Gobierno insensible

ANTONIO SOTO SÁNCHEZ

Hemos sido testigos de cómo la sociedad, cuando se organiza, es capaz de lograr lo que se propone, en el Medio Oriente, así como en el Norte de África, gracias a las movilizaciones ciudadanas, donde amplios sectores de esas sociedades, cansados y hartos de gobernantes incapaces, ineficientes, corruptos e inútiles, han logrado la caída, si no de todos estos gobiernos, sí de algunas dictaduras que han agobiado por muchos años a sus pueblos.

En México, este domingo en 87 ciudades del país, se han congregado en plazas públicas cientos de miles de manifestantes para exigir, de manera muy enérgica al gobierno, el cambio en la estrategia contra el crimen organizado, en una guerra que ya ha cobrado la vida en este sexenio de más de 40 mil personas. Estas concentraciones han demandado el combate a la corrupción en las instituciones del Estado Mexicano, también han pedido que en el combate al crimen organizado se mine la capacidad financiera de la delincuencia, que se reestructuren las instituciones de procuración y administración de justicia, que se acabe con las redes de complicidad de las autoridades y se ponga fin a la visión militarista del gobierno de Felipe Calderón, en fin. Fueron estas marchas denominadas por la Paz, la Justicia y la Dignidad de los Mexicanos, un claro ejemplo de lo que la sociedad es capaz de hacer, cuando ésta se organiza y decide a salir a las calles a exigirle a los gobernantes que cumplan con sus responsabilidades.

¿Qué pasará con las demandas planteadas por este movimiento?; en el Zócalo de la capital hubo planteamientos muy concretos hacia el gobierno, como el llamado a la desobediencia civil, a no pagar impuestos, a rodear el Senado y la Cámara de Diputados hasta que se haga caso de las demandas hechas. ¿Estará dispuesto el gobierno a cambiar la estrategia contra el crimen organizado?, yo me temo que el Presidente de la República no sabe qué hacer para acabar con esta grave inseguridad nacional y por ello no ha hecho cambios sustanciales en la actual estrategia, si en días pasados con motivo de su visita al Vaticano a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, solicitó, en unos términos que se escucharon más bien como una súplica al Papa Benedicto XVI, visitar México para ver si de esta manera los criminales se inhiben de seguir cometiendo las atrocidades que hoy se están viviendo en nuestro país.

En realidad no tengo confianza en que este gobierno tenga la capacidad de acabar con la inseguridad que agobia a México, es una realidad que este gobierno no ha tenido la capacidad de hacer valer la ley, ni ha logrado acabar con la corrupción que permea prácticamente todas las instituciones federales y estatales, por lo tanto las demandas que se han planteado en este gran movimiento de mexicanos y mexicanas valientes, no serán escuchadas, ni habrán de realizarse cambios de fondo en la manera y formas de combatir a los criminales. Lo cierto es que al gobierno de Calderón se le ha dotado de un conjunto de instrumentos legales para hacer más efectivo su trabajo en este tema, pero no ha sido capaz de lograr ningún avance digno de reconocimiento.

No quiero asegurar que las marchas realizadas este domingo en todo el país hayan sido inútiles, al contrario, todos debemos aplaudirlas, festejarlas y por supuesto participar en ellas; lo que dudo mucho es que un gobierno conservador, como el que tenemos, cambie su visión de cómo enfrentar el problema. Los panistas piensan que es solamente con el uso de las fuerzas de seguridad pública y de las fuerzas armadas como se logrará garantizar la seguridad de los mexicanos, pero no han querido aceptar que parte del problema tiene que ver con la falta de oportunidades para la gente, principalmente para los jóvenes, tampoco han querido aceptar que el actual modelo económico está llevando al país al precipicio, que si no se replantean las políticas públicas a fondo y con urgencia, la situación se agravará aún mas y que quizás tengamos muy pronto que salir millones a las calles para pedir la renuncia del Presidente de la República como está ocurriendo en varios países musulmanes.

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Fuente: La Jornada de Michoacán