Arremete la oposición contra García Luna; el PAN, lo arropa
JESUSA CERVANTES
MEXICO, D.F., 24 de septiembre (apro).- En una estrategia deliberada, el PAN protegió al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, durante su comparecencia con motivo de la glosa del tercer Informe de gobierno, para que no respondiera a los cuestionamientos que le hizo la oposición en torno al fracaso para combatir el problema de la inseguridad y el aumento del crimen organizado en el país.
Desde el inicio, García Luna fue increpado aun antes de que arrancara formalmente el posicionamiento de los partidos políticos, por el ahora diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, quien lo llamó en más de tres ocasiones asesino.
Todo empezó cuando el diputado panista Carlos Alberto Pérez Cueva, pidió que no hubiera "injurias ni agresiones directas contra ninguna persona". Fernández Noroña pidió la palabra, y aclaró que ningún diputado puede ser reconvenido por sus opiniones, por lo que dijo que el funcionario tendría la oportunidad de desmentir que "es un asesino".
Por su parte, el diputado panista Roberto Gil acusó a Fernández Noroña de sostener un acto de "cobardía". Este respondió diciendo que no era un acto de cobardía, y repetía a García Luna que era un "asesino y lo sostengo con pruebas y argumentos".
En un intento por poner orden, el presidente de la Mesa Directiva, el panista Francisco Ramírez Acuña le recomendó que acudiera a la Procuraduría General de la República (PGR) a presentar una demanda.
Fernández Noroña respondió que no lo haría pues, dijo, en la PGR estará Arturo Chávez Chávez --en ese momento ratificado por el Senado de la República--, que es un empleado suyo, "y ningún sentido tiene meter la denuncia penal, ya que está protegido por sus cómplices".
Iniciaron entonces los posicionamientos. Todos, con excepción del PAN, recriminaron una errónea estrategia para combatir al crimen organizado, los secuestros, la inseguridad, el aumento en el consumo de drogas y el incremento de las bandas criminales, pasando México de "ser un trasiego de drogas, a ser el corazón del crimen organizado".
Pero cuando correspondió el turno a la fracción del PRI, ésta resumió todo lo dicho por la oposición.
Alfonso Navarrete Prida, exprocurador del estado de México y hoy diputado federal por el PRI, afirmó:
"La llamada estrategia de seguridad muestra confusión y esta profundamente equivocada, lo que nos esta llevando cada vez más a un país de corte policíaco, autoritario, que amenaza gravemente los derechos humanos, y a todo esto se opone el PRI".
A García Luna, quien en su intervención se vanaglorió de los decomisos más fuertes de dinero, la desarticulación de bandas de secuestradores y los mayores decomisos de cocaína y de armamento, Navarrete Prida le aclaró que el único logró que ha tenido fue que renunciara como procurador General de la República Genaro Medina Mora.
"Como nunca, el Ejecutivo ha apoyado la operación policíaca en detrimento de la actividad ministerial (que es la que realiza la PGR), que ya cobró como víctima al exprocurador General de la República. Si es verdad que la Secretaría de Seguridad Pública está en guerra, ahí en la salida del procurador se encuentra su única victoria", dijo.
Hasta ese momento, García Luna parecía no inmutarse. Estoico recibió cada uno de los cuestionamientos y a pocos respondió. Sólo en el caso de la intervención de Fernández Noroña, primero, y posteriormente a los de Navarrete Prida y la del petista Porfirio Muñoz Ledo, el funcionario mostró incomodidad apresurando durante estas intervenciones una tasa de café que compulsivamente bebía.
Navarrete Priva acusó desde tribuna: "La errática estrategia seguida nos presenta un fracaso en la política de prevención del delito, en el combate al crimen, en el sistema carcelario y el gran fracaso en la readaptación social".
Sostuvo que los errores han generado entre la población una "mayor inseguridad, zozobra en la vida, en los valores, en la salud y en el patrimonio".
El PRI, dijo, contempla con asombro que para ustedes "si las libertades de los individuos estorban la acción policíaca, limitémosla; si el respeto a la Constitución impide realizar cateos o detenciones arbitrarias, cambiemos la Constitución; si la compra-venta de drogas al menudeo se convierte en una pesada carga para la federación, que sólo se dedica a combatir el trasiego de drogas a Estados Unidos, trasladémosla a los estados la carga, pero no los recursos para atenderla".
