viernes, 13 de noviembre de 2009

El extinguidor


El extinguidor


Campa
El extinguidor Calderón, su danzonera ejecutiva, los organismos cupulares, los robustos sindicatos charros-blancos y el coro mediático que los acompaña, están corporativizados a la manera fascista, tragedia griega pero con imagen de telenovela exitosa.

Tratan de gobernar México provocando una situación inconstitucional que no tiene retorno: o se van ellos por extinción de ingobernabilidad o se sostienen en un lento proceso de involución, echando más leña al fuego a las crisis recurrentes. De cualquier manera se extinguirán.

Observe con ojos distintos a los del extinguidor: desde que Calderón fue impuesto con el fraude del 2006 requiere de las policías y el ejército. Siempre encerrado, como si aquí no pasara nada.

Pero sí pasa y la vida de 100 millones de mexicas se deteriora a pasos agigantados, para que se sostengan las ganancias de una élite que no pasa del millón de ricos.

Y mire usted a todos los encorbatados de las fotos que vociferan en la televisión, como cuidan su imagen con trajes, camisas de marca, cada día más inalcanzables para la mayoría. Y repiten lo políticamente correcto aprendido en los salones encopetados de la gente bonita, donde los cortesanos asisten a los besamanos cotidianos para saber qué decir, al mismo tiempo que silencian la horrorosa verdad, su desprecio por los desempleados.

Horroricémonos sí, pero ante el ejército de desempleados incrementado con los 44 mil del SME, a favor de empresas privadas encubiertas por otra paraestatal, la CFE y su sindicato bastión del charrismo fascista.

La Suprema Corte de Injusticia desestimó el recurso de inconstitucionalidad del decreto de extinción de LyFC, con argumentos políticamente correctos, pero nada del fondo inconstitucional. Esa es otra de las causas reales de la inseguridad.

Calderón es el principal violador de la Constitución, con decretos y leyes secundarias simuladoras de modernizaciones, como la reforma petrolera de 2008, el permiso para la siembra de maíz transgénico, y ahora, el decreto de extinción de LyFC. El extinguidor sigue dividiendo a la sociedad, a la que reta una y otra vez.

Hasta cuando?


Fuente: El Periódico
Difusión AMLOTV

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