miércoles, 30 de septiembre de 2009

Fuera de la realidad




Fuera de la realidad


Amezcua
Mientras las más variadas y disímbolas opiniones rechazan el aumento de 2 por ciento generalizado al consumo, incluidos alimentos y medicinas –por ejemplo, el Dr. Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y la correduría financiera Merrill Lynch–, el Ejecutivo federal ni se da por enterado y continúa su campaña a favor de ese incremento impositivo.

El discurso que anuncia el posible uso de los nuevos ingresos para el combate a la pobreza, tan extendida en todo el país, oculta la intención de continuar omitiendo el cobro de impuestos a los ricos y a las grandes empresas; también, de mantener los privilegios de la alta burocracia, y a la nueva, ineficiente y onerosa, que tanto creció en los dos últimos sexenios, conservarla en sus puestos a pesar de todo.

Lejos se ve el gobierno de las necesidades populares, de las tribulaciones de las mayorías, inmerso en sus compromisos, su ineficacia y su confusión ideológica. ¿Por qué se le ocurre elevar los impuestos a una sociedad golpeada y empobrecida por una crisis generalizada? ¿Cómo combatir la pobreza al tiempo que se cobra más impuestos a los pobres? ¿Cómo no darse cuenta del efecto inflacionario, los aumentos de precios y la disminución de salarios que sin duda serán provocados? No se equivoca quien afirme que el gobierno está fuera de la realidad.

Hace algunos años escuché al maestro constitucionalista de la Universidad Autónoma Metropolitana Alejandro del Palacio Díaz, dar una clave a sus alumnos para entender los enigmas que plantea el desempeño gubernamental, sobre todo del Ejecutivo: “Entre más se asciende en la escala de la Administración Pública, más se sale de la realidad”. En ello aportan su esfuerzo los inexpugnables círculos de cortesanos que rodean al presidente.

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