Los escoltas de "El JJ"
Era de madrugada y lo esperaban afuera del Bar Bar. Pero ese 25 de enero su jefe salió de prisa y antes de la hora acostumbrada. Mientras lo conducían hacia su domicilio dentro del establecimiento nocturno se había sucitado un caos: “El JJ” le acababa de dar un tiro en la cabeza al futbolista Salvador Cabañas.
Por Icela Lagunas
09/02/2010 - 0 comentarios
Categoría: Seguridad
“Ya muchachos retírense, váyanse a descansar y preséntense mañana temprano”. Esa fue la última orden que recibieron de José Jorge Balderas Garza, alias “El JJ”, los tres policías auxiliares de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) del estado de México que le prestaban servicio como escoltas.
A partir de su testimonio, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) logró ubicar a un hombre con acento norteño que operaba como brazo derecho de “El JJ”. Lo apodan “El Cuñado” y fue él quien la mañana del pasado 26 de enero los recibió en la casa de Tecamachalco y les dijo: “Ya no los va a necesitar, va a salir de viaje”.
Los escoltas informaron que, además de la residencia de Tecamachalco, ubicada en el estado de México, “El JJ” ocupaba un departamento de lujo, marcado con el interior 102, en la calle de Ahuehuetes Norte, en la colonia Bosques de las Lomas en la delegación Cuajimalpa.
Margarito Cruz Ramírez, Mariano López Morales y Mario Zamarripa Martínez proporcionaron datos fundamentales de las actividades del agresor del futbolista Salvador Cabañas, a dos semanas del atentado ocurrido en el Bar Bar.
Índigo DF tuvo acceso a la averiguación previa FAO/AO-4/T1/0147/10-01 donde constan las declaraciones ministeriales de los tres policías de los Cuerpos de Vigilancia Auxiliar y Urbana de la ASE de la Secretaría de Gobernación del estado de México quienes hoy se encuentran arraigados por la PGJDF por probable encubrimiento en delito de tentativa de homicidio.
Los empleados, quienes se refieren a “El JJ” como “el señor Maximiliano”, dieron cuenta de la intensa vida social de su patrón en diversos antros de la capital. Tal es el caso del Bar Bar, de Insurgentes Sur, y de Las Vegas, en la avenida Reforma, donde solía acudir acompañado de mujeres principalmente los días miércoles y domingos a partir de la medianoche hasta las siete de la mañana del día siguiente.
De novio con “La Chiva”
Margarito Cruz Ramírez, uno de los escoltas que declaró ante el Ministerio Público local fue quien proporcionó detalles de la vida sentimental de “El JJ”.
“Durante los tres años de servicio no conocí a ninguno de sus familiares ni amigos, únicamente a la señora Silvia Irabien, la cual era su novia”.
El empleado de seguridad declaró que durante el lapso de ocho meses que aproximadamente duró la relación con la ex participante del reality show Big Brother, trasladaron a “El JJ” al domicilio de “La Chiva”, ubicado en la calle Vázquez de Mella, colonia Polanco, en la delegación Miguel Hidalgo.
Como referencia, Margarito señaló que escoltaban a su patrón a la casa de Silvia, que se localiza muy cerca de la Hacienda de Los Morales. Que ella nunca acudía a la residencia ubicada en Tecamachalco, estado de México.
Luego de haber concluido la relación con Silvia Irabien, abundó el escolta, “El JJ” empezó a entablar una nueva relación, desde hace un año, con otra mujer joven, de aproximadamente 30 años, a la que llamaba “Flaca”, la misma que acudía cada ocho o quince días a su domicilio.
El pasado 27 de enero, dos días después de la agresión contra el futbolista del Club América, la ex big brother se presentó a declarar ante la PGJDF y reconoció que “El JJ” era el padre de su hija.
Acompañada del subprocurador de Averiguaciones Previas Desconcentradas de la PGJDF, Genaro Vázquez, la mujer explicó en esa ocasión que ella conocía desde hace cinco años al padre de su hija con el nombre de Jorge Díaz Treviño y que con él sostuvo una relación no formal.
