jueves, 11 de febrero de 2010

El cártel de La Compañía, sus directivos, su modus operandi...



El cártel de La Compañía, sus directivos, su modus operandi...
Jorge Carrasco Araizaga


MÉXICO, D.F., 10 de febrero (Proceso).- Mientras el gobierno de Felipe Calderón demuestra cada día la inoperancia de su estrategia de combate al crimen organizado, la justicia estadunidense mantiene desde hace dos años una amplia y pormenorizada investigación en torno a Los Zetas. Este trabajo revela las identidades de presuntos narcotraficantes pertenecientes a La Compañía, una organización que operaba cuando el cártel del Golfo y los propios zetas trabajaban de común acuerdo.

Una investigación que la justicia estadunidense sigue desde hace dos años puso al descubierto la estructura, los mandos y la forma en que operaban el cártel del Golfo y Los Zetas para traficar droga desde Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos bajo el nombre de La Compañía, y con la protección oficial en México.

De acuerdo con acusaciones hechas por el Departamento de Justicia ante la Corte Federal para el Distrito de Columbia en Washington, La Compañía operó en años recientes para traficar droga a Estados Unidos y dinero a México bajo la dirección de una tríada en la que participaron los principales jefes del cártel del Golfo y Los Zetas.

Según el gobierno estadunidense, La Compañía surgió como un “consejo de gobierno o triunvirato” integrado por Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta; Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Cos, El Doble X o El Dos Equis, y Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca o El Licenciado.

El proceso judicial se inició en noviembre de 2007 al fincarse acusaciones contra 11 integrantes de la organización. La investigación está en curso y ahora el Departamento de Justicia estadunidense tiene cargos contra ocho personas más, a quienes busca extraditar desde México.

Dos de los acusados ya fueron detenidos aquí el año pasado, pero la mayoría aún aparece en el programa de recompensas de la Procuraduría General de la República (PGR).

Entre ellos están los principales requeridos por Estados Unidos: Tony Tormenta, El Cos y El Lazca. La investigación señala a Tony Tormenta como un líder propio de La Compañía; a El Cos, como “activamente involucrado en las actividades del cártel del Golfo”, y a El Lazca, como líder de Los Zetas, que fue jefe de seguridad del cártel del Golfo. También identifica a qué organización pertenece el resto de los acusados y establece un quién es quién dentro de La Compañía, el cártel del Golfo y Los Zetas.

El proceso

De acuerdo con la causa criminal CR-057 abierta por la justicia federal estadunidense, La Compañía operaraba en todos los estados de la costa del Golfo de México, por donde traficaba embarques de cocaína y mariguana procedentes de Venezuela, Colombia, Panamá y Guatemala con destino a Texas, para después distribuirlos en distintas ciudades de Estados Unidos.

En el caso de México, la indagatoria se enfoca principalmente a Tamaulipas, pero incluye a Veracruz y Tabasco, en la costa occidental, y a Coahuila, Nuevo León y Chiapas, zonas de operación del grupo o de alguno de sus integrantes. Según la acusación, esa alianza también ejercía el control de miles de kilómetros en la frontera de México con Estados Unidos.

Elaborada por la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés), la investigación identificó a los mandos de las plazas y el papel jugado por cada uno en operaciones realizadas por La Compañía entre 2006 y 2008.

El Departamento de Justicia indica que la información en torno a esa alianza la obtuvo a partir de intervenciones telefónicas a los miembros del grupo. Así se enteró de datos logísticos, costos de las transacciones, precio de la droga y referencias acerca de sobornos a autoridades mexicanas.

La investigación sigue abierta y, a petición del Departamento de Justicia, el tribunal de Columbia decidió mantenerla bajo reserva. Lo único que se conoce es la acusación, en donde se fincan tres cargos contra 19 personas.

Además de Tony Tormenta –hermano de Osiel Cárdenas, detenido en 2003 y extraditado en 2007 a Estados Unidos–, El Cos y El Lazca, el gobierno estadunidense acusa a Miguel Treviño Morales, al que identifica como Zeta 40 o Cuarenta y como jefe de La Compañía en Veracruz.

En seguida aparecen Jaime González Durán, El Hummer –detenido en Reynosa en noviembre de 2006–; Samuel Flores Borrego, El Tres o El Metro Tres; Mario Ramírez Treviño, Mario Pelón o X-20; Alfredo Rangel Buendía, El Chicles, y a una persona que sólo señala como Lino.

Incluye también a Gilberto Barragán Balderas, El Tocayo; Juan Reyes Mejía González, R-1, Kike o Reyes; Omar Treviño Morales, El 42; Jesús Enrique Rejón Aguilar, El Mamito o El Caballero; Alfonso Lam-Liu, El Gordo Lam, y Eleazar Medina Rojas, El Chelelo.

El resto de los acusados son Aurelio Cano Flores, Yankee o Yeyo; Carlos Cerda González, Puma o Carlitos; Víctor Hugo López Valdez, Jorge Hernández Martínez, Chiri o Chiriquas, y Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón, Chito, Chito Can, Chito Canico o Chito Canicón. Este último fue operador del grupo en Nuevo León y detenido en Saltillo en marzo de 2009, acusado del asesinato del general Mauro Enrique Tello Quiñones en Cancún, en febrero del año pasado.

