martes, 23 de julio de 2013

Exigen liberación de detenidos que fueron llevados a la PGR y la devolución de las armas


SERGIO FERRER

Olinalá, 22 de julio. La Policía Comunitaria de Olinalá exigió a las autoridades que se llevaron detenidos a tres de sus integrantes, su liberación inmediata así como la devolución de sus armas. Para que pueda concretarse dicha petición, fueron detenidos seis policías municipales junto con su director y un auxiliar del Ministerio Público.

El domingo por la noche, el Ejército detuvo al equipo de comunitarios que realizaba un rondín a la altura del hospital básico de la cabecera municipal encontrando tres armas calificadas de uso exclusivo del Ejército, dos nueve milímetros y una 38 super, pero al parecer les dijeron que podrían andar esa noche con éstas pero que en lo posterior las guardaran.

Sin embargo, 15 minutos después, comandados por el “teniente Sierra”, marinos y personal del Ejército volvieron a detener a la comunitaria llevándose a Martín Acevedo, Eulogio López y Carlos Sánchez, los tres policías que portaban las armas e incluso también se quisieron llevar a la coordinadora Nestora Salgado cuando acudió al lugar de los hechos.

Los policías comunitarios fueron trasladados a la PGR de Chilpancingo. En cuanto a las detenciones de los policías municipales, éstas se dieron luego de que se presentaron los efectivos junto con el director de Seguridad Pública municipal que se encontraba en estado de ebriedad, por lo cual fueron retenidos y decomisadas provisionalmente sus armas y la patrulla en la que había cervezas y una botella de alcohol.

Al mediodía de hoy, personas del pueblo se concentraron afuera de las oficinas de la PCO que permanece custodiada por policías comunitarios de Olinalá y Tlatlauquitepec en espera de las posibles negociaciones que se emprenderían. La postura de la PCO se mantuvo firme en exigir la liberación de los detenidos y el regreso de sus armas. “Si les fincan fianza aquí también a los municipales se les pondrá fianza y si quieren comprar las armas nosotros también les compraremos las suyas”, protestó Salgado, quien señaló que era injusta la persecución y acoso que están padeciendo por parte de las fuerzas militares principalmente por el Teniente Sierra e incluso un almirante que la amenazó vía telefónica semanas atrás.

Durante la reunión de habitantes un ciudadano que pidió a los medios el anonimato, mencionó que eran tácticas utilizadas por el gobierno para desestabilizar pero que no se quitará la CRAC, a pesar de que ha existido desinformación y contralabor para desacreditarla.

A lo largo del día no se presentó alguna persona del ayuntamiento ni el alcalde realizó alguna llamada telefónica a la coordinación de la PCO.

En cuanto a la detención del auxiliar del MP esta se dio luego de que acudiera para pedir un vehículo en el que había sido sorprendido un hombre conduciendo a exceso de velocidad en cuyo interior había una niña de aproximadamente nueve años y otro hombre alcoholizado.

Varios habitantes señalaron en la reunión que la policía comunitaria ya se había creado y que estaba respaldada pero “si se va la comunitaria que se vaya también el alcalde” atajó una señora. Por otra parte se aseguró que existe en el municipio un problema de corrupción en la cuestión ganadera y un cacicazgo en la venta de materiales de construcción, entre otros. Para la PCO el clima de acoso ha sido principalmente por parte de las fuerzas armadas y del ayuntamiento cuyo policía municipal a detenido a personas por el hecho de ser policías comunitarias cobrándoles multas excesivas, “nos buscan delitos que no hay, no tienen de que acusarnos”, reprochó Salgado.

Cerca de la una de la tarde una mujer fue retenida por la PCO acusada de haber ofrecido dinero a un joven para que matara a un comandante de la comunitaria.

Se conoció que días antes el Ejército no brindó soporte a los comunitarios quienes pidieron apoyo por el aviso de un secuestro en el Carrizo pero no hubo respuesta. En su participación, el coordinador de la Policía Comunitaria en Tlatlauquitepec señaló que sufrió torturas en su secuestro y que en Olinalá si aún no ocurrían esas cosas como lo que le pasó a él, no permitieran que se extinguiera la comunitaria.

Al final pidió que ofrendaran agua y comida a los difuntos o a las personas que están perdidas o secuestradas porque cuando se está así hay sed espiritual, dijo.

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