Lydia Cacho
Plan B
La destrucción de México
Gracias a que el gobierno de Felipe Calderón ha enviado falsos informes sobre las acciones para abatir el calentamiento global y planear el equilibrio del medio ambiente, la ONU ha calificado a nuestro país como un ejemplo mundial. Pero científicos como Mark Bowen de Estados Unidos y Alexander Nikiten de Rusia aseguran que el peligro es inminente. Ellos son dos de los grandes expertos en calentamiento global y en energía nuclear. Luego de escucharlos me quedó claro que la reunión por el Día Mundial del Medio Ambiente en el parque Xcaret fue otra farsa del doble discurso que impide que México se transforme.
La brutal degradación del ambiente en todo el país nos puede dejar sin agua dulce; se nos obliga a pagar las cuotas más caras del monopolio energético de la CFE y a crear museos para que nuestras nietas y nietos conozcan a las miles de especies en peligro de extinción. Los hermosos bosques mexicanos desaparecen rápidamente. La deforestación acabará este siglo con los bosques que garantizan nuestro abasto de agua, que nos protegen del cambio climático. Dos tercios del agua que consumimos en México son capturados en los bosques.
Nuestros congresistas pusieron precio a los manglares para que empresarios ambiciosos paguen su destrucción; están desapareciendo 4.43 hectáreas diarias, seis campos de futbol al día. En el manglar se refugia 90% de las larvas de peces de importancia comercial que, además de darnos de comer, generan beneficios de 37 mil dólares por hectárea al año.
El gobierno federal se niega a invertir en la generación de electricidad con plantas minihidráulicas. Millones de personas en México podrían utilizar energías limpias, pero el gobierno federal se niega a promoverlas y bajar su precio. Setenta y tres de los 154 municipios costeros del país no tienen plantas de tratamiento de aguas negras.
La organización Greenpeace, que generó el magnífico documento La destrucción de México, la realidad ambiental del país y el cambio climático, que provee las cifras de este texto, sabe que la censura sobre los temas ambientales es brutal; las demostraciones para evidenciar las mentiras del gobierno mexicano son sofocadas, se impide el paso a la prensa y se silencia a los medios. La colusión de servidores públicos, empresarios y algunos medios es devastadora para la sociedad. El gobierno federal ha comprado la voluntad de científicos reconocidos que mienten intencionalmente. Mark Bowen, el científico que desnudó a la NASA y el calentamiento global hace más de una década, asegura que los gobiernos tienen estrategias muy puntuales para censurar los verdaderos estudios científicos que muestran el peligro que la catástrofe ambiental causa a la humanidad.
Bowen dice que la naturaleza tarda en reaccionar entre 50 y 120 años a las acciones positivas. Por eso es hoy mismo, aquí y ahora, cuando se tienen que tomar las decisiones y acciones. Este sí es un tema en el que toda la población puede participar y hacer la diferencia.
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