A todos se les responsabiliza de conspirar para manufacturar y distribuir cocaína y mariguana destinadas a Estados Unidos entre junio de 2006 y marzo de 2008. A 10 de ellos, además, les levantaron cargos por distribución de cocaína para importarla a ese país en octubre de 2007, y a otros cuatro por tráfico de cocaína en noviembre del mismo año. El Cos, X-20 y El Metro Tres aparecen en los tres cargos.

A partir de lo que describe como “una investigación de largo plazo de una organización de tráfico internacional de cocaína que opera en México y otros lugares”, el Departamento de Justicia asegura que los acusados pertenecen al cártel del Golfo o a Los Zetas y actuaron juntos bajo el nombre de La Compañía.

Originalmente reclutados por Osiel Cárdenas como brazo armado del cártel, los militares de élite desertores del Ejército que formaron Los Zetas adquirieron fuerza propia dentro de los grupos de delincuencia organizada y se desprendieron del cártel del Golfo a finales de 2008.

Según el gobierno estadunidense, La Compañía dividió su territorio en áreas conocidas como plazas a lo largo de miles de kilómetros de la frontera México-Estados Unidos, con sus respectivos jefes.

Sobre las tres acusaciones, indica que el triunvirato dirigía el transporte de cocaína y mariguana mediante barcos, aeroplanos y automóviles desde Colombia y Venezuela a Guatemala, y de ahí a varias “plazas” en México. En Estados Unidos, operaba en Texas para después distribuir la droga en otras ciudades.

El gobierno estadunidense también responsabiliza a ese grupo y a otros miembros de La Compañía de “organizar, dirigir y llevar a cabo varios actos de violencia contra oficiales de procuración de justicia mexicanos y narcotraficantes rivales como represalia e intimidación a quien o quienes interfirieran o fueran considerados como potenciales obstáculos a sus actividades”.

Como característica común para el embarque de la droga y la evasión de la vigilancia policial, señala la utilización de teléfonos Nextel y equipo de radiotelecomunicación UHF/VHF, además del lenguaje codificado para disfrazar y ocultar sus actividades.

También se valía de equipo sofisticado de computación para mantener “una amplia base de datos” con información sobre las cantidades de cocaína embarcada, las identidades y localidades de los jefes de plaza, las nóminas, los pagos hechos a las autoridades mexicanas y el dinero recibido y prestado.

Si bien la acusación no hace públicos los detalles de esos registros, se apoya en “actos manifiestos” conocidos a partir de decenas de conversaciones telefónicas interceptadas al grupo.

Quién es quién

Entre los 19 acusados, el Departamento de Justicia de Estados Unidos describe el liderazgo y el papel de seis jefes de La Compañía, seis del cártel del Golfo y siete de Los Zetas.

Los líderes que identifica como propios de La Compañía son Tony Tormenta, El Tocayo, El 42, El Yankee, El Puma y El Chiriquas. A El Tocayo lo ubica como el encargado de obtener información sobre los operativos contra la organización. A El 42, como operador en Coahuila junto a El Mamito, de Los Zetas. Y a El Yankee como introductor también de heroína a Estados Unidos. De El Chiriquas asegura que le llevó asuntos personales y de negocios a Heriberto Lazcano relacionados con La Compañía, incluidos lugares de ubicación y llamadas telefónicas.

Como integrantes del cártel del Golfo menciona a El Cos, El Metro Tres, El X-20, Lino, El R-1 y El Gordo Lam. Del Metro Tres dice que, además de haber sido el encargado de informar sobre las operaciones del gobierno contra el grupo, ha operado en Chiapas desde 1996, mientras que a Lino lo señala como uno de los primeros contadores de La Compañía.

De Los Zetas integrados a la alianza ubica a El Lazca, El Zeta 40, El Hummer, El Chicles, El Mamito, El Chelelo y El Canicón. Del Chelelo dice que ha operado en Monterrey junto a El Canicón, quien fue detenido en Saltillo, en marzo del año pasado.

Sobre las actividades de los tres principales dirigentes de La Compañía, en las acusaciones que se siguen en la corte estadunidense se dice que Tony Tormenta “se involucró activamente” en sus actividades, incluida la recepción de “grandes cantidades” de dinero de Estados Unidos a México.

A El Cos lo identifica no sólo como parte del triunvirato, sino como uno de los principales responsables de las actividades del cártel del Golfo, incluido el manejo de dinero producto de la venta de la cocaína y la mariguana en Estados Unidos.

De El Lazca menciona que además de líder de La Compañía y de Los Zetas, era el jefe de seguridad del cártel del Golfo, involucrado directamente en actividades como el manejo de los embarques con los recursos económicos llegados desde Estados Unidos.

Después de ellos menciona a Miguel Treviño Morales, El 40, Zeta 40 o El Cuarenta. Lo ubica como el segundo al mando de Los Zetas y un activo participante en las actividades de ese grupo y del cártel del Golfo, tanto en el trasiego de droga como en la recepción de dinero.

