Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
Las reflexiones del Comandante Fidel Castro Ruz en torno al libro de Andrés Manuel López Obrador, “La mafia que se apoderó de México…y el 2012”, ponen el dedo en la llaga, reviviendo el debate en torno al fraude electoral del 2006 que escamoteara el triunfo del político tabasqueño. En realidad no aportan nada nuevo que la ciudadanía no supiera ni descalifican la percepción de un gran número de mexicanos convencidos de la ilegitimidad del gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa. La participación de Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox y Diego Fernández de Ceballos, en el complot contra la llegada de AMLO a la presidencia de la República, así como la participación del PRI cobijando a Calderón Hinojosa para que este tomara posesión, anida reciamente en el imaginario popular.
La presidencia de la República y los reaccionarios de siempre, hoy tratan de desviar el debate hacia el controvertido tema de la vida política interna y externa de Cuba. Sin argumentos de peso para desmentir los juicios de Fidel Castro en torno a los acontecimientos del 2005 y 2006 en México, ni mucho menos el análisis profundo que de la situación que guarda nuestro país expone Andrés Manuel en “La mafia que se apoderó de México… y el 2012” recurren a la cortina de humo y arremeten con todo, poniendo por delante la presunta intromisión del líder cubano en asuntos de la competencia exclusiva de los mexicanos, paradójicamente juzgando y condenando la forma de gobierno imperante en la isla caribeña.
Como siempre, el primero en saltar a la palestra, protagónico y experto organizador de cortinas de humo entre los intelectuales orgánicos es el ex canciller Jorge Castañeda, quien con su enfermizo odio hacia todo lo que tenga que ver con la Revolución Cubana, sale a declarar: “Me da mucho gusto ver que a pesar de los esfuerzos desmedidos de Felipe Calderón por poner la otra mejilla y quedar bien con los cubanos, y de hacerse de la vista gorda de todas las trapacerías que hacen interna y externamente, no le quedó más remedio que terminar peleándose con ellos”. Para este nefasto personaje esta es la interpretación que hace de la política exterior de México, hacia todo lo que huela a políticas progresistas y anti norteamericanas de avanzada en América Latina.
Los asuntos internos de Cuba, son de la competencia de los cubanos y su gobierno. Por lo que a nosotros toca, ya en plena carrera hacia la elección presidencial del 2012 en México, los temas del fracaso de la estrategia de guerra contra la delincuencia organizada, el desempleo creciente, la ausencia de políticas públicas eficaces contra la desigualdad, pobreza, corrupción y exclusión, la educación, el campo y la atención a la salud en ruinas, el abandono de los pueblos indígenas, o la prevalencia de los intereses de los poderes fácticos nacionales y externos por sobre el futuro de nuestro país, plasmados en el libro de Andrés Manuel López Obrador, nos competen a los mexicanos y no hay cortina de humo que logre ponerles en segundo plano. El que Fidel Castro opinara sobre el contenido del libro y exhibiera la participación de Carlos Salinas y el desgobierno de Fox en el complot contra la voluntad mayoritaria del pueblo de México, no modifica la situación de un país que ya muchos perciben y califican como “Estado fallido”.
Tampoco modifican la percepción de amplios sectores de la población que consideran a Calderón Hinojosa como presidente ilegítimo, incluso hoy aquellos que en el proceso electoral del 2006 calificaran a López Obrador como “un peligro para México”, convencidos de que el peligro real para sus intereses particulares o de grupo, reside en el fracaso del michoacano para dar rumbo cierto a la vida económica, social y política del país.
En lo tocante al embajador Enrique Berruga, quien se rasga las vestiduras ante lo expresado por Fidel Castro afirmando: “este tipo de bofetadas no son aceptables, porque en el fondo lo que se está haciendo es cuestionar la legitimidad del presidente de México”, no tiene por que preocuparse, pues para la mayoría de los mexicanos la ilegitimidad del presidente no está a discusión frente a la bofetada que la ultraderecha nos aplicara con el fraude electoral del 2006.
Por cuanto al PRD azul bajo la dirigencia de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, no tiene ninguna autoridad moral y política para opinar, fue parte del complot.
pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com
http://pulsocritico.wordpress.com
Difusión: Soberanía Popular
No hay comentarios:
Publicar un comentario