Ese día Irabién refirió que ella nunca fue a su casa y tampoco vio documentos que acreditaran que Díaz Treviño tuviera otro nombre. Que se comportaba como una persona tranquila y que se presentó ante ella como un empresario que se dedicaba a la industria del transporte.
Temerosa, Silvia Irabien confió en la conferencia de prensa que dio el 27 de enero ante los medios de comunicación en que no hubiese represalias o alguna acción de venganza en su contra, por haber acudido a declarar ante las autoridades capitalinas.
“El Cuñado” y la noche del atentado
Silvia Irabien no fue la única persona cercana a José Jorge Balderas Garza ubicada y señalada por sus escoltas.
Los empleados de seguridad refieren a un hombre joven conocido como “El Cuñado”, de aproximadamente 30 años, que vestía casi siempre con pantalones de mezclilla, tenis y suéter gris. Era el responsable de cuidar la casa de Tecamachalco y hacer la limpieza de la misma.
Este hombre, quien se caracterizaba por su acento norteño al hablar, era quien les abría la puerta a los escoltas a fin de que ingresaran al cuarto destinado para ellos. En el mismo había camas de descanso y ropa especial para hacer el servicio de custodia, como trajes y abrigos largos.
La noche del 24 de enero, “el señor Maximiliano”, les dio una orden precisa: “Alístense porque vamos a salir”, declaró Margarito Cruz.
A las 00:30 horas salieron de la residencia de Tecamachalco. De avanzada iba otro de los escoltas, Mariano López Morales, quien manejaba un Tsuru dorado. Atrás iba el Audi color rojo, tripulado por “El JJ” y atrás una camioneta Durango, color negra.
“Cuando se iba de fiesta salía de la casa de Tecamachalco y en el camino llamaba por teléfono al sujeto que conocía con el sobrenombre de “El Contador”, a quien le decía en qué lugar iba a estar y se quedaban de ver antes de entrar”, recordó Cruz.
Esa noche se dirigieron a la gasolinería que se encuentra en avenida Reforma, donde se abasteció de gasolina “El JJ” y adonde llegó “El Contador”, acompañado de tres sujetos, a bordo de un Seat, color azul.
“El Contador” es la “persona que baja del Seat y aborda el vehículo Audi para dirigirse todos al Bar Bar, llegando a la 1:00 o a la 1:30 horas del día 25 de enero”.
Al llegar al bar, el escolta de nombre Mario Zamarripa se acercó a “El JJ” y le recibió dos radios de nextel. Mientras, los otros dos elementos de seguridad se apostaron a la entrada del bar vigilando el ingreso de su jefe.
Afuera del Bar Bar se encontraron a los cuatro escoltas del empresario Slim, aludiendo a Carlos Slim Domit, quien al parecer se encontraba esa misma madrugada en el interior del lugar.
“Veo cuatro escoltas parados junto a la puerta de entrada, presumiendo que eran del señor Slim, a los que ya había visto en diferentes ocasiones en el Bar Bar”, manifestó Margarito Cruz.
Los autos y la camioneta los estacionaron en las inmediaciones del establecimiento donde se localiza un banco HSBC.
“Vámonos a la casa”
A las 3:40 horas salió del Bar Bar “El Contador” y se dirigió al escolta: “Margaro, manda preguntar el patrón como está todo afuera, a lo que respondí que todo tranquilo”.
Una hora y media después, como a las 5:30 de la madrugada, ve que sale a prisa “el señor Maximiliano” o “El JJ” y que camina hacia la camioneta que ya estaba encendida pues el escolta tenía prendida la calefacción.
“El JJ” sube a la camioneta en el asiento del copiloto y le dice a el escolta Margarito Cruz: “Vámonos a la casa”. Regresaron a la residencia de Tecamachalco alrededor de las 6:30 del lunes 25 de enero.
