Gobernar y vivir dando bandazos
Escrito por Juan María Alponte
MÉXICO Y EL MUNDO
Gobernar y vivir dando bandazos
JUAN MARÍA ALPOTE
EL DECRETO PRESIDENCIAL -con lujo de violencia o vigilancia previa para liquidar Luz y Fuerza del Centro- dejará, tras sí, serias polémicas sobre la constitucionalidad de la decisión. respetables constitucionalistas aducen, además, que se dejó en cero al congreso. otros, a su vez, insisten en que de haberse seguido los procedimientos de la ley (el articulo 434 de la ley federal del trabajo) “el procedimiento hubiera sido inacabable.”
Esa proposición revela, sin embargo, un peligroso voluntarismo autoritario en una sociedad que tiene al ejército en la calle, colocando a la fuerzas armadas en una situación muy delicada ante la sociedad y, a la vez, ante sus propias y específicas funciones que, en casos, se confrontan con el sistema policial y, en la parte objetiva y mesurada que se quiera, con ciertas áreas del poder tocadas por el narcotráfico.
No es posible eludir que el Observatoire Geostrategique des Drogues, define a México como “narco-etat”, es decir, como estado infiltrado por el narco. Ello plantea problemas de funcionamiento, para las fuerzas armadas, muy delicados (al margen mismo, a su vez, del complejo tejido de los derechos humanos) que, inevitablemente, suponen limitaciones o extralimitaciones, muy peligrosas que, por ello mismo, deben resolverse, en el estado de derecho, con una clara y pertinente sumisión al imperio de la ley. su trasgresión traspasa lo cotidiano y se trasforma en un problema histórico y convivencial, de alcances no siempre imaginables. lo peor es el “cada uno por si”.
El problema se aumenta por la incursión semántica en definir las opciones políticas entre la “valentía” y la “cobardía”. excluir el imperativo de la ley o el derecho positivo en nombre de generalizaciones como “valentía” o “cobardía” añade un cuestionamiento que debe sopesarse siempre: ¿cabe suprimir la legitimidad, impunemente, bajo la hipótesis de que el fin justifica los medios?
Cabe advertir, para toda vida política que merezca ese conflicto en el cuadro de las categorías éticas, algo esencial: que medios y fines son indisociables entre sí. olvidar esa unidad filosófica y moral corrompe, al transgredirse la ley, los objetivos mismos de cualquier acto de poder. Sobremanera si existen dudas razonables de que, en la crisis de un partido político de gobierno, ciertas medidas son “electoreras”, de un lado, y dirigidas, del otro, a una sociedad cuyo nivel de convivencia es muy reducido y, por esa misma causa, marginada de las opciones reales de transformación y crítica objetiva.
LFC no era un modelo de organización competitiva. ¿lo es el estado? el World Economic Forum señala, sin equívocos, que entre los principales factores para hacer negocios en México (entre 15 requisitos) uno es el principal: “la ineficiencia de la burocracia gubernamental” y el segundo, el segundo, es la corrupción. entre los quince requisitos negativos se citan, a su vez, y ello, en dos ocasiones, a la fuerza nacional del trabajo con una calificación baja para la competitividad: “pobre educación” y “pobre ética”.
La actividad política, en su más amplio significado, es inviable si no se eleva sobre los prejuicios y, por tanto, si no se elimina del análisis, la tentación de creer que la sociedad, sin más, es un espacio de “luchas callejeras”. Los grandes políticos son aquellos, ha dicho un filósofo alemán, cuya interpretación del mundo, de su clase o de su nación, está exenta de prejuicios. por eso, añade, pudieron ver, con claridad, las prioridades fundamentales de cada momento separándolas, en consecuencia, de lo inmediato y sabiendo, sin duda, que medios y fines, no son disociables, sino una estructura que obliga a una permanente descalificación de las decisiones que pueden coincidir con intereses inmediatos que se disocian de las construcción del futuro como legitimidad.
Dicho eso cabe regresar a la lectura del documento del banco mundial, la Universidad de Harvard y la Universidad de Stanford. Véase: “la falta de competencia genera una pesada carga para los productores mexicanos que desean competir en mercados internacionales por sus mayores costos de producción y una oferta poco confiables. Por ejemplo, tanto la calidad, como el precio de los servicios públicos, afectan a la competitividad de México” (lugar 60 según el World Economic Forum de 2009/2010.)
Añade al documento citado: “las encuestas de opinión empresarial dan a México la categoría más baja entre los países de la OCDE en términos de eficiencia y adecuación en el uso de la energía. además los precios del gas natural, la electricidad y el combustoleo se ubican entre los más altos del mundo. al ajustar -dicen los tres estudiosos del Banco Mundial, Harvard y Stanford- los costos de electricidad por las fluctuaciones en frecuencia y voltaje, se enfrentan costos efectivos entre 10 y 60 por cierto más altos que en estados unidos”.
