La educación castigada

La educación castigada

En febrero de 1998, Hacienda anunció un recorte de más de 900 millones de pesos al presupuesto aprobado para educación de ese año, atribuido a la caída internacional de los precios del petróleo¬. Ese fue el inicio de la crisis que derivó en la larga y dolorosa huelga universitaria de 1999.

Ernesto Zedillo abandono presupuestalmente a las universidades pùblicas y privilegió a las instituciones tecnológicas, cuya matrícula creció 86% en una década.

Vicente Fox siguió esa política y promovió la reducción de carreras “no productivas” como las humanidades. La visión foxista de la educación superior fue resumida por el secretario del Trabajo, Francisco Xavier Salazar Sáenz, en febrero de 2004: “Tenemos un exceso de profesionistas”.

Apenas entrando su administración, Felipe Calderón propuso un recorte de más 8 mil 200 millones de pesos a las universidades públicas. El plan fracasó porque el panista Raúl Alejandro Padilla Orozco, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados en la anterior legislatura, se fue de boca en sus críticas a la UNAM

Pero lo cierto es que la educación superior ha sido el sector más castigado de las políticas educativas en el modelo neoliberal. Mientras la media de gasto en educación superior en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con los que México se ha propuesto competir es de 1.1 por ciento del PIB, en nuestro país el gasto pasó de 0.66 por ciento del PIB en 1994 a 0.58 por ciento en 2007.

Calderón prometió en campaña a los rectores agrupados en la ANUIES que la educación superior constituiría una “prioridad estratégica” de su gobierno y les ofreció llegar en 2012 al 1.5 por ciento del PIB destinado a la educación superior, con una cobertura de 35 por ciento.

Quién sabe qué entienda el presidente por “prioridad estratégica”, pero por lo visto, la educación superior deberá esperar otro sexenio.

dpastrana@elperiodicoenlinea.com.mx

Fuente: El Periódico

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