jueves, 17 de septiembre de 2009

El cinismo de Calderón




El cinismo de Calderón



A los pobres los vamos a beneficiar, dijo Felipe Calderón, reduciendo los subsidios e incrementando el precio del agua y la luz, asi van a consumir menos y por tanto, pagarán menos por estos conceptos. Lógica impecable, si como menos, gasto menos; si no me baño, no gasto en agua; si no estudio, tampoco gastaré en libros o en uniformes; y si no trabajo, pues no me tengo que movilizar y por tanto, puedo ahorrar en transporte.


Esta es la respuesta que dio ante el aluvión de críticas que se suscitaron a propósito de la propuesta presentada por el Secretario de Hacienda a la Cámara de Diputados en materia fiscal. Una propuesta que como ha ocurrido en los últimos lustros, se empeña en cobrar a los que no tienen, y a proteger a los que tienen no cobrándoles impuestos.

Como una burla, a la intención de gravar con un impuesto del dos por ciento a las medicinas y alimentos e incrementar el IVA en este porcentaje, se le llama “contribución para el combate a la pobreza”. Primero se cobra el impuesto y luego, dicen, esto se regresará a los pobres, vía programa Oportunidades. Se trata de que con nuestro propio dinero, el gobierno se “pare el cuello” repartiendo recursos para dizque aminorar la pobreza. Qué no sería más sencillo hacerlo por una vía directa? Es decir, en vez de aumentar los impuestos a los pobres, cobrárselos a los ricos y con ello, impulsar políticas de empleo y salario justo, para que la pobreza termine? Es muy simple, como lo han hecho tantos países, se trata de redistribuir la riqueza, reducir el costo burocrático, fortalecer el mercado interno para que todos tengan para comprar, y propiciar la inversión para producir y salir de la crisis.

Pero todo se está haciendo al revés: el gran agujero que se ha abierto en las finanzas del gobierno federal, producto de una menor recaudación de impuestos, de la caída de los precios del petróleo y de las divisas que envían nuestros trabajadores desde Estados Unidos, pero además y sobre todo, por una irresponsable política de gasto que ha aumentado considerablemente (hoy en día de cada peso que recibe el erario federal, setenta centavos se van a gasto corriente), pretende taparse haciendo más agujeros pero en la economía de la mayoría de los mexicanos.

Esta política pretende mantenerse. Sólo en la propuesta actual, la oficina de la Presidencia para su operación requiere de 1,727 millones de pesos, 478 son para el Estado Mayor Presidencial (los que cuidan a Calderón) y 295 para operar y mantener los aviones en los que viaja. Esta es la política de austeridad que nos vienen anunciando día tras día en la televisión?

Hoy la pelota está en la cancha de los legisladores. A ellos les toca parar esta iniciativa antipopular y regresiva que de aceptarse, hará aún más difícil la situación actual.

BERTHA ELENA LUJAN

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