Insisten: “si se analiza con mayor detalle el sector energético, se encuentran inversiones inadecuadas en infraestructura con un impacto negativo, pero significativo en los usos de los insumos (y por ende en los incentivos de la inversión) en el sector manufacturero mexicano. el desempeño de la CFE, por ejemplo, ha sido muy deficiente si se le compara con el de otras empresas de América Latina. los costos de la electricidad en México están creciendo y su ubican, hoy, entre los más altos de América Latina. además, en nivel anual de interrupciones del suministro es sustancialmente más frecuentemente que en Argentina, Brasil y Perú. esto representaba una postura difícil para cualquier empresa que desee competir en los mercados internacionales con productos que requieren de la electricidad como consumo. Las interrupciones en el servicio y las fluctuaciones del voltaje afectan a los niveles generales de productividad de las industrias e impiden la instalación de equipo moderno…”
¿Es solamente responsabilidad del sindicalismo o de la empresa o es el resultado de un esquema histórico improductivo que se refleja y expresa en el uso y manejo de los ingresos del petróleo como base del “gasto corriente” en el presupuesto público? ¿No estamos haciendo, con la “valentía”, una huida del análisis crítico de la estructura global?
“A ello habría que sumar, dice el documento citado (“la trampa de la desigualdad y su vínculo con el bajo crecimiento de México”) los grandes subsidios que recibe y que resultan regresivos en términos distributivos. Una curva cuasi-Lorenz de la incidencia de los subsidios al consumo de electricidad muestra que menos de 20 por ciento de subsidio llega al 50 por ciento inferior de la distribución de ingreso. Asimismo, el servicio con el mayor subsidio es el prestado a la tierra de riego en el sector agrícola que reciben los agricultores mas ricos mientras que los más pobres son propietarios de tierras de temporal. La distribución de los subsidios al consumo de electricidad tiene un sesgo que favorece a los más ricos”.
La empresa ocupada por la gendarmería ¿era conciente de que, como otras, favorecía la desigualdad o, simplemente, los mecanismo de redistribución no existen en México por que el estado ignora que su centro de gravedad consiste en servir a los intereses generales? Al no ser así se amplia el poder piramidal, (evito, el vocativo “oligárquico” porque me parece menos esclarecedor que el “sistema piramidal”) que en el cuadro político y económico de México es una pirámide. la mayoría, que ahora envejece, en la cúspide. la minoría crece en la base y en el centro de esa pirámide de la desigualdad.
El documento insiste en que lo mismo acontece en otros niveles. “En el caso de las telecomunicaciones (dice el documento citado y cuyos autores de ninguna manera evocan el radicalismo verbal del Caribe) se presenta una situación similar, pues las grandes empresas gozan de un poder de mercado sustancial. a pesar del impresionante crecimiento de las tecnologías de información y comunicación (tic) durante los años noventa, México sigue rezagado con respecto a otro países de América Latina y la OCDE en términos de inversión y, como se ha encontrado en un número creciente de estudios, los países con mayor niveles de inversión en tic, experimentan mayor crecimiento económico y desarrollo social… las tarifas comerciales de telefonía, sigue el documento (incluyendo costos de instalación, cuotas mensuales y tarifas por minuto) son más de tres veces mayores en México que en Argentina y cuanto veces mayores que en Brasil…”
Es patente que, estructuralmente, el país, no solamente la empresa elegida como capro emissarius (chivo expiatorio en el lenguaje cotidiano) no es separable de una política de estado que ha construido, con una “eficiencia” remarcable, un país desigual que olvidó la educación y la preparación del capital humano como el centro básico de su propia reforma.
El sistema piramidal dominante favorece a una minoría y olvida la lección de la historia: que el desarrollo es el tránsito del pueblo, como totalidad humana, de un nivel a otro más alto de su acción histórica. haciéndose lecturas y actos de simulación dirigida a la reyerta de las calles no se construye una sociedad civil. sobre todo, si la sociedad piensa que las medidas parecen un escándalo más, entre los escándalos de cada día, en las alturas inviolables. alturas que, todavía, no han aprendido que fines y medios conforman una estructura única y que, utilizándose separadamente, sirven a las minorías piramidales que crecen para sí, pero no con los demás. el documento del Banco Mundial, la Universidad de Harvard y la Universidad de Stanford nos deja esta dos líneas finales: “a menos que se atienda el vínculo entre desigualdad y competitividad, es poco probable que méxico logre resolver su problema de crecimiento”.
e-mail: alponte@prodigy.net.mx
Fuente: El Periodista
Difusión: AMLOTV
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