lunes, 7 de septiembre de 2009

Reyes Heroles, malas cuentas en Pemex




Reyes Heroles, malas cuentas en Pemex
CARLOS ACOSTA CóRDOVA

MÉXICO, D.F., 7 de septiembre (apro).- Jesús Reyes Heroles González-Garza, hasta este lunes director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), sentía lo duro y lo tupido: a los pésimos resultados financieros que presentaba mes con mes la paraestatal, debió sumar reclamos del grupo parlamentario del PRI en el Senado por la lentitud para echar a andar la reforma energética y, peor aún, severas críticas por el desempeño deficiente de la empresa, de parte de Georgina Kessel, secretaria de Energía y titular del sector energético del país.

No pudo más. Fue obligado a presentar su renuncia al cargo, y el presidente Felipe Calderón nombró en su lugar a Juan José Suárez Coppel, quien se desempeñó como director corporativo de Finanzas de Pemex el sexenio pasado, y que antes fue coordinador de asesores del entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz.

Antes de este último cargo, había sido director adjunto de Derivados de Banamex y tesorero corporativo de Televisa. Después de su paso por Pemex, Suárez Coppel fue contratado por el Grupo Modelo, donde fungió como vicepresidente ejecutivo de Finanzas.

El destino, pues, alcanzó a Reyes Heroles. Ya había sido blanco de críticas, dentro y fuera del gobierno, por no haber sabido cabildear suficientemente a favor de la reforma energética que propuso el presidente Calderón desde principios del año pasado.

Inclusive, se le cuestionó la actitud pasiva, poco proactiva, durante el debate público –en el Senado, en organizaciones empresariales, en universidades y en diversos foros de la sociedad civil--, en torno de la reforma petrolera que, sin duda, perdió el gobierno.

Inclusive, pese al magro alcance de lo que quedó de dicha reforma –nada de nuevos mecanismos de contratación para explorar en aguas profundas; nada de refinerías hechas por particulares, entre otros propósitos originales--, Reyes Heroles fue objeto de un fuerte reclamo, la semana pasada, por los senadores del PRI.

Le acusaron de no avanzar en la publicación de leyes y reglamentos derivados de la reforma energética; entre ellos, los reglamentos de la Ley de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, así como los cambios a la Ley Reglamentaria del artículo 27 Constitucional.

Todo está aprobado por el Congreso, pero ni Pemex ni la Secretaría de Energía (Sener), avanzaron en ello, con lo cual la reforma energética, chiquita que quedó, estaba entrampada.

Inclusive, los legisladores priistas dieron un ultimátum al Ejecutivo para concluir en mes y medio toda la reglamentación faltante. De no hacerlo, amagaron, interpondrán un recurso de controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

También la semana pasada, la secretaria de Energía, Georgina Kessel, la emprendió contra la administración de Pemex, hasta este lunes a cargo de Jesús Reyes Heroles.

En el documento Observaciones de la Secretaría de Energía al Segundo Informe Trimestral de 2009 para incrementar la Eficiencia Operativa de Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, que entregó la dependencia al Senado, señala una serie de ineficiencias en la conducción de la paraestatal:

Pemex, dice, antes que mejorar su situación financiera la ha empeorado; las acciones emprendidas por Pemex Exploración y Producción han sido insuficientes para revertir los rezagos en muchos de sus indicadores; el desempeño operativo actual no se ha traducido en mejores resultados financieros; Pemex no informa de las acciones correctivas para incrementar la producción.

También, la paraestatal no toma las medidas necesarias para alcanzar niveles de eficiencia equiparables a los estándares internacionales, y por ello es reincidente en los resultados financieros negativos.

Las consecuencias de una administración poco eficiente –que se junta a los efectos de la crisis internacional, como una baja en las ventas externas y un menor precio de exportación--, se tradujo en que en el segundo semestre, las utilidades netas de Pemex fueron menores en 93% a la de igual periodo de 2008 y sus ventas externas cayeron 30% anual.

Al rescate de la empresa, Felipe Calderón pone a Juan José Suárez Coppel, un "chicago boy", doctor en Economía y Comercio Internacional por la Universidad de Chicago, discípulo y cercano del polémico Francisco Gil Díaz.

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