México SA
CCE: contra la contención salarial
Poder adquisitivo: enormes pérdidas
GDF: ¿cobro con zanahoria o palo?
Carlos Fernández-Vega
Cómo estará el horno nacional que ya ni los aliados naturales del régimen dan crédito al discurso oficial y al país de las maravillas que promueve. Otrora feroz propagandista del actual inquilino de Los Pinos (en la campaña electoral de 2006 machaconamente difundió aquello de que apostarle a algo distinto implicaría retroceso), hoy el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se manifiesta a favor de romper el muro de contención salarial que él mismo no sólo exigió levantar, sino que ayudó a construir. En un pronunciamiento público verdaderamente para coleccionistas, ahora se suma a las voces que reclaman mayor ingreso para los trabajadores para reactivar la pasmada economía mexicana.
Por medio de su Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, el organismo empresarial no sólo advirtió sobre la precarización del empleo en el país, sino que “demandó fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores, que históricamente ha tenido enormes pérdidas. Para estimular el crecimiento del mercado interno –la manera más eficaz para fortalecer la actividad económica del país– se requieren empleos con remuneraciones reales positivas, es decir, que muestren ganancias después de eliminar los efectos de la inflación. En los últimos dos años el salario medio de cotización ha mantenido variaciones anuales negativas en términos reales, a pesar de que el salario mínimo real reporta un avance marginal en comparación con el año previo… No sólo se trata de crear empleos en cantidad, sino también de calidad” (La Jornada, Juan Carlos Miranda).
Lo anterior dista mucho de la reciente afirmación de su otrora protegido, quien recientemente aseguró que “los gobiernos democráticos (se refería a los panistas, desde luego, es decir, los que protegen y promueven la democracia de, por y para los empresarios, como definió Vicente Fox) no sólo hemos frenado la pérdida del poder adquisitivo del salario, sino que, incluso, el poder adquisitivo del salario mínimo en México, como ha crecido más que la inflación, ha podido recuperarse en términos reales y en términos nominales, por primera vez en 40 años en el país. Y eso ha sido gracias a que hemos sido responsables. Gracias a que cuidamos a México…”. Dirá lo quiera, pero su credibilidad está no en los suelos, sino aún más abajo. Ya en este espacio publicamos información del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM (“hoy las familias trabajadoras en México adquieren menos alimentos que al inicio del actual gobierno, lo que ha implicado el incremento de la pobreza en el país… la caída en el poder adquisitivo durante el gobierno de Felipe Calderón sigue siendo mayor que la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari…”), y ahora se suma el CCE, aunque no sólo él.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados revela que, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo, el salario promedio de cotización al IMSS ha registrado tasas de crecimiento real anual negativas a partir de diciembre de 2008. Desde el comienzo de la crisis, en septiembre de 2008 y hasta el mismo mes de 2010, el salario en el sector formal de la economía ha perdido en términos reales 4.26 pesos diarios, equivalentes a 129.45 pesos mensuales. Esta misma pérdida de poder adquisitivo del salario también se ha observado en los distintos sectores de la actividad económica: la Encuesta Industrial Mensual mostró que entre agosto de 2008 y el mismo mes de 2010 los sueldos y salarios promedio del sector disminuyeron en términos reales 3.79 pesos diarios, lo cual equivale a 115.30 pesos mensuales.
Los salarios en el sector comercio han disminuido, entre agosto de 2008 y el mismo mes de 2010, 10.78 pesos diarios en términos reales, que equivale a una pérdida de 327.76 pesos mensuales. Aunque en esos dos años los salarios en el sector de la construcción han ganado una media de 109.21 pesos mensuales, este sector aún mantiene un déficit de 28 mil 656 trabajadores cotizantes al IMSS respecto al nivel máximo registrado al empezar la crisis en octubre de 2008. Los resultados de la ENOE al tercer trimestre de 2010, confirmaron que sigue en curso una transformación regresiva en la distribución de los salarios. Esto se debe a que, por un lado, el número de trabajadores que percibieron remuneraciones superiores a cinco salarios mínimos disminuyó 22.8 por ciento entre el tercer trimestre de 2008 e igual periodo de 2010; mientras por el otro, los que ganan como máximo tres salarios mínimos se incrementaron 4.65 por ciento en el mismo lapso. También se destaca que en el año transcurrido entre el tercer trimestre de 2008 e igual periodo de 2010 el número de trabajadores que reciben ingresos de menos de un salario mínimo creció en 656 mil personas.
El panorama se complica cuando se conoce que 75 por ciento de quienes tienen empleo en el país gana menos de cinco salarios mínimos, es decir, por debajo de 8 mil 400 pesos mensuales. Aún más ingrato resulta este dato al desmenuzarlo por estrato de ingreso: aquellos empleados que obtienen hasta un salario mínimo en México representan 14 por ciento de la población ocupada (casi 6 millones); más de uno y hasta dos salarios mínimos lo obtiene 23 por ciento (10.35 millones); más de dos y hasta tres, 21 por ciento (9.33 millones), y más de tres y hasta cinco salarios mínimos, el 17 por ciento (7.54 millones). Lo anterior sin considerar que casi 5.5 millones de mexicanos no reciben ingresos, no obstante pertenecer a la población económicamente activa, y que 2.7 millones adicionales se encuentran oficialmente en el desempleo.
El panorama laboral es desastroso y socialmente explosivo, por mucho que el aparato propagandístico del régimen lo disfrace con flores. Diferentes instituciones, públicas y privadas, lo han documentado, y con darse una vuelta por el México real se constata. Entonces es deseable que el pronunciamiento del CCE trascienda el discurso y que sus agremiados actúen en consecuencia.
Las rebanadas del pastel
¿Qué pasa en el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Marcelo Ebrard? A los ciudadanos rasos que no pueden pagar el consumo de agua tras el brutal aumento de tarifas, el personal de dichas instancias ofrece: mordida para evitar la suspensión del servicio o, caso contrario, pegar en la puerta una fosforescente cartulina anaranjada que a la letra dice este predio no pagó el agua. Es el caso de una señora de la Benito Juárez a quien pretenden cobrar 2 mil 700 pesos bimestrales en una vivienda con tres habitantes adultos. Ochenta por ciento de aumento de un plumazo, o mordida.
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Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV
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