Julio Ricardo Blanchet Cruz
• De obi$pos, pederastas y algo más.
01 marzo 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx
“A lo más que puede aspirar el ser humano, es a conocer la leyes de La Naturaleza, y someterse a ellas”. Anaxágoras…
El primer tratado que se conoce de La Naturaleza fue escrito por Anaxágoras, que si bien más se le conoce en el mundo occidental como matemático, en el fondo, como buen matemático, era un filósofo de primera…
Quien por cierto, en el mismo Tratado dijo que: “En los mamíferos, los machos se gestan a la derecha y las hembras a la izquierda; y lo mismo es en los humanos”…
Cabiendo comentar, que 25 Siglos después la gente acude con los médicos y ellos a la tecnología, para saber lo que ya se ha dicho…
Pues bien…
El primero, y lógicamente más importante de los instintos, es el de la conservación de la vida…
Razón por la cual todos reaccionamos de igual manera (en defensa de la vida, aunque cada quien lo hace a su manera) ante el estimulo externo que la ponga en peligro…
El segundo en importancia, casi igual que el primero, es la conservación de la especie; para lo cual indispensablemente se necesita de una hembra y un macho…
Y por supuesto, de las condiciones necesarias para que la gestación pueda darse…
Para saber que tan “natural” puede ser la homosexualidad en La Naturaleza; y para que todos aquellos que ignorantes alegan que en Ella la homosexualidad existe…
Baste con que pongan, de la misma especia, dos machos y una hembra en celo en el mismo lugar, y observen detenidamente lo que sucede para que salgan de dudas…
El impulso (instinto) es tan fuerte, que en muchas ocasiones la victoria viene acompañada de la muerte del vencido. Vertebrados e invertebrados, mamíferos o no, son las Reglas…
Y se cumplen, pues como bien decía el ilustre Anaxágoras, lo más que se puede hacer, es someterse a Ellas…
Y así como nadie puede jurar y perjurar que “algún día podrá volar como las aves”; pues no estamos diseñados para eso y la Ley de la Gravedad no lo permite…
De la misma manera, prometer y jurar el celibato, que va en contra del segundo Mandato, nadie que esté sano puede cumplirlo…
Se necesita estar verdaderamente mal de la cabeza (recordando a Juvenal, que decía: “Men sana in corpore sano” -Mente sana en cuerpo sano- para entrar a un seminario católico y prometer cumplir semejante disparate…
Las pruebas están ahí y solo los ciegos y los fanáticos no querrán verlas. Y prueba de ello la tenemos lamentablemente un día sí y otro también, con los degenerados que salen de estos colegios de curas…
La iglesia católica, toda, es un nido de enfermos pervertidos en los que no se debiese tener ninguna confianza o consideración…
Hipólito Reyes, el obi$po de Jalapa, es tan culpable como el cura Rafael Muñiz del delito de pederastia, pues si según las Leyes de nuestra Patria (si se cumplieran y no hubiera jueces corruptos, ya que ahí está todo el mal de la Nación) podría acusársele de cómplice…
Según las Leyes de su distinguido Dios (el que no sirve para maldita sea la cosa; y si no que se lo pregunten a los haitianos, a los chilenos o a los Afganos) tanto peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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