miércoles, 17 de marzo de 2010
[Ciudad Juárez No Están Sólos] Represión de PFP a manifestantes en tercer visita del espurio
Las diversas organizaciones sociales y ciudadanas nos congregamos a la mitad del día, en el estacionamiento de reconocida tienda de autoservicio ubicada en la colonia La Cuesta, en la Av. Tecnológico y Cesáreo Santos. Se reunieron mujeres y hombres estudiantes, maestros jubilados, artistas y familiares de víctimas y desapariciones forzadas en la ciudad. Con ellos, el Frente Plural Ciudadano, miembros de las casas del movimiento en Defensa de la Economía Popular, Redes Universitarias Juárez, el Frente Nacional Contra la Represión, la CISO y activistas.
En el lugar ya esperaba un vasto contingente de más de 200 policías federales. Los manifestantes apuramos el paso para poder marchar con rumbo al norte, hacia el hotel Camino Real. Compañeros que lograron pasar, se quedaron encapsulados entre dos líneas de pefepos, metros más adelante. En estas circunstancias se permanecería durante las siguientes tres o cuatro horas.
Se dieron los primeros intentos del contingente por cruzar la muralla que arbitrariamente fue colocada en la Carretera Panamericana, bloqueándola al tránsito vehicular, a más de 500 metros del hotel dónde aún no llegaba el espurio. Así mismo los primeros encuentros de violencia entre ambos grupos de personas. Activistas aprovechamos para llevar a cabo volanteo informativo con automovilistas y en ruteras, que tenían que ser desviados por la Av. Cesáreo Santos. Manifestantes bloquearon esta vuelta, con la finalidad de presionar al mando federal que colocó su muralla de uniformados bloqueando nuestra principal arteria en la ciudad.
A través de llamadas por celular, el grupo de manifestantes en el crucero Panamericana y Cesáreo Santos tuvieron noticia de la represión de la que estaban siendo víctimas nuestros compañeros encapsulados. Sufrieron de golpes y violencia verbal por parte de la PFP. Cuatro compañeras, entre ellas Malú Andrade, quien cuenta con medidas precautorias por parte de la CIDH, fue arbitrariamente detenida, sin cargos, por la policía municipal. Por el terrible delito de la libre manifestación de las ideas en la vía pública. Estuvimos solicitando la formación de un pequeño contingente de dos o tres personas, que se les permitiera pasar para traer a los compañeros encapsulados, sin recibir respuesta alguna por parte de los mandos del operativo. Recibiendo sólo burlas y cerrazón.
Poco después de esto, ya estable la situación, una patrulla de la SSP intentó acercarse, por nuestro lado, a la muralla. Nosotros nos posicionamos rodeándola, exigiendo se nos permitiera una revisión de rutina a la patrulla. Al uniformado guiador y su acompañante de la Dirección de Vialidad, no les permitimos moverse, en una especie de retén ciudadano improvisado, buscando el intercambio por nuestros compañeros. Exigimos al conductor que, por medio de su equipo de comunicación, pidiera la liberación de los más de 20 compañeros secuestrados entre los dos cercos de policías. El tipo solicitó, pero no tuvo respuesta de sus superiores. Fue cuando pidió por altavoz "un 03 a los RP" o algo así.
En este momento, la muralla de pefepos avanzó hacia la patrulla, golpeando los toletes con los escudos. Muchos compañeros se sentaron en el pavimento. Piedras grandes habían sido colocadas en las llantas de la patrulla para no dejar que avanzara o retrocediera, por lo que en su intento por acelerar rápidamente, tomó mucho impulso, prácticamente atropellando compañeros en la parte de enfrente, que apenas lograron salir de su camino. Esto aunado a la represión física de que estaban siendo víctimas los compañeros, literalmente pisoteados por la muralla de policías, prendió los ánimos. Sectores más radicales de los manifestantes lanzaron piedras de todos tamaños, recibiendo similar respuesta de parte de los federicos, por espacio de uno o dos minutos. Ambos grupos calmaron los ánimos. La prensa local estuvo presente, transmitiendo en vivo y tomando entrevistas durante todo este tiempo.
Paaron dos o tres horas, y el ánimo se había tornado tenso entre pefepos y manifestantes; hubo agresión verbal por ambas partes, de muchas formas. Algunos elementos hacían burla de los manifestantes, lo que provocó la ira de la madre de Malú Andrade. Les espetó a los federicos que, el día en que a ellos les desaparecieran a una hija, entonces entenderían por lo que pasan miles y miles de juarenses. Al no recibir respuesta, fue a buscar a su hija por otro camino.
Minutos después, dejaron salir a los compañeros que estaban secuestrados. Ordenaron el repliegue y la retirada de los policías. Empezaron a subir a sus camionetas. Uno de los policías falló en subir a la camioneta, y por el contrario, cayó de pie en el piso. Esto provocó risas tanto de manifestantes, como de sus compañeros arriba de la troca. Sectores más radicales de los manifestantes, comenzaron de nuevo con el lanzamiento de piedras desde el camellón de la Panamericana. Los ánimos se caldearon, pero los pefepos no se bajaron, y por el contrario, salieron por llantas. No mostraron intención de regresar. En la refriega y en las prisas por salir, dos pefepos se cayeron de las camionetas. Uno de ellos rodó como tortuga ninja en el pavimento. Uno de sus compañeros, guiador de otra camioneta, bajó de ella para asistirlo a levantarse, y el caído subió a la caja por su propio pie. Otro policía caído, perdió su escudo y uno de los chicos manifestantes lo tomó. Posó con su máscara, triunfante y orgulloso con su trofeo de batalla. Mirando al norte, iluminado en su rostro por el sol juarense y el flash de las cámaras de la prensa local.
http://www.youtube.com/watch?v=4SuTaOQxrZQ
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