miércoles, 30 de septiembre de 2009

Los peligros de un cuarto de guerra




• ¿Y Alejandro Encinas, apá…?
• El góber piadoso…

La bondad es simple, mi estimado, la maldad… múltiple. Nada como ir constatando, con el correr de los meses de este frágil (des)gobierno, que hay leyendas urbanas honradas para cada negociación. El significado del pacto político para la PANdilla de Felipe Calderón no es trascendente, si se toma en cuenta la variedad de descripciones azules sobre el actuar y pensar del inquilino de Los Pinos. Una buena parte coincide en que Felipe ha sido desleal, acompañado de una indecisión permanente que dibuja inseguridad y ciertos complejos que lo vuelven desconfiado hasta de su propia sombra.

Y la palabra empeñada en política, según las reglas escritas y no escritas, se cumple. El atractivo detalle con estos panistas en el poder (del no poder), my friend, es que a lo largo de estos meses de talentoso tiradero no han cumplido sus compromisos negociados, al contrario, declaran una letanía de juramentos envueltos en la (vapuleada) bandera del (nulo) Estado de Derecho, mientras que dejando el micrófono desarrollan justo lo contrario.

Casos han sobrado en la mercería azul, aunque hay algunos relevantes sobre arreglones con ilustres personajes del PRI, con poderosos empresarios de la comunicación, con significativos protagonistas de tenebras y/o sencillamente con miembros de su propio partido. En el PAN es sello de la casa la demagogia, que combinada con la traición, hace mezcla explosiva cuyo reloj detonador tiene fecha clara.

El pasado proceso electoral que marcó la peor debacle azul en su historia y, de seguir por la misma ruta sellará su divertido epitafio, se lanzaron frívolas culpas, huecas justificaciones y dedos flamígeros del gymboree (con minúsculas) y de su mismo partido que buscaron ocultar lo que el voto de castigo mostró: la ciudadanía está hasta la madre de esta danza de yerros, traspiés, corruptelas, raterías, excesos, falta de liderazgo y promesas incumplidas.

Estos panistas tiran la piedra y esconden la mano, o peor aún, extienden una mano mientras la otra cierra el puño. Se ha visto en las señales para sacar al bodrio de la barranca fiscal solicitando ayuda al PRI mientras se orquesta el camino para la confrontación electoral… eso, además de estar desarrollando en paralelo juegos de guerra para desafiar poderes fácticos. La línea de Felipe es abrir frentes. Lo suyo, suyo… suyo es echar chisguetes (trade mark presidencial) a la pradera política en llamas.

Sólo así se entiende esa bruta terquedad de defender lo indefendible. El caso del tesorito en las profundidades costó una millonada y ahora regresan con el bendito 2%. Con el IVA disfrazado de pobreza que a nadie convence y resta. Resultando en una perfecta división…

Aunque la división también es presumida insignia de este (des)gobierno que no entiende que no entiende la necesidad de construir aliados y puentes para pavimentar su salida (de emergencia). Y muy pronto olvidan que el que se ríe se lleva, y el que se lleva se aguanta.

Y la fila para cobrar facturas, my friend, es, no sólo cada vez más grande sino de mayor peso. Porque no se puede andar retozando con juegos en cuartos de guerra… en contra de los que les sobra parque.

Por la mirilla

Uno. Alejandro Encinas, ¿coordinador? de las lacras amarillas en San Lázaro no sirve para nada. Que la Comisión del DF, bastión perredista sea presidida por Gabriela Cuevas, que dejó un monumental tiradero, una estela de curiosa corrupción y miles de ciudadanos enchilados por su nefasta administración es de retadora risa loca. El mensaje es ideal para los consensos políticos: esto va a ser a madrazos, yes?

Dos. El sábado pasado se celebró el 50 aniversario del Colegio del Aire, en la base aérea de Zapopan, encabezado por el alto mando de la Sedena y el gobernador de Jalisco. Lo significativo es que la Secretaría de la Defensa Nacional firmó un convenio para convertir en museo el edificio que actualmente alberga la V Región Militar. Los soldados serán reubicados a La Mojonera en Zapopan, mientras la nueva sede castrense queda lista y con listón para los festejos del Bicentenario.

¡Ah, que mi góber piadoso…!

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