miércoles, 11 de mayo de 2011

Quetzalcóatl y su lucha por la diversidad sexual


MURIEL SALINAS

Tras varios años de lucha por los derechos humanos de la comunidad de la diversidad sexual en Guerrero y haber impulsado una campaña contra la homofobia cuyo lema era “Teme a los homofóbicos, no a los homosexuales”, el pasado 4 de mayo fue asesinado brutalmente en el zócalo de Chilpancingo mi entrañable amigo Quetzalcóatl Leija Herrera, presidente de la organización civil CEPRODEHI, A.C. e impulsor de la ley de sociedades de convivencia en Guerrero, así como de la ley estatal contra la discriminación, la cual ya ha sido aprobada recientemente, en tanto que la primera permanece en la congeladora del Congreso del Estado.

Quetza fue uno de los jóvenes guerrerenses más cultos e inteligentes que yo haya conocido. Tras una vida marcada por el fanatismo religioso de su padre y la violencia brutal que ejercía contra él desde su primera infancia, una sinuosa búsqueda espiritual y un largo y complejo proceso de auto reconocimiento, a mediados de sus años veinte decide dedicar su vida a la promoción y defensa de los derechos humanos de la comunidad LGBTTI y fundar CEPRODEHI. En 2008 cabildeó ante la 58 Legislatura del Congreso local la aprobación de la Ley de Sociedades de Convivencia, iniciativa que él mismo elaboró con apoyo del entonces diputado federal David Sánchez Camacho, y que fue impulsada por Roxana Mora en su calidad de diputada local.

Pronto se posicionó en Guerrero como el principal representante de la diversidad sexual, abriendo con su liderazgo y su capacidad de interlocución con la clase política y los medios de comunicación una nueva etapa de la lucha del movimiento LGBTTI, marcada por una mayor visibilidad y capacidad de incidencia política ante gobernantes y legisladores de la entidad, y por su capacidad para articular a una amplia diversidad de expresiones del movimiento en el estado, no sin despertar envidias y polémica en torno suyo, como suele suceder con los liderazgos transformadores.

Dio puntual seguimiento a los crímenes homofóbicos en la entidad y en 2009 denunció ante la Procuraduría General de Justicia de Guerrero que se habían cometido 16 crímenes motivados por la homofobia, por lo que exigió a la dependencia su pronta solución. Según detalla una semblanza publicada por CENSIDA, realizó diversas acciones encaminadas a prevenir el VIH/sida entre la población mediante la difusión de la información, impartición de talleres sobre uso correcto del condón, y los relacionados con la defensa de los derechos humanos de las personas no heterosexuales. Era Vocal Suplente del Consejo Nacional para la Prevención y Atención al VIH/SIDA e impulsó importantes Reformas al Código Penal local para despenalizar la homosexualidad y reformas a los Bandos de Policía y Gobierno.

En un mensaje emitido desde Youtube, Quetza señala: “logramos la aprobación en el Congreso del Estado de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación y eliminamos la homosexualidad del Código Penal, que nos equiparaba al pandillerismo, a la corrupción de menores y a la prostitución.” Y continúa: “La Homofobia es un cáncer venenoso y criminal que en Guerrero ha causado estragos indecibles (..) A todos estos mártires de la diversidad los hemos perdido por una sociedad y una cultura que no supo respetar nuestro derecho a la libertad, libertad para amar de acuerdo a nuestra personalidad. Hoy compartimos el dolor de aquellas familias que han perdido un hijo o un hermano en manos de la homofobia criminal, pero también compartimos su orgullo, y el dolor y el orgullo de aquellos que compartieron su amistad. Sus luces hoy brillan en el firmamento para inspirar este movimiento que es imbatible, y sus vidas y sus muertes nos guían como un faro para alcanzar la libertad deseada a la cual todos tenemos un derecho inalienable”.

El movimiento LGBTTI de Guerrero se ha quedado en la orfandad con el asesinato de su principal dirigente. Pero estoy segura que habrá nuevos, sanos y sólidos liderazgos que den continuidad a la labor arduamente impulsada por Quetza en los años recientes, que seguirán construyendo puentes y escaleras de luz para dar paso a una vida libre de violencia y discriminación, donde todas las personas sean libres de ser y de amar en un marco de pleno respeto a sus derechos humanos.

Y todos te miran, te miran, te miran… Adiós, preciosa.

Fuente: La Jornada de Guerrero

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