¿Qué defienden, señores?

¿Qué defienden, señores?

Prominentes panistas y secretarios de Estado salieron ayer a defender las políticas económicas del gobierno de Felipe Calderón.

El avispero calderonista se sacudió con la implacable declaración de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, de que el desempeño de México frente a la crisis económica internacional ha sido uno de los más deficientes.

Rápidamente saltó el coordinador de los senadores del PAN, Gustavo Madero Muñoz, quien en un tono francamente grosero declaró: “Pues al Premio Nobel no sé qué jabón lo patrocina”.

Luego fue Ernesto Cordero Arroyo, secretario de Desarrollo Social – y uno de los hombres más cercanos a Calderón–, quien mandó a estudiar al laureado economista estadunidense: “Que mejor se ponga a leer un poquito más de México”, dijo el funcionario.

El propio secretario de Hacienda, Agustín Carstens, respondió a las críticas desde Nueva York, al asegurar que Stiglitz desconoce que México fue azotado por dos golpes: la desaceleración económica global, y la caída de la producción petrolera en 800 mil barriles diarios.

Se apresuraron. Las declaraciones del keynesiano Stiglitz no fueron ataques personales a Felipe Calderón, sino una cruda radiografía de la realidad mexicana.

Ayer mismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentó en Paris el Panorama Económico Mundial 2009 y Cyrille Schwellnus, responsable del estudio en México, aseguró que en 2011, la tasa de desempleo en México será de 6%, peor que la de este año, y que no habrá recuperación antes de 2012.

También ayer, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su Panorama Social de América Latina 2009 y su conclusión es espantosa: la crisis financiera mundial provocará 9 millones de nuevos pobres en la América Latina este año, la mayoría de los cuales vive en México y Venezuela.

¿Qué van a decir ahora los funcionarios que se burlaron del Nobel? ¿Qué también la OCDE y la Cepal están patrocinados para criticar, sin bases, al gobierno mexicano?

Bien dice la sabiduría popular: “No hay más ciego que el que no quiere ver”.

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Fuente: El Periódico

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