Al bajar de la camioneta, “El JJ” saca dinero de una bolsa y les paga la primera quincena de salario, correspondiente al mes de enero, diciéndoles: “Ahí está muchachos, nos vemos mañana”.
El 26 de enero, cuando regresan a la casa para iniciar labores, son recibidos por “El Cuñado” quien les informa que ya no se requieren sus servicios pues “el señor Maximiliano” se iría de viaje.
Mariano López Morales, otro de los escoltas coincide en gran parte de su declaración con la versión emitida por su compañero Margarito Cruz.
En tanto, Mario Zamarripa Martínez detalló la ruta que siguieron esa noche al salir de la casa de Tecamachalco y dirigirse al Bar Bar: “Todo fuente de Diana hasta incorporarnos a Monte Líbano, atravesamos avenida de Las Palmas y seguimos por Monte Líbano hasta llegar a Reforma, doblamos a la izquierda donde se encuentra una gasolinería”.
Los tres elementos de seguridad manifiestan no saber qué pasó con “El Paco” o “El Contador”, después de la agresión al interior del centro nocturno.
Las versiones de los tres escoltas, presentadas ante el Ministerio Público coinciden entre sí respecto a lo que atestiguaron sobre José Jorge Balderas Garza, el hombre de las siete personalidades.
A pesar de que horas después del atentado en el Bar Bar los escoltas se enteraron de lo ocurrido a través de los medios de comunicación, no fue sino hasta que la Procuraduría capitalina los requirió que dieron su testimonio. Esto, once días después del atentado contra Salvador Cabañas, lo que les pudo dar la oportunidad de planear su versión.
Turnan caso a PGR
Del paradero de “El Cuñado” o de “La Flaca”, las dos personas que convivían con “El JJ” en su residencia de Tecamachalco, nada se sabe. Tampoco de Alger Falcón y “Aarón”, los dos hombres que estuvieron bebiendo con él al interior del Bar Bar.
El 8 de febrero la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal dio a conocer que remitió copia del expediente AO-4/T2/147/10- 01 a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la Procuraduría General de la República. Ello, por la posible comisión de hechos delictivos del fuero federal relacionados con dicha investigación.
El hecho de que la Procuraduría capitalina remita copia de esta investigación hablaría de que en el caso Cabañas se han encontrado elementos de delincuencia organizada más allá de la tentativa de homicidio.
Además se consignó ante un juez penal a José Jorge Balderas Garza ó Jorge Díaz Treviño ó Maximiliano Peralta Sáenz ó Jorge Antonio Madrid González ó Jorge Alberto Bustani Calderón ó Raymundo Rangel Madrid ó Juan Carlos González Chávez, alias "El JJ" o "El Modelo", por el delito de tentativa de homicidio calificado en agravio del futbolista Salvador Cabañas Ortega.
Amenazan a “La Chiva”
Un día después de que Silvia Irabien, alias “La Chiva”, presentara su declaración ante la Procuraduría capitalina una manta apareció colgada en uno de los puentes de Periférico Sur en la ciudad de México.
De acuerdo con una fuente policiaca, la manta contenía una amenaza contundente en contra de Silvia Irabien, por no haberse quedado callada respecto a lo que sabía de “El JJ”.
El mismo mensaje dejaría entrever que lo ocurrido a Salvador Cabañas al interior del Bar Bar era una represalia en su contra por haberse involucrado con una artista quien, a su vez, estaría vinculada con un alto capo del narcotráfico.
“Chiva tu sabes cuanto quiero a JJ, te dije que te quedaras callada y no lo hiciste por eso te voy a cortar la cabeza, lo que le pasó a ese pendejo es por meterse con mi vieja”.
El mensaje de la manta presuntamente colocada en Periférico Sur, a la altura de las oficinas del Poder Judicial de la Federación, da una explicación a los hechos ocurridos en la baño del Bar Bar donde “El JJ” le disparó en la cabeza a Salvador Cabañas.
Fuente: Reporte Indigo
Difusión: AMLOTV
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