EDITORIAL
Reforma sanitaria urgente.
Las declaraciones del secretario de Salud, doctor José Córdova, cuya “oportuna” intervención en el manejo de la “pandemia” de influenza con nombre de asteroide, le valió premios y reconocimientos internacionales, a él y a su jefe el Lic. Calderón.
Aunque, hay que decirlo, aquí en México, ni los empleados del sector salud se ha querido aplicar la mentada vacuna que, dicho sea de paso, fue adquirida del desecho de los canadienses. Quienes al observar las reacciones secundarias a su aplicación, la suspendieron.
Declaraciones en el sentido de que las enfermedades crónicas pueden colapsar el sistema de salud.
Dan a entender que por fin nuestras honorables Autoridades se pueden llegara a dar cuenta que más vale prohibir toda la publicidad de productos dañinos, como el alcohol, el tabaco y la comida chatarra, aunque al disminuir la ventas pagaran menos impuestos (que de por sí no los pagan)
Que seguir haciéndose cargo de las enfermedades de los ciudadanos que se incapacitan, mueren o simplemente faltan a sus trabajos por causa de las dolencias que les provocan.
Y aunque no deja de ser extraño que el Funcionario hasta ahora se haya dado cuenta de ello, pues sabido es que el 60 % del presupuesto de salud se va en atender a los diabéticos, no deja de ser un rayo de esperanza entre todo lo que está sucediendo en nuestro México. Donde a fuerza de ser sinceros ya no vemos la salida, cuando menos con estos gobernantes.
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