GIJÓN, España (apro).- México vive hoy “el momento más dramático de su historia, desde hace 100 años, cuando en la época de la Revolución murieron un millón de mexicanos”, aseguró el periodista y escritor Héctor de Mauleón.
Al presentar su libro Marca de sangre (Temas de hoy, 2011) en la Semana Negra de Gijón, De Mauleón aseguró que “llegamos a la fase en que el horror es completo”.
Lo peor del caso, explicó el autor, es que “México está a un año de las próximas elecciones federales en el país, y todo indica que volverá el mismo partido”, el PRI, que “durante la última etapa de su gobierno, se cruzó de brazos frente al narcotráfico, participó en la corrupción, muchos de sus políticos se vieron involucrados, el partido que tenía una oficina (de gobierno, la DFS) que gestionaba el paso de la droga, y todo indica que ese partido está a punto de volver (al gobierno)”.
El finalista del premio Ricardo Walsh, galardón veterano de esta Semana Negra de Gijón —el veredicto del jurado se conocerá el viernes— consideró que parece que los mexicanos “perdimos la memoria, estamos asustados” ante la historia del PRI, y “grandes sectores prefieren ser cómplices del corruptor (PRI) con tal de no seguir viviendo lo que estamos viviendo”.
El actual subdirector de la revista Nexos advirtió también que con la misma facilidad que el crimen organizado compraba a los políticos del PRI, en los últimos años ha hecho lo mismo con el PAN y con el PRD.
Por ejemplo, dijo, hay casos como las grabaciones de Julio César Godoy, hermano del gobernador perredista de Michoacán, Leonel Godoy, en las que se le escucha dialogando con un narcotraficante (La Tuta) que aportó dinero en sus campañas.
Agregó que lo mismo sucede con el PAN, en el que pesan sospechas sobre una cantidad increíble de servidores públicos, “sobre todo el funcionario eje de la guerra contra el narcotráfico (Genaro García Luna), un personaje sobre el que pesa la sospecha y entre cuyos colaboradores igual, que están llenos de sombras”.
El narco en México está sufriendo una atomización y en conjunto hacen “un nuevo relato” reducido a las balaceras, pero se olvida que en el país y en este gobierno no se ha perseguido ni presentado detenido a ningún lavador del narcotráfico, ni los políticos de alta jerarquía en esta guerra, todo es intercambio de balas”.
Presentado por el escritor y director de la Semana negra, Paco Ignacio Taibo II, el libro de De Mauleón fue descrito por éste como “la crónica de la génesis del narcotráfico en México (…) De dónde salieron, quiénes son, por qué…”
Ante el público asistente a esta feria asturiana, De Mauleón explicó que a punto de cumplirse cinco años del gobierno de Felipe calderón, la guerra contra el narco ya dejó 50 mil muertos, como lo ha documentado el semanario Zeta, de Tijuana:
“Vengo de un país en el que las carreteras están desiertas por las tardes, donde la gente no se aventura a salir por las noches; donde los negocios y los comercios cierran sus puertas, donde se están registrando la mayor migración y movilización después de la revolución de 1910.”
El también autor de la novela El secreto de la noche triste, explicó que el libro sobre la historia del último cuarto de siglo del narcotráfico en México lo trabajó a partir del tratamiento que le dio la prensa mexicana al tema, en particular desde el momento en que se conoció la noticia del secuestro, tortura y asesinato de Enrique Camarena, un agente de la DEA en México, en los años 80 en Guadalajara, Jalisco.
“Desde entonces, las notas periodísticas sobre el narco pasaron de ocupar las últimas páginas de los periódicos, a ser un suceso de primera plana, y desde entonces no se ha ido de las primeras planas”, agregó.
Asimismo, explicó, que por esa época en México empezó a utilizarse de manera recurrente el prefijo narco, por lo que ahora se habla de narcocultura, narcopolítica, narcoeconomía, narcoarquitectura, narcocorrido. Ese lenguaje acompaña imágenes dantescas o fosas clandestinas con 72 cuerpos y la excitación de lo que sucedió ahí,
Recordó que el relato lo completó con las declaraciones de algunos narcotraficantes que son parte de algunos expedientes judiciales, lo que le permitió asomarse al mundo secreto un mundo visible pero que tiene mucho de invisible, porque nos escapan y relatan cosas escalofriantes: “Y llegamos a la fase que el horror es completo, los horrores son nuestros: Un niño asesinando por órdenes de unos narcotraficantes, o un personaje conocido como El Pozolero que descomponía los cuerpos” en ácido.
Asimismo, señaló que en 2006, el segundos presidente del PAN que llegó al poder, decretó esa guerra, en parte, para justificarse porque llegó por medio de unas elecciones controvertidas y cuestionadas, y lo hizo cuando el narco ya había arrancado al estado potestades básicas, como el cobro de cuotas a la gente, con las carreteras tomadas y arrebatándole al Estado el monopolio de la violencia: “Esa es una guerra para la que el país no estaba preparado, con policías compradas o los cuerpos de seguridad invadidos.”
Sostuvo que llegó al punto que descubrió que muchos de los narcos que nos mostraron como grandes golpes del gobierno mexicano, eran en realidad detenidos por otros grupos de narcos, eran investigados por otros narcos y entregados a la policía para que los sentenciara.
En el libro Marca de Sangre, De Mauleón reproduce el problema del narcotráfico a partir de varios gobiernos, de distintas atmósferas y climas, “pero con un hilo narrativo para dar contenido a ese rompecabezas, que le diera sentido a ese descabezadera (sic) y a esa matazón”, sostuvo
“El clima de descomposición es gravísimo, el presidente está cada vez más solo, la gente cada vez cree menos en él; asimismo, el gobierno no logró establecer una narrativa de su guerra contra el narcotráfico, mientras que los narcotraficantes sí establecieron su propia narrativa”, señaló.
Todo ello mientras los narcos enviaban sus propios boletines de prensa para que la gente se horrorice, boletines que no son escritos, sino mediante cadáveres torturados, cuerpos colgando con saña indecible, un relato de uno que lo torturaban durante toda una noche y un médico lo revivía para que no se les muriera y pudieran seguir con su tarea de torturarlo
“Esa es una frontera donde está disolviéndose lo humano, es una frontera en la que el mal nos empata y nos anestesia, porque es tal la carga de cuerpos pavorosa, que caímos solo en contar los muertos. La última noticia son nueve sicarios muertos, pero delante o detrás de ello no hay nada más, sólo una suma”
Al finalizar la presentación, un grupo de mexicanos, entre ellos algunos autores y organizadores de la Semana negra, mostraron en el escenario una pancarta de “No más sangre”, para criticar desde Gijón la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico.
Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV
martes, 26 de julio de 2011
México “asustado y sin memoria” ante el eventual regreso del PRI al poder: De Mauleón
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