Dentro de La Compañía, su función era la de supervisar las actividades en áreas de México cerca de la frontera con Estados Unidos, así como en Nuevo Laredo y Veracruz, donde tiene el control de la Policía Ministerial, según sus propios dichos referidos en la acusación.

Al ya detenido El Hummer, uno de los fundadores de Los Zetas, lo ubica como activo operador de la alianza en Tamaulipas, especialmente en Nuevo Laredo, Miguel Alemán y Reynosa.

La relación entre El Hummer y El Zeta 40 era intensa, a decir de la acusación estadunidense. Cita varios casos. Uno, el del 21 de octubre de 2006, cuando en una llamada telefónica Treviño Morales le indicó a González Durán que la organización pagaba “bonos” según el nivel de sus integrantes, y que en el caso de los jefes era de 10 mil dólares. Además, acordaron que Treviño le vendería mil kilos de mariguana.

Otro es de una llamada intervenida el 21 de mayo de 2007, en la que El Zeta 40 buscaba asegurar el embarque de 300 a 400 kilos de cocaína con el apoyo de El Hummer y El Canicón. Según la acusación, El Zeta 40 tenía una gran capacidad para traficar droga. Además de ese embarque, refiere el transporte, un mes después, de 400 kilos de cocaína desde Camargo, Tamaulipas, a la ciudad de Río Grande, en Texas.

Otra llamada, del 25 de junio de 2007, lo involucra en los preparativos logísticos en Altamira y Tampico, en Tamaulipas, “para recibir miles de kilos de cocaína desde Colombia”.

Poco después, el 24 de julio, Miguel Treviño Morales le ordenó a El Hummer contactar “a un individuo para decirle que sólo la carga de La Compañía era la permitida para pasar por la ciudad de Camargo”.

Además de facilitar el paso de mariguana de El Lazca por Reynosa, El Hummer también estableció relación con Omar Treviño Morales, El 42, para la movilización de los recursos económicos producto de la droga.

Según el Departamento de Justicia, el 26 de marzo de 2007, El 42 le dijo a El Hummer que estaba movilizando “una gran cantidad de dinero en efectivo” en una camioneta sport tipo pick up marca Chevrolet Avalanche, color gris con placas de Tamaulipas.

Las conversaciones también dan cuenta de pérdidas de efectivo, como la incautación de 2 millones 700 mil dólares, en Texas, cuya propiedad fue adjudicada por El Hummer a El Zeta 40.

Sobre los precios de la cocaína, la acusación señala que entre junio y agosto de 2006, El Canicón le compró a La Compañía 65 kilos de cocaína, por un total de 877 mil dólares, a un precio de 13 mil 500 dólares por kilo. El siguiente año, según una conversación del 29 de mayo entre El Hummer y El Lazca, La Compañía ya había bajado a 12 mil dólares el kilo de cocaína.

En el caso de la mariguana, el 8 de febrero de 2007, El Chiriquas le dijo a El Hummer que El Lazca quería saber el precio que cobraba La Compañía por un kilo en Reynosa. La respuesta fue que la organización vendía el kilo entre 150 y 170 dólares.

Además, el costo del embarque por cada kilo de mariguana fijado por La Compañía era de 20 dólares, según una conversación de El Metro Tres y El Zeta 40. En esa misma conversación, de fecha 26 de marzo, El Zeta 40 le dijo a su interlocutor que tenía el control de la Policía Ministerial de Veracruz.

Sobre el control de autoridades, la acusación menciona una llamada del 8 de mayo de 2007. Según el Departamento de Justicia, El Cos autorizó a El X-20 y a El Metro Tres pagar “un soborno de 2 millones de dólares a funcionaros del gobierno mexicano”. Amparado en que se trató de una conversación en lenguaje codificado, el gobierno estadunidense evita precisar los nombres y niveles de las autoridades mexicanas involucradas.

Otro ejemplo de corrupción aparece en una conversación del 11 de mayo de 207, cuando El Metro Tres le indica a Tony Tormenta que les confiscaron 300 kilos de cocaína, pero que la persona detenida –no identificada en la acusación– “podría salir bajo fianza”.

Las grabaciones también registran las incautaciones sufridas por La Compañía durante 2007, como las siete toneladas de mariguana que estaban en ruta entre Reynosa, Tamaulipas, y McAllen, Texas, en marzo; 400 kilos de cocaína en febrero; cinco toneladas de cocaína en abril; 300 kilos en mayo, y 2.4 toneladas en Panamá, en diciembre.

El gobierno estadunidense también registró las amenazas y reglas de La Compañía. El 10 de febrero de 2007, El Cos y El Metro Tres acordaron imponer una tarifa de 20 mil dólares a la semana a un individuo –no identificado en la acusación– que estaba transportando mariguana a través de Reynosa, territorio identificado como de El Cos.

En octubre de ese año, la coerción fue más intensa cuando El Chicles advirtió que los inversionistas de un cargamento de cocaína asegurado en Altamira tenían 72 horas para pagar el dinero del embarque o serían asesinados.

Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV

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