viernes, 2 de octubre de 2009

En México Siempre es 1968



En la Lucha Contra los Malos Gobiernos

En México Siempre es 1968

Por Sirahúen Millán J.

En México, el 68 y el dos de octubre, siempre están vivos en la memoria de los mexicanos. En 1968, la inconformidad social por la falta de libertades democráticas y el autoritarismo era tal que cualquier chipa pudo encender la pradera; la torpeza de unos policías al pretender controlar una bronca derivada de un partido de futbol entre estudiantes de distintas escuelas hizo que la situación se saliera de control y aquello terminara en una represión desmedida no solo a los jóvenes que participaron en la trifulca, sino a profesores, transeúntes y contra todo aquello que respirara, se moviera o simplemente por ahí pasara.

Después la cerrazón de los jefes policiacos fue mayor que la de los policías iníciales al negarse a sancionar a los responsables de haber abusado de la fuerza pública. Así la situación fue In Crescendo en muy pocos días, pues entre más alta era la autoridad que intervenía para poner remedio al conflicto más crecía la protesta estudiantil, ya que cada jefe resultaba peor en torpeza que su subordinado. La estupidez de las autoridades y gobierno no paró, ni conoció límites hasta que se desbordó cuando el gorila mayor; el presidente Gustavo ‘la Changa' Díaz Ordaz (no es sarcasmo, así se le conocía tanto en las altas esferas de la política, como a nivel del pueblo de a pie) ordenó el asesinato de más de cuatrocientos jóvenes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco aquel fatídico dos de octubre.

Pero en esta ocasión no es la intención detallar los sucesos de aquel gran movimiento social, para ello el año pasado, con motivo de su cuarenta aniversario, Machetearte publicó una serie de más de veinte colaboraciones seriadas cronológicamente, que el lector puede consultar para conocer Como Fue el 68 Mexicano y su desenlace (edición1374, 19 de julio, 2008).

Hoy, es importante tomar conciencia de que en pleno 2009, a cuarenta y un años del movimiento estudiantil más grande de este país, las condiciones de autoritarismo y represión no solo no han cambiado, sino que se ven agravadas por los niveles de corrupción e ineptitud jamás antes alcanzados por parte de quienes administran el país (ya que no se puede decir que lo gobiernan) desde las altas esferas del poder político y económico.

Pero en la actualidad es importante también darse cuenta de que la única forma de rescatar la nación y detener su saqueo a manos de unas cuantas familias de mafiosos tecnócratas al servicio del Banco Mundial, es la organización ciudadana con una visión de lucha más amplia, orientada a construir un verdadero poder popular basado en la autogestión económica, el autogobierno político y la autonomía cultural, capaz de insubordinarse e insurreccionarse por todas las vías y en todos los ámbitos, no solo los armados.

En el preludio del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución mexicanas, la pradera está más seca que nunca y nuevamente cualquier chispita puede iniciar un gran incendio; un estallido social, pero en esta ocasión deberá ser con mucha organización y disciplina, para no ser víctimas a lo ingenuo.

Los mexicanos siempre hemos sabido decir no: en 1910, dijimos no al colonialismo imperial, en 1867, no al intervencionismo extranjerizante, en 1810, no a los regímenes dictatoriales, en 1968, no al presidencialismo autoritario, hoy, a un pequeño paso del 2010, es tiempo de decir NO al capitalismo neoliberal, para que caiga de una vez por todas y nunca más vuelva a existir ese nefasto engendro del mal.


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