EDITORIAL
¿Quiénes lo mataron?
Si bien es cierto que la perdida de una vida es siempre importante, es difícil entender que se haga más revuelo por el asesinato de Rodolfo Torre, que por el de la pequeña Paulette, que también fue asesinada.
Y si el asesinato del Candidato priísta impactará sin duda en las elecciones (favorablemente para el PRI, de recordar cómo llegó Zedillo) el de la Paulette hizo que la sociedad entera acabara de desilusionarse de todo el aparato de Justicia que tenemos los mexicanos. Y además exhibió por todo el mundo la clase de dictadura en que vivimos.
Por no comentar de que tarde o temprano acabará con las aspiraciones presidenciales de Peña Nieto, que si había hecho mal las cosas protegiendo a quienes la asesinaron, al confirmar en el cargo a quien fue el encargado de disfrazar el homicidio (lo que nunca logró, es más que obvio) acabó dándose solo el tiro de gracia que le impedirá llegar siquiera a la candidatura.
El escándalo político que han armado los honorables Partidos con el asesinato del doctor Torre Cantú, tratando siempre de sacar ventaja, es desproporcionado, pues no es la primera sangre que corre en estas elecciones, de recordar el candidato panista Luis Mario Guajardo, de Valle Hermoso, al que asesinaron junto con su hijo.
Se olvida que también asesinaron a Luis Donaldo Colosio y al General R. Francisco Serrano, siendo ambos candidatos a la Presidencia de la República.
Pero en esta ocasión se les ha hecho fácil echarle la culpa a los narcotraficantes (hay quienes responsabilizan a los zetas) cuando los narcotraficantes no tienen necesidad de recurrir a esas medidas con un candidato, por más ganador que sea.
Si no les dan facilidades para trabajar, pues los compran y asunto concluido. Las declaraciones del Gobernador Andrés Granier Melo de Tabasco, de que lo han amenazado, refuerza lo dicho.
Ahora bien, si los narcotraficantes no lo hicieron, porque como es de suponerse, no tienen necesidad de hacerlo; y si tampoco parece ser una venganza personal, pues el modo de llevarlo a cabo y las armas utilizadas no corresponden a ese tipo de ejecuciones.
Habrá que dirigirnos a los que pueden salir beneficiados con el homicidio; y solo son dos: El PAN-Gobierno, como primeros sospechosos; o el propio PRI; que si no parecen necesitarlo, son (han sido, mejor dicho) perfectamente capaces de hacer eso, y más. Además que hay quien piensa que sabiéndose ganador “se saltó las trancas” (Colosio)
Cabiendo comentar que por el discurso que dio don Felipe con todo su Gabinete se Seguridad atrás de él, vestido todo de negro, lo hizo ver un tanto cuanto exagerado (por decirlo de alguna manera)
Más o menos como cuando Salinas de Gortari se apersonó en la Catedral de Guadalajara cuando ejecutaron al Cardenal Posadas Ocampo.
No se ha sabido nada de quienes asesinaron a Luis Mario Guajardo, de hecho, ya ni en cuenta. Tal vez tampoco se vaya a saber quién asesinó a Rodolfo Torre; como nunca se ha sabido quién mandó asesinar a Colosio. Ni quién asesino a Paulette.
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