JAIME HERNÁNDEZ ORTIZ
Uno de los datos más reveladores del Censo de Población y Vivienda 2010 fue el relativo al comportamiento religioso que dio entre los mexicanos en la última década.
De acuerdo con los datos arrojados por este censo nacional, la religión católica tuvo una caída en cuanto a su feligresía, al caer drásticamente en un cuatro por ciento. cifra altamente significativa, pues en cada década la Iglesia católica perdía sólo un punto porcentual; pero ahora descendió en diez años lo que debería bajar en cuatro décadas.
El Censo 2010 indicó que el número de católicos en todo el país pasó de 89.7 por ciento en 1990, a 88 por ciento en 2000, y a 83.9 por ciento en 2010.
Es previsible que la membresía católica baje en la próxima década a menos del 80 por ciento. Simultáneamente, el número de otras religiones se incrementó en la última década al subir un tres por ciento en términos absolutos y en uno por ciento los que no tienen religión.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el organismo que elaboró el censo, señaló que la cantidad de evangélicos o protestantes pasó de 4.9 por ciento en 1990 a 5.2 por ciento en el 2000, para llegar a 7.6 por ciento en el 2010.
Impunidad, manto sagrado
Este fenómeno del comportamiento religioso no es casual; obedece a muchos factores. Entre otros podemos anotar los actos de pederastia y abuso sexual que involucraron a cientos de sacerdotes católicos y miles de víctimas en todo el mundo y que hoy se están conociendo, casos en los que México no es la excepción; y que gracias a amplios procesos de democratización, ciudadanización, denuncia y de lucha a favor de los derechos humanos, el tema se ha colocado frente a la opinión pública.
Esto no significa que esos criminales actos de abuso sexual sean sólo recientes; por el contrario, simplemente ahora hay mejores condiciones para conocer y denunciar esos hechos. Pero evidentemente podemos decir, sin temor a equivocarnos, que esos aborrecibles actos han sido parte sustancial de la historia de la Iglesia católica y que hasta el momento han gozado del manto sagrado de la impunidad.
Otra causa del descenso de la feligresía católica es la molestia cada vez más frecuente y consciente de personas y familias que no están de acuerdo con la conducta pública de muchos miembros del clero católico que participan en actos que son de la esfera pública y laica; esto en un abierto desafío a la separación Iglesia-Estado. O mejor dicho, que alteran el principio de dar a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César.
Resultados manipulados
Abundan cientos de casos en todo el país en los que contra norma y ley, altos funcionarios del clero siguen actuando como si ellos hubieran sido electos por la ciudadanía y de forma vitalicia para ser gobernantes de facto de un pueblo; pues en todo se meten y opinan, menos en asistir y orientar adecuadamente a la feligresía en sus cuestiones espirituales.
Otra causa obedece a que la ciudadanía está tomando cada vez más en cuenta aspectos éticos y valores democráticos para consolidar su fe, esto ante una incongruente y desfasada pastoral católica que se dedica a intervenir más en la esfera de las decisiones personales, dejando intocado el sistema autoritario y clientelar que se da en todos los niveles del clero católico.
No hay que olvidar que posiblemente los datos del abandono del catolicismo sean más altos de lo que oficialmente se dan.
No hay que olvidar tampoco que antes de diseñarse las preguntas sobre el tipo de religión a la que uno pertenece, existió un fuerte movimiento de académicos e investigadores para que quedaran claramente diversificadas y sin manipulación las posibles respuestas al respecto, pues automáticamente se contabilizaron a favor de la Iglesia católica aquellas que sólo por declararse “cristianos” a secas se contabilizaron como católicos.
La misma Iglesia católica, para levantar una cortina de humo, llamó a boicotear el censo dizque “porque no eran claras las preguntas”, no obstante que, justamente en cualquier ambigüedad, la Iglesia católica se abrogó membresía adicional sin que le corresponda.
En caída libre
Los estados más católicos son ahora Zacatecas con 94.4 por ciento, Guanajuato con 94.3 por ciento, Aguascalientes 93.2 por ciento y Jalisco con 92 por ciento.
En el censo del 2000 Jalisco contaba con una población de 95.4 por ciento de católicos, teniendo ahora una baja de 3.5 por ciento en una década, lo cual es una caída drástica.
Los responsables directos de esa caída son sin duda el gobernador cristero Emilio González Márquez y el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, que quisieron utilizar dinero del erario público para construir un santuario católico. Y encima, con el perdón de este último, nos mentó la madre a todos los que cuestionamos este acto.
Si algún paralelismo tiene con un proceso electoral, con el Censo 2010 los ciudadanos jaliscienses dieron un rotundo voto de castigo a dichos personajes y a la Iglesia católica en la entidad.
Mil personas abandonan la Iglesia católica en México por día. De éstos al menos corresponden a Jalisco casi setenta. ¡Bienvenida la diversidad religiosa!
Fuente: La Jornada de Jalisco
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