El reclamo del PRI generó malestar entre los panistas, no en García Luna, quien sólo se limitaba a no responder. El PAN, en voz de la diputada María Antonieta Pérez Reyes, desvió los cuestionamientos hacia García Luna, al afirmar que era "ligero acusar a alguien de asesino al mismo tiempo que reclama el fuero como patente de impunidad". La alusión fue directa para Fernández Noroña.
Pérez Reyes siguió luego con los priistas, al establecer que su partido no quería regresar a los tiempos en que la paz "se conseguía negociándola con los delincuentes", y dijo que si el Ejército esta en las calles, es por la ineficacia con que han actuado los gobernadores estatales y los presidentes municipales.
Pérez Reyes reforzó así lo dicho en su presentación por García Luna, quien afirmó que si el hampa se ha extendido, es porque "ha basado su operación en la violencia extrema, la corrupción y sus articulaciones con el hampa local, aprovechando la débil vinculación entre la sociedad y la autoridad".
Fernández Noroña pidió intervenir por "alusiones personales", pero Ramírez Acuña le negó la palabra, al afirmar que el formato no permitía las alusiones personales, de modo que regresó la palabra a García Luna, quien pretendió centrarse en los "giros negros" y su combate.
La comparecencia hubiera transitado sin mayores problemas. Sin embargo, los diputados panistas siguieron su evidente estrategia de desviar la comparencia y proteger así al secretario de Seguridad Pública.
El diputado panista Ezequiel Rétiz Gutiérrez retomó la "agenda política" que nada tenía que ver con la comparencia, y en un claro intento por proteger a García Luna, dijo que el fenómeno del crimen se encuentra no sólo a nivel nacional, sino estatal.
Sostuvo que los mayores índices delictivos no están a nivel nacional, sino en el estado de México --del que por cierto fue procurador Navarrete Prida--, así como en Veracruz y el Distrito Federal.
Luego afirmó que Navarrete Prida exoneró al exgobernador del estado de México, Arturo Montiel, por los cargos de presunto enriquecimiento ilícito. Y dijo que "dejó inconcluso el expediente del asesinato de Enrique Salinas de Gortari".
Entonces, el diputado priista Carlos Ramírez Marín pidió una moción de orden. Aclaró que el tema era la comparecencia de Medina Mora, pero Ramírez Acuña hizo caso omiso de la petición. Por ello, Navarrete Prida pidió la palabra "por alusiones personales".
Se abrió entonces un debate político que nada tenía que ver con la comparecencia de Medina Mora. Priistas y petistas exigieron a Ramírez Acuña que permitiera a los diputados aludidos que se defendieran en tribuna. Pero Ramírez Acuña se negaba una y otra vez, hasta que el panista Javier Corral le demandó que permitiera abrir el debate.
Finalmente, fue aprobado por el pleno, y empezó el desfile de priistas y petistas por la tribuna. Unos a otros se acusaban de tener nexos con el narcotráfico y de permitir que la inseguridad se incrementara en sus respectivos gobiernos federales.
En tanto, García Luna los miraba pasar y en momentos parecía no ponerles atención. Se habían olvidado de él, y la comparecencia era lo menos que importaba en ese momento.
PAN vs. PRI
Mientras, el petista Porfirio Muñoz Ledo cabildeaba entre todos los partidos para pedirles que lo apoyaran en su demanda de pedir que García Luna abandonara el recinto pues, dijo, a nada respondía y la comparecencia se había vuelto un "acto inútil".
Ante la negativa de Ramírez Acuña de permitir la tribuna a los diputados que pedían responder por alusiones personales, el panista Javier Corral dijo: "Basta ya de este formato absurdo. Vamos a entrar al debate parlamentario; vamos a entrarle a las alusiones; vamos a contestarle a Navarrete Prida, quien no tiene ninguna calidad moral ni política para estar diciendo lo que esta diciendo".
Iniciaron así las acusaciones de uno y otro lado. Los diputados panistas acusaban a los priistas de tener ligas con el narcotráfico, y como prueba mencionaron la entrevista al expresidente Miguel de la Madrid quien dijo que Salinas de Gortari tenía ligas con el narcotráfico y que parte del dinero que se depositó en Suiza por su hermano Raúl Salinas de Gortari era resultado de las componendas con el crimen organizado.
