Los inamovibles
Hace 12 años, después de la matanza de Acteal, Ernesto Zedillo asumió la responsabilidad de su gobierno y removió a su secretario de Gobernación. ¿Qué hará Felipe Calderón después de la tragedia de Ciudad Juárez?
l 3 de enero de 1998, el presidente Ernesto Zedillo removió a Emilio Chuayffet Chemor de su cargo de secretario de Gobernación.
Habían transcurrido 12 días de la matanza de Acteal, en Chiapas, masacre en la que 18 niños, 22 mujeres y 6 hombres fueron asesinados por un grupo armado.
El hecho conmocionó a la opinión pública nacional y trascendió las fronteras del país.
Aunque el gobierno zedillista explicó que la tragedia había sido consecuencia de rivalidades entre grupos antagónicos, no utilizó ese argumento como pretexto para eludir su responsabilidad.
Ciertamente, el gobierno no había acribillado a esos mexicanos, pero eso no le eximía de su responsabilidad de haberlo previsto y evitado.
Con la remoción –o renuncia– del secretario de Gobernación, que también era el responsable de la seguridad pública federal en ese entonces, el presidente Ernesto Zedillo asumió la responsabilidad que le tocaba a su administración.
No importaba si la masacre había ocurrido en un poblado tan apartado como Acteal, en el sureste del país.
No importaba si habían existido rivalidades entre grupos. Lo ocurrido también era responsabilidad del gobierno.
Una actitud muy distinta muestra hoy la administración del presidente Felipe Calderón después de la masacre ocurrida el fin de semana pasado en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde 16 jóvenes menores de 19 años fueron.
Por las circunstancias en que ocurrió, este hecho acaparó la atención de la prensa nacional e internacional, lo cual opacó otras ejecuciones grupales que se dieron el mismo día en Torreón, Coahuila.
¿Por qué razón, adolescentes y jóvenes habían sido víctimas de un grupo armado?
EL FRACASO DE LA OPERACIÓN CONJUNTA CHIHUAHUA
El 27 de marzo de 2008, el secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño anunció desde Ciudad Juárez el inicio de la Operación Conjunta Chihuahua.
En aquella ocasión, Mouriño dijo: "En esta batalla, demostraremos que ningún grupo criminal será capaz de resistir la fuerza del Estado mexicano. Al poner en marcha la Operación Conjunta Chihuahua, sellamos un compromiso con los ciudadanos y con el gobierno de este estado por recuperar la tranquilidad y la seguridad de cada chihuahuense y seguir cerrando los espacios al crimen organizado”.
El gobierno federal envió 2 mil 500 efectivos a Chihuahua. Sin embargo, ese mismo año, lo único que quedó demostrado fue el estrepitoso fracaso de la operación.
Quedó en evidencia que el gobierno era incapaz de “recuperar la tranquilidad y la seguridad de cada chihuahuense”.
De 130 ejecuciones ocurridas en 2006 y 148 en 2007 –según datos del periódico Reforma–, la cifra se disparó a mil 652 en 2008. Esto fue solamente en Ciudad Juárez, en toda la entidad, el número de víctimas ascendió a 2 mil 400.
Para 2009, la situación empeoró. Los homicidios en Chihuahua sumaron 3 mil 250. Y eso a pesar de que había más de 8 mil 500 efectivos federales destacamentados en la entidad.
En enero de 2010, la violencia siguió creciendo exponencialmente: 327 asesinatos en 31 días.
Tan solo el 10 de enero, hubo 26 homicidios, hecho que dio pie para que el gobierno federal anunciara un “replanteamiento de la estrategia”.
El 16 de enero, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, intentó explicar que se trataba de un “esquema donde la Policía Federal tenga mayor presencia en la zona urbana, y el Ejército Mexicano pueda cubrir la parte de más movilidad, como las brechas".
En pocas palabras, mandó al Ejército a cuidar los caminos rurales y las veredas, para que la Policía Federal se apoderara del control de Ciudad Juárez.
Sin embargo, en menos de 10 días volvió a quedar demostrada la ineptitud e ineficacia de las fuerzas de seguridad.
Y esto quedó demostrado cuando decenas de adolescentes fueron acribillados durante una fiesta.
LOS RESPONSABLES
¿Quiénes son los responsables de que en Ciudad Juárez, como en muchas otras ciudades de México, se viva esta violencia imparable?
Según el gobierno, hay dos probables culpables.
O fueron las propias víctimas, que asociadas en pandilla rivalizaron con sus ejecutores. O bien, fue “El Diez”: los mandó matar porque los jóvenes le servían a “El Chapo”. Así de simple.
Si los asesinatos aumentan, es señal de que los narcotraficantes pelean; si disminuyen, es que decidieron pactar territorios.
La hipótesis de las pandillas en conflicto es la preferida del presidente Calderón y su secretario de Gobernación.
En cambio, los policías que presentaron ante los medios a un presunto testigo se inclinan por la explicación “El Diez”.
‘ES UN PLEITO ENTRE PANDILLAS’
Desde Japón, el presidente de la República expresó: “Mi deber es iniciar esta rueda de prensa, primero deplorando y condenando de manera muy enérgica el cobarde asesinato de un grupo de jóvenes, 18 personas, la mayoría estudiantes y muchos de ellos menores de edad, en México, en Ciudad Juárez, en Chihuahua, que fueron cobardemente asesinados, probablemente por otro grupo con quien sostenían, es una de las hipótesis que se investigan, ciertas rivalidades”.
Por su parte, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, ratificó las sospechas del primer mandatario.
Y ahora el gobierno tiene que “encontrar aquellas estrategias que son propicias para abatir la lucha de pandillas que viene manchando a Ciudad Juárez”, apuntó.
¿Cómo admitir que se trata de una lucha armada entre pandilleros cuando las víctimas, de 13 a 19 años, totalmente inermes, fueron acribilladas en una fiesta?
FUE ‘EL DOCE’ O ‘EL DIEZ’ CONTRA ‘EL CHAPO’
Por su parte, la policía siempre encuentra un testigo que puede explicar oportunamente los hechos.
Según José Dolores Arroyo Chavarría, de 30 años, un sujeto apodado “El Diez” mandó asesinar a los jóvenes porque supuestamente eran "doblados", lo que significa que eran miembros de AA (Artistas Asesinos), presunta banda criminal rival de la pandilla Los Aztecas.
“El Diez nos ordenó la masacre porque eran 'doble A' y sirven al Chapo”, dijo el testigo “espontáneamente” en una rueda de prensa.
Sin embargo, según informes de la procuradora de Chihuahua, Patricia González, resulta que “El Rana”, mejor conocido hasta ayer como “El Diez”, y al que se ubica ahora como “El Doce”, murió en un enfrentamiento con militares.
¿Y EL GOBIERNO?
Asumiendo que alguna de esas hipótesis, por descabelladas que parezcan, es cierta, cabría preguntarse de quién es la responsabilidad de evitar que sucedan esos atentados.
Después de la matanza de Ciudad Juárez, muchos esperaban que el presidente anunciara la remoción de Genaro García Luna como responsable de la seguridad pública federal.
Sin embargo, García Luna y el resto de los funcionarios responsables de la seguridad pública permanecen en sus puestos.
¿Qué espera, señor presidente?
Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV
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