, 31 de julio de 2010

• Del poder corruptor…


Julio Ricardo Blanchet Cruz
• Del poder corruptor…

31 julio 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx

El que el doctor René Druker Colín, al frente de una campaña de difusión de la ciencia que promueve la UNAM, se haya prestado para descalificar a la homeopatía como una ciencia, calificándola como un placebo…

Soslayando que en Francia, en Argentina, en Italia, en Inglaterra, millones de personas, por no mencionar a los propios Estados que la promueven, son tratadas con la ciencia del ilustre Samuel Federico Cristiano Hahnemann…

Por no también citar a nuestro México (o lo que queda de El) donde el IPN tiene una carrera como Médico cirujano y homeópata, reconocida por Profesiones…

Y que la propia Secretaría de Salud, por desprestigiada que esté a causa del doctor José Córdoba, capaz de engañar por el negocio de las vacunas, tiene un Hospital Homeopático que diariamente atiende pacientes (no les toma el pelo o los defrauda, sino que los cura)…

Deja ver el enorme poder corruptor del dinero, que a manos llenas tienen los Laboratorios Químico-Farmacéuticos, auténticos comerciantes de las enfermedades. Que por si fuera poco el haber prostituido la profesión de médico que otrora fuese un apostolado condicionándolos para que vendan sus medicinas…

Corrompen a gente como el doctor Druker, del que sabiendo que no es ignorante, solo se puede pensar que se vendió. Pues para nadie es una novedad que la Industria se ha movido lo suficiente como para que el Gobierno en un futuro muy cercano prohíba la venta de medicamentos sin receta…

Que es el pago directo que los industriales y los comerciantes de medicinas le dan a su selecto gremio por recetar sus fármacos que, en muchos casos, ni a remedio llegan. Por no comentar que algunos hacen más daño que beneficio…

Que pena que el doctor Druker Colín se evidencia ante el mundo como un ignorante (o charlatán, también cabría) y más pena aún da que la UNAM patrocine a individuos que por tres pesos sean capaces de exhibirse de manera tan vulgar; cuando hay gente de sobra que quisiera ser apoyada por tan prestigiada Institución…

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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