Los legisladores priistas, enfurecidos, se defendieron. El primero fue Navarrete Prida, quien les recordó que la exoneración de Arturo Montiel se debió a que fueron los panistas quienes aprobaron la cuenta pública del exgobernador y por lo tanto no había delito que perseguir, y dijo que cuando se pidió la intervención de la PGR, a cargo de panistas, éstos anunciaron, luego de cuatro años de investigación, el no ejercicio de la acción penal.
Sobre el asesinato de Enrique Salinas, Navarrete Prida afirmó que se actuó hasta donde se le permitió y que sus indagaciones apuntaban a elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en ese tiempo encabezada por el compareciente Genaro García Luna. Recordó que cuando se pretendió llamar a declarar a los AFI`s, éstos fueron enviados fuera del país a un curso y que cuando se le pidió a la PGR informar sobre las llamadas realizadas a la casa de Enrique Salinas, la respuesta de la autoridad federal fue que el "conmutador estaba descompuesto".
García Luna seguía contemplando el debate político.
Los diputados priistas intentaron en varias ocasiones evitar el debate, pero Corral regresaba una y otra vez a las acusaciones. Les dijo: "Tienen una historia de vinculación y de complicidad con las mafias del narcotráfico, en los más altos niveles de la política que no les permiten venir a dar clases de moral".
Aseguró: "Si algún presidente de la República ha dado batalla frontal contra el narcotráfico es Felipe Calderón, quien ha venido a poner remedio a las complicidades del poder político que generó la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, hijo predilecto del PRI, hoy más vivo que nunca en su operación política en esta misma Cámara".
Corral ya no soltó el tema ni la tribuna. Desde ahí leyó la entrevista que Carmen Aristegui hizo a Miguel de la Madrid, donde éste acusó a la familia Salinas de Gortari de tener vínculos con el crimen organizado,
Navarrete Prida intentó reencauzar la comparecencia. Dijo que sabía lo que habían hecho los gobiernos de su partido, pero que en ese momento no estaban para debatir, sino para analizar el Informe de gobierno en materia de seguridad pública.
Desviado el motivo de la comparecencia y ante la falta de respuestas de García Luna, Muñoz Ledo pidió la salida del funcionario del recinto.
"Hay aquí un convidado de piedra. Yo no digo porque tenga una piedra en la cabeza o porque traiga piedras en las manos. El señor Genaro Garcia Luna debe salir de este recinto", afirmó Muñoz Ledo dirigiéndose al funcionario.
"Quiero solicitar que salga de esta sala el señor Genaro García Luna; que haya un eclipse de luna. ¿Por qué? Si no viene su jefe. ¿Por qué recibimos a sus empleados? Yo no he participado en esta comparecencia porque me niego a dialogar con los empleados que suplen para tener ventajas en la televisión manipulada y en el fondo burlan la inquisitoria a esta cámara", dijo.
"Vienen instruidos, como lo he visto con los cuatro secretarios que han pasado por aquí, para decir vaguedades, para flotar, para no contestar nada. Seis fracciones parlamentarios han pedido la renuncia de García Luna. ¡Por vergüenza, por dignidad, por respeto a los millones de mexicanas y mexicanos que representamos, sírvase renunciar. Lo damos nosotros por renunciado! Les pido que quienes estén por la renuncia se pongan de pie", afirmó Muñoz Ledo.
Sin embargo, los diputados del PRI no reaccionaron. "¿El PRI no está por la renuncia de García Luna?", preguntó Muñoz Ledo, en el momento en que la fracción del PRD también se negaba a ello.
Inició entonces otro debate. El posicionamiento de los partidos para decir porqué no pedían la renuncia del funcionario. "porque no estaba en sus facultades renunciarlo".
Luego, Muñoz Ledo pidió nuevamente la palabra, y desde tribuna dijo que a García Luna se le debiera llamar "García Pinochet", y expresó: "Este señor es un peligro para la nación y es un peligro para la vida de todos nosotros. Debe salir por la puerta que entró".
Así lo hizo, pero horas más tarde. García Luna salió a las 19 horas del recinto parlamentario.
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